Hay vida más allá de los grandes grupos editoriales, y, por suerte, muy florida. En esta serie para Zenda Libros entrevistaremos a algunas de las pequeñas y grandes editoriales independientes en España, aquellas que movidas por su amor a la literatura y valiéndose de su encomiable esfuerzo y sagaz olfato nos permiten a los lectores descubrir o incluso rescatar obras que con el tiempo se convierten en imprescindibles. Son el contrapeso necesario del negocio editorial y uno de sus principales y más loables objetivos es ganarse un hueco en las estanterías de todos los lectores. ¡Larga vida a las editoriales independientes!
Aunque de origen mexicano, Sexto Piso se instaló en España en 2005, solo tres años después de su nacimiento. Su labor editorial se enfoca en la traducción de autores contemporáneos de renombre y en la publicación de nuevas voces del panorama hispanoamericano. En su catálogo se pueden encontrar obras de narrativa, ensayo de todo tipo, novela gráfica y cómic, crónica y no ficción, poesía y libros infantiles… vamos, de todo.
Con más de 30 personas en plantilla, la editorial distribuye en nueve mercados iberoamericanos y en Estados Unidos, habiéndose convertido en menos de 20 años en una gran editorial independiente.
Santiago Tobón, director de la editorial en España, responde con precisión cirujana a este cuestionario, dejando sobre la mesa unos cuantos asuntos sobre los que reflexionar.
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—¿Qué os impulsó a emprender la labor editorial?
—Fue una mezcla de un exceso de entusiasmo con cierta incapacidad para entender el mundo laboral que se venía después de cursar los estudios universitarios. En el momento de la fundación de la editorial, ninguno contaba con experiencia y recorrido en el sector, mentiría si dijera que había un plan trazado claramente. Fue entonces una editorial que se fue asentando bajo el método ensayo-error. Camino que por supuesto defendemos, porque nos ha traído hasta aquí 20 años después.
—¿Ha sido un camino plagado de rosas o repleto de espinas?
—Sin duda con muchas espinas. Como los rosales, que tienen más espinas que rosas.
—¿Dónde y cómo buscáis el talento?
—Llega por muchos lados: autores que ya consideramos “de la casa” y que nos siguen confiando su obra, amigos y colegas editores de otros países, agentes literarios, colaboradores como traductores que nos recomiendan obras, nuestros editores que buscan en diferentes mercados y países, los autores que también son en muchos casos quienes nos recomiendan y, también, los propios lectores que nos escriben con algunas recomendaciones.
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No solo de traducciones y voces hispanoamericanas vive Sexto Piso. Otra de sus grandes facetas, y quizá la más encomiable, es la de rescatar autores u obras poco conocidas en el panorama iberoamericano y que no están disponibles en español. Tengo a Sexto Piso como una editorial de referencia desde que publicaran la novela El Pasajero, de Ulrich Alexander Boschwitz, una joya de la que disfrutamos en español gracias a ellos.
Toda la labor de Sexto Piso ha sido ampliamente reconocida internacionalmente. Por nombrar algunos ejemplos, en 2004 obtuvo el International Young Publisher of the Year, otorgado por la Feria del Libro de Londres, y en 2008, como parte del Grupo Contexto, fue galardonada con el Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural, otorgado por el Ministerio de Cultura y Deporte de España.
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—Vista desde su perspectiva más amplia, ¿Cuál es la parte de la edición que más os gusta?
—Diría que el todo. El trabajo editorial es interdisciplinario, intervienen varios oficios en el proceso, y algunos de ellos no son realizados por el editor. Es más una función de director de orquesta. Conseguir lectores para una obra, llevar todo el proceso a buen término, es lo que más satisfacción da.
—¿Y la que menos?
—La edición está llena, aunque todavía haya mucha gente que no lo sabe, de actividades poco glamurosas: hay muchas responsabilidades diarias que no tienen nada que ver con esa idea romántica de la edición. Y es indispensable ocuparse de ellas. Tiene también mucho de trabajo monótono, poco grato, pero imprescindible.
—Editorial independiente es una etiqueta descriptiva que hace referencia a la gran mayoría de sellos que no pertenecen a un gran grupo, pero, ¿es una etiqueta que diga algo más de la labor editorial que hacéis?
—Es una etiqueta problemática porque alude a la vez a la dependencia de otros. En cualquier caso se ha creado un referente al término que suele ser acertado. En muchos sentidos se puede afirmar que son editoriales “con criterio”, y que ese criterio se sigue reflejando en el catálogo que elaboran.
—¿Se publican demasiados libros en España?
—Podría ser cierto, aplicado ciertas tipologías editoriales, pero también es un gran sofisma esa afirmación. Lo que sí podría decir contundentemente la “edición independiente” de la que estamos hablando aquí no es la responsable de esos demasiados libros. Y si lo es, lo diría como una cualidad entonces, como una garantía de la bibliodiversidad.
—A menudo, los autores sueñan con sus libros publicados en tal editorial, pero ¿a qué autor (vivo o muerto y de cualquier nacionalidad) os gustaría publicar?
—Es que serían muchísimos, en casi todas las editoriales encontraríamos autores que quisiéramos tener en nuestro catálogo.
—¿Por qué no se traduce más a los autores españoles? ¿Es una cuestión cultural o hay algún obstáculo más allá de la falta de medios?
—No podría afirmar categóricamente que se traduzcan pocos autores españoles (o que escriban en español). De hecho tengo la percepción que nuestra lengua ha conseguido recientemente espacios notables en la edición internacional. En cualquier caso, hay mucha literatura española y en español digna de traspasar fronteras y llegar a más lectores, así que visto desde ese punto cualquier esfuerzo para conseguir más traducciones es poco.
—Dinos otra editorial independiente española que te parezca que hace una gran labor.
—Empezaría por todas las otras editoriales que hacen parte del grupo Contexto (Asteroide, Nórdica, Periférica, Impedimenta). Y menciono unas cuantas que se me vienen a la cabeza, sin ningún orden: Pre-Textos, Pepitas de Calabaza, Capitán Swing, La Uña Rota, Libros del K.O., Las Afueras…
—En pocas palabras, ¿cómo te gustaría que los lectores definieran a vuestra editorial?
—Como una editorial que les descubre libros sorprendentes.
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Solo hay que pasarse por la web de la editorial para ver que sus novedades están copadas por nombres de mujer, como No todo el mundo de Marta Jiménez Serrano, Intimidades de Katie Kitamura, Un fantasma en la garganta de Doireann Ní Ghríofa o la última novela de Andrés Felipe Solano, que también tiene nombre de mujer: Gloria.
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