Me gustaría decir que cada una de mis viñetas salen de mi cabeza mientras voy paseando por la playa o dando un paseo por la calle Mayor, pero lamentablemente no es así. Mi trabajo diario en dos periódicos me obliga a estar pegado a varios objetos durante varias (muchas) horas al día. Estos objetos son: los auriculares, pegados a mis orejas, para escuchar la radio; el periódico, para leer a mis compañeros, el móvil o el ordenador, para echar un ojo (sólo uno) a las redes, y el lápiz entre los dedos, para apuntar ideas o dibujar los primeros trazos antes de que se esfumen. Y aquí, en mi cueva-estudio, buceo entre las noticias, los chascarrillos y las locuras, hasta dar con la idea que me seduce, y que pone en marcha el mecanismo de mis neuronas para dar con la viñeta que al día siguiente quiero que la gente lea.
Es por esto que de vez en cuando me gusta dar un repaso a todas las viñetas que he ido creando con este ritmo vertiginoso, me recreo en ver que algunas siguen sirviendo para sacarme una sonrisa, llamo a mi editora y le pido que hagamos un recopilatorio.
Esta labor de selección se basa en repescar aquellas viñetas que resisten el paso del tiempo. Y en No está todo reído, además, nos empeñamos en desterrar aquellas que tienen que ver con la política, dando paso a mis temas favoritos, los transversales, sociales, vecinales y familiares.
No está todo reído está hecho con la esperanza de que la risa nunca acabe. Porque leer es necesario, pero reírse es imprescindible.
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Autor: Puebla. Título: No todo está reído. Editorial: LID. Venta: Amazon
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