Todavía hoy se recuerda una simpática campaña del FROM en la que se cantaba aquello de “Pezqueñines ¡no, gracias!” para concienciar a la población de no consumir pescado demasiado pequeño y preservar así la regeneración de la fauna en nuestros mares y océanos. Sin embargo, en otros ámbitos, como el editorial, lo que se debería cantar es todo lo contrario, o al menos sí un canto que reivindique también ese tamaño. Hay en nuestro país editoriales pequeñas que están, con mucho esfuerzo, pasión y dedicación, publicando libros de gran calidad. Veamos algunos de los estupendos álbumes ilustrados que nos traen esos “Pezqueñines”.
Con el medio ambiente
La Editorial Maclein y Parker se ha aliado con la escritora María Iglesias para publicar Vaho, una historia en la que una niña, Ada, ha encontrado en los baños que ya se toma ella sola el momento donde escapar de las aburridas tareas diarias y así vivir nuevas y divertidas aventuras. Dentro de la bañera y con la complicidad del vaho que desprende el agua caliente Ada viajará lejos, muy lejos, allí donde sólo la imaginación consigue llegar. Sólo una madre concienciada con el medio ambiente consigue interrumpir la desbordante imaginación de esta niña que lo único que quiere es un poco de tiempo para jugar.
Autora: María Iglesias. Título: Vaho. Ilustraciones: Irene Mala. Editorial: Maclein y Parker.
El frío
De la agradable sensación de un baño de agua caliente la Editorial Bookolia nos transporta a un entorno un poco más frío. El iglú cuenta con delicadeza la reacción de los habitantes de un pueblo ante la extraña aparición de un iglú. Por suerte, y para alivio de casi todos, en el iglú no hay puertas ni ventanas, por lo que nada ni nadie puede salir de él. Los temores del principio a lo desconocido se convierten al final en cotidianeidad. Pero siguen flotando en el aire las preguntas ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo?
Autor: Jesús López Moya. Título: El iglú. Ilustraciones: Zuriñe Aguirre. Editorial: Bookolia.
Un manual de historias
El editor de la editorial Milrazones se convierte en esta ocasión en escritor para escribir una fantástica historia sobre cómo hacer un libro. En Migue hace un libro el pequeño Migue, divertido e inquieto, descubre cómo matar los días de verano tras un percance jugando al fútbol. Este magnífico libro se divide entre la historia de Migue y el manual que le sirve de guía para escribir sus propias historias. Un libro para leer y con el que jugar. Las sencillas ilustraciones de Kike Ibáñez son una maravilla.
Autor: Jesús Ortiz. Título: Migue hace un libro. Ilustraciones: Kike Ibáñez. Editorial: Milrazones.
Lobos, sirenas, puertas secretas…
La Editorial Rimpego se ha decantado en esta ocasión por una compilación de cuentos titulada Leyendas populares para chavales espabilados. Esta cuidada edición reúne siete historias contadas e ilustradas por quince autores y coordinadas por un valiente editor que desempaña también los papeles de escritor e ilustrador en esta obra. Encontramos, por ejemplo, una historia de tintes ecológicos, batallas entre cristianos y sarracenos, puertas secretas, lobos guardianes, sirenas enamoradizas e incluso una misteriosa anciana panadera. Todo ello regado de simpáticas y coloridas ilustraciones como las de Raquel Ordóñez Lanza para el último cuento del libro sobre Guzmán el Bueno.
Varios Autores. Título: Leyendas populares para chavales espabilados. Editorial: Rimpego.
¿Y si el deseo se hace realidad?
La Editorial Fragatina acaba de publicar El buen hijo, una divertida pero a la vez crítica reflexión sobre la capacidad de ser padres. Los Larssen son una típica familia: madre y padre trabajadores y un hijo, Terry, que se comporta como un niño normal: pinta en las paredes de su habitación —como casi todos los niños—, corre y grita mientras juega, etc. En definitiva, se comporta como un niño de su edad. Pero sus padres no paran de regañarle: no hagas esto, no hagas lo otro… Hasta que una mañana, Terry se convierte en el hijo deseado por sus padres.
Autor: Fran Pintadera. Título: El buen hijo. Ilustraciones: Gómez. Editorial: La Fragatina.
Sin duda alguna, con estos libros las pequeñas editoriales demuestran que son capaces de hacer GRANDES libros en los que tanto pequeños como adultos encontrarán amenos relatos con hermosas ilustraciones. Por tanto, editoriales “Pezqueñínes” ¡sí, gracias! —muchas gracias—.
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