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Mitos, agravios y discursos - Zenda
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Mitos, agravios y discursos

España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos, se inserta, pues, en una larga tradición historiográfica cuyo origen podríamos situar en el célebre ensayo de Julián Juderías, La leyenda negra española, género que experimentó una profunda revitalización a raíz del best seller de María Elvira Roca Barea, Imperiofobia y leyenda negra. Ahora bien, el...

A diferencia de otros países del entorno europeo, España constituye un auténtico problema filosófico, es decir, son innumerables los pensadores, filósofos, literatos e historiadores que han reflexionado acerca de la Historia de España. También, en España, por desgracia, el debate y la discusión sobre temas concernientes a la historia y la historiografía desborda, trasciende con frecuencia el ámbito rigurosamente académico y se convierte en trinchera ideológica, inagotable hontanar de “mitos, agravios y discursos”. No es mi intención en esta reseña, ni tampoco la de Javier en su libro, ahondar en las causas psicológicas que llevan a los españoles a cuestionarse y dudar de su propia existencia como nación. El libro España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos, no es una obra de psicología, ni tampoco un libro de política. Es un libro de Historia y sí, conviene afirmarlo taxativamente, aunque el autor, Javier Rubio, no sea “historiador profesional”, entendiendo por tal a los egresados de las facultades de Historia. Contemplo con gran desazón y zozobra la irrupción de una suerte de fundamentalismo academicista, que rechaza frontalmente cualquier trabajo historiográfico procedente de un ámbito no universitario. No quiere esto decir, ni mucho menos, que los trabajos llevados a cabo por “historiadores profesionales” sean, a priori, inferiores —tampoco superiores, ojo— a otro tipo de literatura historiográfica. Los libros de Historia hay que valorarlos, enjuiciarlos, criticarlos y clasificarlos en función de su contenido, no por la persona que los haya elaborado. Javier Rubio y otros “historiadores no profesionales” son objeto, constantemente, de una campaña de descrédito ad hominem poco honesta, chulesca y ciertamente reprobable. Así que, en primer lugar, me gustaría reivindicar el estatus de “libro de Historia” que, en justicia, corresponde merecidamente al salido de la pluma de Javier Rubio, inspirado por la máxima que popularizó Tácito, sine ira et studio. ¿Significa esto que nos encontramos frente a un libro completamente objetivo? No, dudo mucho que un libro de Historia logre serlo, pues resulta imposible disociar al historiador de su objeto de estudio. La Historia es una ciencia beta operatoria, —por seguir la distinción de Gustavo Bueno en su Teoría del cierre categorial—, que opera con reliquias y relatos que siempre son sometidos al filtro interpretativo del propio historiador. No ocurre lo mismo con las ciencias alfa operatorias, —distinción también acuñada por el propio Bueno—, en las que sí que resulta objetivamente posible alcanzar verdades universales, irrebatibles, con independencia del juicio del sujeto que realice las operaciones. Por ejemplo, el área del círculo siempre ha sido, es y será el resultado de multiplicar el numero pi por el radio al cuadrado.

"Hoy en día, prácticamente ningún historiador niega la existencia de dicha leyenda negra durante los siglos XVI y XVII"

España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos, se inserta, pues, en una larga tradición historiográfica cuyo origen podríamos situar en el célebre ensayo de Julián Juderías, La leyenda negra española, género que experimentó una profunda revitalización a raíz del best seller de María Elvira Roca Barea, Imperiofobia y leyenda negra. Ahora bien, el libro de Javier, creo, nace con una vocación mucho más ambiciosa que otros trabajos de estilo similar, ya que no se circunscribe al controvertido periodo imperial, sino que también analiza magistralmente otros periodos históricos, igual o más polémicos, incluso  espinosas cuestiones como la referida al uso distorsionado, a veces espurio, del término Reconquista; el supuesto atraso endémico y presunta anormalidad española; o el uso, a veces torticero de la Historia de España, llevada a cabo desde el denominado nuevo hispanismo. En primer lugar, Javier trata de demostrar que la conocida como leyenda negra española no solo es una herramienta de marketing político, —como la calificó Marcelo Gullo en su obra Madre Patria—, utilizada repetidamente por los enemigos de España con el ignominioso propósito de vetar el desarrollo de nuestra nación a todos los niveles, político, industrial, económico, etc. Pues no, en la actualidad, España ocupa un estatus de país relativamente modesto en el contexto geopolítico, por lo que resulta difícil sostener la existencia de una especie de contubernio internacional, de una suerte de conjura mundial pergeñada por Estados Unidos, el líder indiscutido de la “angloesfera”, contra España.

