La exclusiva casona montañesa, de piedra y madera, donde el escritor cántabro José María de Pereda nació en 1833, está disponible por 1,1 millones de euros para aquel afortunado que desee evocar los primeros pasos de uno de los máximos exponentes de la narrativa costumbrista española.
No es obligatorio que el nuevo propietario sea un amante de las letras o historiador, ya que podría ser alguien con conocimientos de jardinería y floricultura y desee adecentar la finca, de más de 6.000 metros cuadrados de arboleda.
O, ¿por qué no?, un experto en arte, que reciba a sus invitados en la monumental portalada de sillería con arco de medio punto antes de tomar un refrigerio bajo una tradicional solana con techumbre de madera.
Eso sí, es recomendable vivir acompañado en esta edificación, ubicada en el centro del municipio cántabro de Polanco, para no perderse entre sus casi 800 metros cuadrados de superficie útil y, si es posible, ser un «manitas» para poner a punto su interior que, tras años de abandono, precisa de un lavado de cara dada la afección de humedades, goteras y polillas.
Y, ése, es uno de los principales escollos que impide al Ayuntamiento adquirir la casona.
Según explica a EFE la alcaldesa de Polanco, Rosa Díaz, al montante de más de un millón de euros del precio que se solicita, habría que sumar otra cantidad similar en gastos de restauración, que el Ayuntamiento no puede sumir, porque generaría un «descuadre» en las cuentas municipales.
La casa natal de José María de Pereda lleva años en la órbita del Consistorio debido a la importancia patrimonial y emotiva de un «hijo predilecto» que propició, entre otras aportaciones, la llegada de escritores de ámbito nacional a Cantabria.
«Aquí sigue plantado el famoso laurel que trajo Benito Pérez Galdós como símbolo de su amistad, a pesar de sus divergencias ideológicas», detalla la alcaldesa.
Díaz reconoce que, en 2018, ya tantearon con el biznieto del escritor —heredero principal de la propiedad junto a otros familiares— la posibilidad de comprar la casa, pero le dijeron que «no estaba en venta».
Sin embargo, hace unos meses, una inmobiliaria de lujo publicó entre sus ofertas una «maravillosa casona de estilo barroco-montañés» cargada de historia. Es decir, la cuna del autor de novelas como De tal palo tal astilla, Peñas arriba o Sotileza, en la que retrata la forma de vida de los pescadores.
La idea del Museo de Pereda
La idea del Consistorio es que la casa se destine a un centro de interpretación o museo abierto al mundo sobre la vida y obra de Pereda, con objetos y elementos que puedan recopilar de sus herederos directos y otros que se encuentran en la biblioteca municipal de Polanco.
Libros, cartas manuscritas y la primera edición de un ejemplar que fue donado por un vecino y que se tuvo que restaurar, podrían estar en ese museo, cree Rosa Díaz.
También se surtirían de la colección que guarda la familia del hispanista británico Anthony Clarke, considerado el máximo estudioso del escritor y que durante más de cincuenta años mantuvo una estrecha relación con Polanco. De hecho, fue nombrado Hijo Adoptivo del municipio y le da nombre a la Casa de Cultura.
Rosa Díaz plantea que, además de la casa, el extenso solar verde del inmueble podría dedicarse a la celebración de eventos culturales.
Sumar y proteger
La alcaldesa aboga por una solución basada en la suma de administraciones (local, regional y central) e, incluso fundaciones, que posibiliten que la casa natal forme parte del patrimonio de todos.
En este sentido, el Ayuntamiento ha encargado a un especialista la tramitación de un informe que determine los valores arquitectónicos, culturales e históricos para que el Gobierno de Cantabria inicie los trámites para la declaración de ese inmueble como Bien de Interés Cultural (BIC).
Esa llave de «protección más integral» no sólo sería sobre el edificio y la finca, sino también para la zona de influencia, que obligaría a los actuales y futuros propietarios al mantenimiento y conservación para evitar su progresivo deterioro.
Aun así, Díaz aclara que el Plan General de Ordenación Urbana de Polanco ya impide especular con la construcción en esa finca, aunque sí se podría segregar.
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