En este omoshiroi que os sirvo en Zenda, publico una vez al mes un diario de lecturas y conversaciones sobre libros.
Miércoles 1
Los Olivos se llama el colegio de los Agustinos donde estudié desde Primero de EGB a COU. Toda una vida, los años decisivos. Doy una charla sobre la libertad de expresión a estudiantes de la ESO. Es el salón de actos donde imité a Jesús Hermida con flequillo de los chicos del PREU, donde hice la Primera Comunión, donde mis ojos de niño se quedaron prendados de las películas Moby Dick y Mary Poppins un sábado por la mañana, donde di el discurso de despedida como delegado de COU-B; donde imaginé que algún día volvería… Los Olivos es el lugar de donde nunca me fui. Mi territorio de la felicidad.
Jueves 2
A sus 88 años, Rosa Regás mantiene intacta una infinita curiosidad. Habla con gracia, sonríe como si fuera la joven de Azul. Yo en su casa me pediría vivir en Australia, pero tendría cuidado de que las gallinas no entraran en mi continente. Y, sí, mejor sin burros: daban mucho trabajo. Garriga Vela escucha y sonríe. Antonio Soler pregunta con detalle sobre los escritores que ha conocido, y el resto de la mesa asistimos, entusiasmados, ante la riqueza de la anécdota, del recuerdo de las personas queridas.
Una gran noche.
Viernes 3
Joaquín Ivars me dio el contacto de un monje budista. Era diciembre de 1998 y las luces de Kioto eran incapaces de soportar el frío al caminar por la Avenida de los Filósofos. El monje tenía contacto con la maquilladora de la maiko (aprendiz de geisha).
Era una gélida mañana de sábado. Tomé fotografías y entrevisté a la chica. Unos días después, publiqué mi primer Testigo Directo internacional, en la última del periódico, junto a Francisco Umbral. Aquel Testigo Directo en El Mundo suponía la recompensa inmediata, de éxito efímero, esa volandera con exclusivas que albergaban otros rincones del periódico de Pedro J.
Esta tarde veo/escucho una performance/conferencia de Ivars en el Pompidou Málaga. Habla de arte y filosofía. Me acuerdo de Kioto y de la hospitalidad que ofreció al joven reportero que fui y que aspiraba a publicar en la contraportada de El Mundo, por aquel entonces el periódico de mis sueños.
Sábado 4
Danza Invisible forma parte de mi banda sonora más personal. José Antonio Hergueta ha dirigido un magnífico documental titulado A este lado de la carretera. Lo estrena en el cine Albéniz, templo de la versión original. El grupo —y el solista, Javier Ojeda, siempre tan natural y creativo— cumple este año cuatro décadas ininterrumpidas de conciertos. Hay canciones que son pura literatura. Ahora tengo más de «Diez razones para vivir».
Domingo 5
El nacimiento y el árbol de Navidad ya están colocados en el salón. El trastero se queda un poco huérfano. Solo será un mes. Bueno, algún año lo hemos dejado más tiempo.
Lunes 6
Osadía de Castro. En el próximo libro escribiré, sin venir a cuento, la palabra «consuetudinario». Menuda concomitancia. Toñi: “Eso lo decían los niños de mi colegio, no del tuyo”. Risas. Sin paréntesis.
Martes 7
El extraordinario Rodrigo Cortés en el pódcast Lo que tú digas, de Álex Fidalgo:
“La respuesta más honesta a casi todas las cosas que nos preguntan es: ‘No sé’”.
Miércoles 8
¿Esto es para el diario público o para el diario íntimo?
Jueves 9
Presento La última condesa nazi, la segunda novela de Viruca Yebra. Las señoras elegantes de Marbella que se ven por el Paseo Marítimo. Rubísimas casi todas, con un pasado que no suelen contar… a no ser que te llames Viruca, consigas dar confianza, tengas pulso narrativo para escribir una historia basada en ellas y también imagines personajes, situaciones y una vida que se prolonga durante décadas en varios países y continentes.
En primera fila está sentada una de esas señoras. Al acabar, la novelista le firma el libro. Habrá otra novela donde Marbella tenga más protagonismo narrativo. La próxima se centrará en los ochenta. Qué rico el rollito vietnamita que probamos en el Óleo.
A las 21:11 recibo un mensaje de audio de WhatsApp que me hace muy feliz. Estos detalles que siempre cuentan. El diario puede intuirlo. A veces, lo sabe.
Viernes 10
En el centro de salud se hace conocer José Capel, de la cosecha del 37. Tiene los ojos azules. Me creía un guaperas y… he tenido una vida muy desordenada. Gané más de 100 carreras ciclistas. Mi madre me tuvo en Gerona, cuando huía de las bombas.
