Cada día, por fortuna para los lectores, van saliendo a la luz episodios históricos desconocidos. Unas veces son hechos militares y otras veces son acontecimientos cuyo ámbito se inscribe dentro de la órbita civil. En el preludio de su nueva novela histórica, titulada Una luz en la noche de Roma, Jesús Sánchez Adalid (1962, Villanueva de la Serena) explica al lector cómo llegó a sus manos la documentación precisa para poder reconstruir uno de los episodios más desconocidos y valerosos que se desarrollaron en Roma desde mediados del año 1943, hasta el 4 de junio de 1944. Los hechos ocurrieron en la isla romana de Tiberina, en donde se encuentra el Hospital Fatebenefratelli regentado por la Orden de San Juan de Dios. De manera inesperada y sorprendente, una persona anónima se pone en contacto con Sánchez Adalid y le facilita la crónica de los acontecimientos, los hechos concretos, la localización del soporte documental histórico y los protagonistas de un episodio que se pueden encontrar entre los archivos desclasificados del Vaticano. Se trata de un hecho real que, en medio de la cruenta II Guerra Mundial, permitió a centenares de judíos librarse de la captura y traslado a los campos de exterminio nazis. Toda la comunidad de religiosos, personal sanitario y personal de servicio del hospital de la Isla Tiberina, sita en el territorio del Estado Vaticano, se confabularon, en el momento en el que los soldados de las SS iniciaron las redadas para la captura de los judíos que vivían en el barrio hebreo de Roma, con objeto de poner a salvo a la mayor cantidad posible de judíos y de relevantes antifascistas. Idearon crear una farsa para que, cualquiera que fuese a inspeccionar el hospital, quedase convencido de que en el mismo existía una pandemia provocada por el inexistente y desconocido “Síndrome K”.
“La fuerza del paso del tiempo de guerra llevó a una maldad y anarquía ingobernable que discurre en aquella Italia repleta de gente armada, gente vociferante y sin mando. (…) El abatimiento y el miedo reinan en todas partes; la población civil sufre la tristeza y callan con resignación. (…) Los soldados que sobreviven a la catástrofe militar descubren que nadie cree en ellos; porque no hay victoria ni gloria, sino miseria, muerte y fatalidad. (…) La humanidad parece haber enloquecido y es arrastrada al mal, la violencia y el odio”.
Frente a esta inhumanidad hay gentes en donde la principal prioridad es la caridad y demostrar que desean ser hombres de provecho amantes de sus semejantes. No importa cuáles son las creencias que poseen. Tanto los ateos, como los católicos y judíos juntan sus fuerzas para salvar al mayor número de desdichados de las garras de los fascistas italianos y alemanes que “solo desean matar para saciar su implacable sed de sangre”.
Algunos de los protagonistas de la historia tienen la necesidad de luchar, con los medios que encuentren a su alcance, demostrando que en su combate hay valentía, sacrificio y honor; soñando con transformarlo todo para conseguir que un mundo mejor pueda salir un día a la luz. En medio de la vorágine, que se desata en una Roma bajo los ataques aéreos de los aliados y la represión fascista, surgen auténticas lecciones de amistad. Gentes voluntarias que desean dar lo mejor de sí mismos en una capital de Italia más agotada que nunca por el hambre, la guerra y la opresión de las tropas de ocupación nazis. Los romanos sobreviven día a día conviviendo con los horrores de la guerra, los atentados de la Resistencia italiana y sufriendo las continuas represalias por parte de los dominadores.
Sánchez Adalid narra de manera rigurosa el periodo histórico ya mencionado, siendo varios los episodios que merecen la pena ser destacados. En primer lugar, la declaración por parte del papa Pio XII de “Roma, ciudad abierta”, proclamación que posiblemente evitó el asedio y destrucción de la ciudad. En segundo lugar, la concesión por parte de los diplomáticos españoles a los judíos sefardíes, descendientes de los hebreos que fueron expulsados de España en los tiempos de los Reyes Católicos, de cientos de salvoconductos en los que constaban que eran ciudadanos españoles. Medida que ya había sido aplicada por el diplomático español, Sanz Briz, conocido como El ángel de Budapest, con la que se consiguió salvar del arresto y deportación a millares de judíos húngaros.
Jesús Sánchez Adalid cuenta una historia cruda y descarnada llena de realidad en donde, poco a poco, en un mundo cruel, miserable y sin esperanza, se abren paso los valores más humanos y universales, como son la libertad, la paz, la justicia, la honestidad y la generosidad. Valores que terminan triunfando y aportando un ápice de esperanza para que la maldad sea derrotada.
Novela, como suele ser habitual en todas las del autor, que engancha desde el principio. Contiene un desconocido hecho histórico que hace que el lector disfrute con el libro. Son destacables tanto el preludio, como el epílogo y el apéndice histórico, con los que se abre y cierra la novela, ya que en los mismos Sánchez Adalid describe detalladamente, como he referido con anterioridad, cómo llegó a sus manos la historia, qué fue de los protagonistas después de la liberación de Roma y una detallada crónica de los acontecimientos históricos que ocurrieron en la capital de Italia durante el periodo que abarca la novela.
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Autor: Jesús Sánchez Adalid. Título: Una luz en la noche de Roma. Editorial: HarperCollins. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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