Javier, en el primer capítulo de su obra, “Definiendo la Leyenda Negra”, tras admitir que en los siglos XVI y XVII resulta prácticamente indiscutible la existencia internacional de esa leyenda negra, auspiciada o difundida, como es conocido, a través de los escritos de Guillermo de Orange, Antonio Pérez o Bartolomé de las Casas, demuestra, apoyándose en numerosas fuentes primarias y secundarias, que también hubo autores extranjeros, como Charles F. Lummis, que reconocieron la labor “civilizadora” llevada a cabo por España, desmintiendo furibundamente los dicterios infundados que se vertían contra la acción imperial española en el Nuevo Mundo. Hoy en día, prácticamente ningún historiador niega la existencia de dicha leyenda negra durante los siglos XVI y XVII. En el libro de Javier, a través de sus numerosas notas a pie de página o en la bibliografía seleccionada al término del libro, se pueden consultar los trabajos de Ricardo García Cárcel, Philip Powell, Henry Kamen, Robert Goodwin o John H. Elliot, hispanistas que, ya en su día, denunciaron la manipulación y deformación torticera, ocultando intereses políticos poco encomiables, que sufría la Historia de España, sin caer, en modo alguno, en el relato rosalegendario (o leyenda-rosista) igual de nocivo, falso y manipulador que el negrolegendario (o leyenda-negrista).

"Javier también discurre en profundidad sobre el controvertido origen de España. Aquí sí que existe una amplia panoplia de opiniones para todos los gustos"

El autor también analiza en profundidad la conveniencia o no del término Reconquista para referirse a los ocho siglos de historia medieval peninsular marcados por el enfrentamiento y la coexistencia de dos cosmovisiones prácticamente antagónicas: la católica occidental y la mahometana oriental. Rubio Donzé, en contra del popular axioma orteguiano (“¡es imposible denominar Reconquista a un periodo tan extenso!”) y polemizando con historiadores actuales, como García Sanjuán, apuesta por la utilidad del término, por su operatividad como categoría historiográfica, exenta de prejuicios esencialistas tan comunes en historiadores de la pasada centuria, como Claudio Sánchez Albornoz, egregio y conspicuo autor de España un enigma histórico, quien llegó a sostener la existencia de un homo hispanus. Se suele tildar el uso del término Reconquista de franquista, facha u otras lindezas, que resultan intelectualmente inanes. Ahora resulta que Sánchez Albornoz, presidente de la Segunda República en el exilio, era franquista. No, acerca del uso del término Reconquista se puede discutir desde la honestidad y el buen obrar académico, como ha hecho, por ejemplo, Pedro Insua en su imprescindible Cuando España echó a andar, donde, siguiendo las tesis esbozadas subliminalmente por Pirenne en su Mahoma y Carlomagno, el filósofo argumenta la imposibilidad de la Reconquista, ya que no se podría reconquistar algo que aún no existía: España. Más bien, cabría hablar de conquista y construcción de España, cuyo ortograma imperial empieza a gestarse tras la conquista de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI, el imperator totius hispaniae. Para un mayor desarrollo de esta tesis remito al libro, ya citado, de Pedro Insua, o a España frente a Europa, de Gustavo Bueno. Javier, muy legítimamente y con gran andamiaje documental y solvencia argumentativa, apuesta por el uso del término Reconquista, cuyos orígenes, rebatiendo las tesis de, por ejemplo, Álvarez Junco en su celebrado libro Mater Dolorosa, se remonta al siglo XVIII. Además, aunque no se utilizase propiamente el nombre “Reconquista”, desde el ámbito áulico ovetense de Alfonso III ya se elabora la ideología neogótica que habla de recuperar las tierras perdidas tras la batalla de Guadalete librada en el año 711.

"No encontrarán en este libro una apología encomiástica, una hagiografía laudatoria de los conquistadores, sino un análisis racional del significado histórico del Descubrimiento y de la Conquista del continente americano"

Javier también discurre en profundidad sobre el controvertido origen de España. Aquí sí que existe una amplia panoplia de opiniones para todos los gustos. Una vez más entra en juego la subjetividad propia de la labor del historiador y su interpretación de las reliquias y los relatos, como dejó claro Enrique Moradiellos en su memorable obra El oficio de historiador. ¿Cuándo surge España? ¿Es España una nación? Rubio Donzé, esbozando su filosofía de la Historia, comienza por definir qué es una nación, término análogo, no unívoco, es decir, que cuenta con varios significados. No es lo mismo una nación histórica, una nación biológica o una nación política. No tiene sentido hablar de naciones políticas antes de la Revolución Francesa de 1789, cuando la soberanía deja de ser propiedad exclusiva de la monarquía, de los reyes, para hacerse extensiva a la ciudadanía. Ahí irrumpe la idea de soberanía nacional. El rey reina porque así lo permite el conjunto de la nación. Obviamente, España no existe como nación política hasta el siglo XIX, con la Constitución de Cádiz de 1812, donde, por cierto, se hablaba de españoles de ambos hemisferios. Ahora bien, la existencia de España como nación histórica es mucho anterior, rastreándose sus remotos orígenes hasta, como mínimo, el reinado de Alfonso X el Sabio, que ya elaboró una Historia General de España. No obstante, y al igual que sostiene Javier en su libro, opino que resulta imposible dar una respuesta definitiva, concluyente, apodíctica, sobre el origen de España. Algunos historiadores, como Luis Suárez en su La Europa de las cinco naciones, se remontan hasta el III Concilio de Toledo de 589, otros como Henry Kamen en su libro España, una sociedad conflictiva, apuntan al reinado de los Reyes Católicos. España es una realidad histórica, parafraseando el título del célebre libro de Américo Castro, que ha surgido por la acumulación de determinadas capas y periodos históricos, resultando, pues, empresa harto dificultosa establecer unos orígenes definitivos, una fecha de nacimiento. Los lectores encontrarán una prolija argumentación al respecto en el libro de Javier, al igual que una profusa recopilación bibliográfica de historiadores de diversas orientaciones ideológicas. Es mérito del autor haber leído libros de historiadores muy diversos, siguiendo el sabio consejo del filósofo Antonio Escohotado, autor de Los enemigos del comercio o Historia General de las drogas, que repetía constantemente que los estudiosos de la Historia tienen que estar dispuestos a cambiar de opinión, ser capaces de leer libros de disímil punto de vista y así poder forjarse su propio criterio.