Una cena con buenos amigos, nutritiva y también arriesgada, en un restaurante interior… sin ventilación. Mi voz del futuro me hace una reprimenda: “Que sea la última vez”. Ómicron acecha.
Sábado 11
Se gradúan, con todo merecimiento, los alumnos de Periodismo de la UMA que no pudieron hacerlo en junio de 2020 por culpa de la pandemia. En los discursos nadie cita a Kapuściński. En mi biblioteca sus libros de Anagrama están situados en el lugar mejor colocado si levanto la cabeza del portátil. Viajes con Heródoto quizá sea mi predilecto.
Domingo 12
“¿Siempre hace frío en tu estatura moral?”
Lunes 13
Justo antes de dormir, repasamos en tromba tebeos de la infancia:
- La familia Trapisonda, un grupito que es la monda
- El repórter Tribulete
- El botones Sacarino
- 13 Rue del Percebe
- Rompetechos
- Profesor Bacterio
- Carpanta
- Doña Urraca
- La familia Cebolleta
¿Te acuerdas lo que significaba la T.I.A.?
Técnicos de Investigación Aeroterráquea.
Aterrizamos en la realidad. Se precipita al suelo un lápiz Staedtler. La última risa del día. Buenas noches.
Martes 14
Leí ayer en clase estos dos artículos en el arranque de los géneros de opinión:
“Los amigos del colegio son los únicos con los que puedes contar la misma historia mil veces seguidas, una detrás de otra, y quedarte con ganas de la última”, escribió Manuel Jabois en 2014. Manuel Vicent en 2010: “Bajo un siroco de fuego, que nos ha visitado al final de agosto, ha muerto mi perra Linda, una cocker americana. Era pequeña, chata, muy rubia, con el flequillo sobre los ojos y debido a la gran clase que llevaba encima no necesitaba hacer ninguna gracia especial para sentirse reina”.
Me envían una edición limitada de sonetos de Alcántara. Qué exquisitez.
Muere Juan Manuel Cruz, un librero de categoría. Somos hijos de Rayuela.
Miércoles 15
Cristina García Rodero es muy bajita, habla sin respiro, se quita y se pone el abrigo, echado hacia los hombros. “Yo siempre he creído en mí”, dice esta «cazadora» de fotografías irrepetibles. Acaso la mejor fotógrafa española de todos los tiempos. Enseña su trabajo, lo disecciona. Txema Rodríguez le pregunta con tino. Su técnica es poesía.
Jueves 16
Nos acompañan por toda la casa, en estos rezagados y memorables días de otoño, tan cálidos, unos extraños y diminutos seres voladores que parecen brotados del ciclamen. Les entusiasman, ante todo, las ensaladas nocturnas y el intenso olor del líquido verde del preafeitado eléctrico. Ellos sabrán.
Viernes 17
Regalamos Tiempo sin claves, de Ida Vitale.
El sobresalto fuera del poema y dentro del poema, apenas aire contenido.
Leer y releer una frase, una palabra, un rostro. Los rostros, sobre todo.
Repasar, pesar bien lo que callan.Como no estás a salvo de nada, intenta ser tú mismo la salvación de algo.
Caminar despacio, a ver si, tentado el tiempo, hace lo mismo.
Sábado 18
¿Alimentos autóctonos? En la despensa tenemos lentejas de Canadá y espárragos y aguacates de Perú.
En el nacimiento de casa, con figuritas de barro, surge una bola de hilo marroncilla clara que parece de Indiana Jones. También una suerte de vela en miniatura que navega sobre el río de papel Albal.
El sincretismo será esto.
Domingo 19
Al fin conozco a Miguel Santamarina, uno de mis señoritos de Zenda, como diría Umbral. Andamos muy rápido desde La Malagueta hasta el Soho. Charlamos de proyectos, ilusiones y realidades zendianas. De brújulas y, sobre todo, de mapas de escritura.
Lunes 20
José María de Loma es un amigo del alma, imprescindible en la partitura de mi vida. Viene a clase a explicar las claves de su articulismo, tan Julio Camba, tan sugerente; y sus dietarios, jugosísimos, que publica cada domingo en La Opinión de Málaga. Loma me descubrió La tía Julia y el escribidor. El día que Vargas Llosa ganó el Nobel nos felicitamos con tanta alegría que parecía que lo había ganado alguno de nosotros. En 1995 me prestó un libro y aún no se lo he devuelto. La última vez que estuvo en casa, merodeando por la parte de literatura latinoamericana, estuvo a punto de descubrirlo. Ahora me preguntará:
—¡Pero, bueno, River! ¡No tenía ni idea! ¿Cuál es, cuál es? Ja, ja.
