El encuentro internacional en español «Valladolid en la Lengua» (VALE) inició ayer su segunda edición que se celebrará del 17 al 19 de abril. Comprometidos con los millones de hispanohablantes que usan el español como herramienta de comunicación, estudio, memoria y encuentro, este congreso reunió en la primera jornada al escritor Juan Manuel de Prada, Premio Planeta 1997 y Premio Nacional de Narrativa 2024 que se dirigió a más de 200 alumnos de bachillerato y universidad en un Teatro Zorrilla abarrotado. La charla giró en torno al oficio de escribir y el novelista, que en breve sale de nuevo a librerías con una novela ingente que promete no dejar a nadie indiferente, habló sin tapujos del apocalipsis de nuestro presente endiablado y de la lectura de los clásicos como único consuelo: Cervantes, Proust o Valle-Inclán. Padre él, a su vez, de una chica de quince años, recomendó, a petición del joven público, la lectura de Edgar Allan Poe, entre otros, como una atractiva aproximación a la fascinación y el misterio del placer de leer.
La tarde se inició con tres mujeres en el escenario del Zorrilla para hablar de literatura, cine y héroes: Paula Ortiz, guionista y directora de cine con tres grandes adaptaciones literarias en el cine: La novia (una narrativa particular sobre la obra de Lorca, Bodas de Sangre); Teresa (aún en cartelera), una mirada poética sobre la vida de Santa Teresa de Jesús y Al otro lado del río y entre los árboles, superproducción estadounidense basada en la novela homónima de Hemingway. María José Solano, coeditora de Zenda-Edhasa, columnista cultural de ABC y autora del libro de viajes Una aventura griega (Debate, 2023). Karina Sáinz Borgo, periodista de ABC y autora de la exitosa novela La hija de la española (Lumen, 2019) y ganadora, entre otros, del prestigioso Premio Jan Michalski. Estas tres mujeres abordaron el tema del héroe partiendo de la vida y la obra de Hemingway para terminar cubriendo el espectro literario que las llevó a pensar en Odiseo como el personaje creado por la mirada heroica de las mujeres que lo conformaron. Estas tres escritoras coincidieron en la importancia determinante del cine y sus derivadas audiovisuales en el futuro del siglo XXI como una manera inequívoca de preservar la literatura. Frente a la rotunda afirmación de Juan Manuel de Prada de que el cine ha sido incapaz de interpretar correctamente la gran literatura (la “literatura con mayúscula” que él cita en ejemplos de Cervantes y Proust), siendo —según él— sólo capaz de adaptar a la gran pantalla obras “secundarias o “mamarrachos” de baja calidad como, según sus palabras, ocurrió con “las películas de John Ford, salidas de obritas sin relevancia literaria”. Estas mujeres reflexionaron sobre los vasos comunicantes entre cine y literatura y, conscientes siempre de que son dos registros bien diferenciados, cada uno de ellos con un lenguaje propio, sin embargo recordaron adaptaciones de Hemingway, Hammet, James Joyce, Stephan Zwaig, Daphne du Maurier, Patricia Highsmith o Joseph Conrad, por citar algunos autores destacados de la historia de la literatura, que marcaron hitos cinematográficos. Por no olvidar que algunas de las películas más famosas del Western (incluido John Ford), se basan en las novelas cortas de una de las autoras más emblemáticas de la literatura norteamericana de frontera: Dorothy Johnson. Si estos nombres y sus obras llevadas al cine con éxito no son “alta literatura”, que venga Dios (o De Prada) y lo vea.
Esta primera jornada se clausuró con un auténtico broche de oro: de nuevo moderados brillantemente por Karina Sáinz Borgo, charlaron sobre lengua y escritura el periodista, columnista de ABC y escritor, Alfonso J. Ussía, autor de El puente de los asesinos (Círculo de Tiza, 2023) y el poeta Luis Alberto de Cuenca. Realmente llamar a este último “poeta” es quedarse corto: filólogo, helenista, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario y expolítico español. Ha sido galardonado con el Premio Nacional de Poesía (2015). Es académico de número de la Real Academia de la Historia, académico de la Academia de Buenas Letras de Granada, vocal del Real Patronato del Museo del Prado y miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras. Pero Luis Alberto es, sobre todo, un caballero (“aunque también soy, aunque no lo parezca, un canalla”, ha apuntado en alguna ocasión). Abrió la noche con la lectura de uno de sus más hermosos poemas: “Nausícaa”, y tras la ovación, Alfonso Ussia, hijo del prestigioso columnista y escritor del mismo nombre, nieto, a su vez, del dramaturgo Pedro Muñoz Seca, asesinado durante los primeros años de la Guerra Civil, con sus palabras y reflexiones sobre la importancia de la poesía y la literatura como un elemento fundamental para divertirse y ser feliz, hizo gala de su inevitable estirpe de escritor de raza.
La noche cayó, finalmente sobre el teatro abarrotado de esta primera jornada del VALE en el que aún sobrevolaban las palabras pronunciadas por el presidente de la Fundación Godofredo Garabito y Gregorio, su nieto, el periodista Guillermo Garabito:
“En español nacieron los derechos humanos aquí, en Valladolid, en español se dio la primera vuelta al mundo, en español se escribió El Quijote y en español se escribe el futuro, si a ninguno se nos olvidan las posibilidades de un idioma que comparten seiscientos millones de hablantes”.
Mañana, más.
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