Javier también analiza profusamente, como no podía ser de otra manera, la labor colonizadora y civilizadora que la Monarquía Hispánica protagonizó en el Nuevo Mundo. No encontrarán en este libro una apología encomiástica, una hagiografía laudatoria de los conquistadores, sino un análisis racional del significado histórico del Descubrimiento y de la Conquista del continente americano. Es habitual que los politicastros que detentan el poder en las naciones hispanoamericanas, así como los eximios diputados del Congreso español, critiquen constantemente la conquista de América, exijan al Rey de España que pida perdón por los desmanes de la invasión de América, y reprueben mediante soflamas de diversa calaña la celebración del 12 de Octubre, considerándolo día de la vergüenza, del genocidio, todo ello adornado de citas extemporáneas, como las de, por ejemplo, Eduardo Galeano y sus Venas abiertas de América Latina. Javier intenta desentrañar, apoyándose en la distinción de Sepúlveda entre imperio heril y civil, luego reformulada por Gustavo Bueno como imperios generadores y depredadores, los planes y programas de la acción imperial española, sin caer en el ditirambo, en el elogio gratuito. ¿Tuvo España colonias? ¿Hubo invasión de América? ¿Tiene sentido celebrar el Día de la Hispanidad? ¿Supuso un cambio el advenimiento borbónico en el siglo XVIII en el continente americano? ¿Qué hay detrás del indigenismo destructor de estatuas? ¿Es legítima la damnatio memoriae de la Conquista de América? Todos estos interrogantes son analizados detallada y minuciosamente por el autor, con una prosa exquisita y un estilo ágil, brillante y ameno, que facilita mucho la comprensión por parte del lector no experto en estas materias, en un esfuerzo didáctico y pedagógico digno de encomio.

"España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos, también desmiente la presunta excepcionalidad del caso español, su supuesta anormalidad histórica"

España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos, también desmiente la presunta excepcionalidad del caso español, su supuesta anormalidad histórica y, siguiendo la estela de Julián Marías, demuestra que España es un país inteligible, desmontando las conjeturas contrafácticas de Max Weber en su La ética protestante y el espíritu del capitalismo, según las cuales, España sufrió cierto estancamiento económico por su condición de país católico, tesis ya ampliamente desmentida por historiadores de la talla de Fanfani, Ringrose, Prados de la Escosura o Gabriel Tortella.

Por último, Rubio Donzé critica la irrupción de un nuevo hispanismo de trinchera, de sectarismo ideológico, que aboga por una plataforma política de nuevo cuño que reinstaure el otrora esplendoroso Imperio hispánico. Este nuevo hispanismo, lejos de reivindicar la hispanidad como una ecúmene cultural, tiene como principal objetivo la redefinición de una nueva civilización hispánica continental que choque, por decirlo con Huntington y su Choque de civilizaciones, con el Imperio Estadounidense y se insubordine ideológicamente del yugo norteamericano. Para una exposición más detallada de este controvertido tema, remito al libro de Javier, concretamente al capítulo “Occidente debe ser destruido”, donde se analizan pormenorizadamente los entresijos y recovecos ideológicos de este hispanismo de matriz marxista, prosoviético y prochino.

En resumen, España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos, es un trabajo polémico, en el que se exponen tesis controvertidas que merecen ser tenidas en cuenta y debatidas desde la honestidad intelectual, huyendo de falacias ad hominem. Un libro que merece la pena ser leído y que se encuadra, por mérito propio, en la eximia tradición historiográfica sobre el problema de España, que cuenta con nombres tan ilustres como Salvador de Madariaga o Julián Marías, por citar dos autores que ejemplifican bien el talante investigador de Javier Rubio Donzé: la lectura desprejuiciada, la interpretación honesta y la voracidad insaciable por acercase a esa entidad metafísica, metaempírica, casi inasible, que es la verdad histórica, apartándose de tendenciosas y sectarias manipulaciones de naturaleza ideológica o política.

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Autor: Javier Rubio Donzé. Título: España contra su leyenda negra. Mitos, agravios y discursos. Editorial: Esfera de los libros. Venta: Todostuslibros

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José Antonio García López

Graduado en Historia y estudiante de Filosofía en la Universidad de Murcia. Lector voraz y cinéfago insomne.

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