Martes 21
No, este año tampoco nos juntaremos la familia en Nochebuena. Ómicron estalla.
Miércoles 22
¿Cómo va la cosecha de Cuentos de Navidad?
El clásico de Ignacio Camacho.
¿Otra vez te presentaste, querido lector? Di que sí, hasta que ganes.
Jueves 23
Muere Joan Didion. El reporterismo está de luto. Hoy, más que nunca, #NiundíasinReporterismo. Asocio a Didion con dos periodistas cultas, muy bien informadas e inmensamente lectoras que conocen su obra a la perfección. Me refiero a Lara Hermoso y a Inés Martín Rodrigo, a quien, si hiciera trampas, la felicitaría ya por lo del 6 de enero, pero me voy a callar para no hacer spoiler en este Toma y Lee.
Viernes 24
Toñi me regala Tantos días felices, de Laurie Colwin. La frase de Antonio Orejudo de la faja da muchas pistas que se acaban cumpliendo.
La lluvia, aquí, hoy, es fina; sosegada.
Publico la lista de mis 10 libros favoritos de ficción. Acumulo frases acaso demasiado melancólicas, incluso tristes. Prometo que la entrega de no ficción será distinta.
Sábado 25
Hacía muchos años que no veía Qué bello es vivir. ¿Quién puede resistirse a una sesión de optimismo aunque no te puedas reunir en familia?
Mi padre, de 77 años y devoto de las nuevas tecnologías, envía por YouTube imágenes de cuando Cristina, mi hermana, y yo éramos pequeños. Grababa en Súper 8. Ahora tenemos un enlace privado de Internet. Jorge y Carlota, mis sobrinos, lo llaman Agu, el youtuber. Su canal tiene 5,2 millones de visualizaciones. Qué monstruo eres, papá.
Domingo 26
Escucho por la tarde un disco de La Guerra de los Mundos de los setenta. Los marcianos conquistan la Tierra. Nadie sabe si volverá la vida normal al planeta.
Lunes 27
Baltasar Montaño siempre ha sido un purasangre del periodismo, del compañerismo, de la fiesta y de los viajes. Cualquier cosa que hace le pone una pasión contagiosa de entusiasmo. Sabía que el acento extremeño de Balta, su ronca voz y risa guasona, habían recorrido continentes en busca de aventura. Ahora me llega su libro en Círculo de Tiza. Sin billete de vuelta, se titula. Me recuerda a Billete de ida, de Javier Reverte, no solo por el título reverso, sino por su capacidad para que disfrutemos de sus andanzas, por sus reflexiones sobre lo importante que es tomar las riendas de tu vida.
“Llevo décadas trotando fuera de mi país y casi cinco años viviendo en pleno viaje, y hasta ahora nunca me han robado, jamás. Sé que por cuestiones puramente estadísticas y porque a veces no calibro del todo mis riesgos, no tardará en tocarme. Pero el día que eso ocurra y me dejen en calzoncillos no pienso contárselo a nadie, para no dar ni un trozo de carnaza a los agoreros que siempre alertan de la supuesta peligrosidad del destino”.
No se pierdan esa joya de la crónica de viajes.
Martes 28
Qué ternura lo de los monigotes en la espalda pegados con Fixo transparente.
Miércoles 29
Volvemos a enviar varios Christmas tradicionales de Unicef. En Correos siguen vendiendo sellos. Incluso. El año que viene empezamos a escribirlos en el puente de diciembre, antes de que el río de papel Albal se llene de peces.
Jueves 30
En la lista de los 10 favoritos de no ficción no están todos los que me gustaría. Los que están me encantaron. La próxima vez explicaré por qué no incluyo una sinopsis o mis impresiones. Muy buena la clasificación de Suanzes, que enlaza listas nutritivas.
Viernes 31
Un hombre de unos 30 años está sentado en el banco del parque. Su bebé duerme tranquilo en el cochecito. Sujeta el libro —el joven, no el retoño— con la mano derecha. Con su mano izquierda apunta y subraya frases. Parece que quiere ocultar su lectura, como los japoneses en la línea Yamanote del Metro de Tokio.
Queda poco para que anochezca y tengo que llegar a casa. Llego aún de día. Desde 2008, escribo de una manera automática un minicuento ambientado en Fin de Año. No existe guion previo. No sé lo que voy a contar, ni cómo. Vie 31 dic 18:15, dice el ordenador en el ángulo superior derecho. He titulado este archivo como Minicuento de Nochevieja, he puesto mi nombre y ya llevo un párrafo.
Son las 18.43 y ya estoy escrito, como decía González Ruano. Y corregido (por ahora solo una vez). Aquí está.
Vuela 2021. Feliz 2022.
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