Mi proceso de trabajo y la búsqueda de inspiración

Trabajo regularmente en el Jueves con encargos de actualidad. Aparte de eso, en 2018 empecé a hacer una tira de humor negro, ‘Te has Pasado”, que a principios de este verano se convirtió en una página semanal.

Cuando estaba preparando Esto no está bien, dibujé unas cuantas historietas inéditas que compartían ese mismo tono turbio pero divertido en el que me gusta sumergir todo lo que hago. Ahí fue cuando empecé a pensar que un formato algo más largo me daba pie a explorar mis temas favoritos más profundamente. El proceso de construcción del libro me sirvió mucho para entender mi propio proceso de trabajo, poniendo en el mismo sitio lo que hacía antes, lo que hacía en el momento de sacarlo, y la idea de lo que querría hacer en un futuro.

Cuando me pongo a trabajar, lo peor de todo es buscar la idea. Tengo que dedicarle un tiempo indefinido (a veces un par de horas, a veces un par de días) solo a encontrar la inspiración. Entonces, cuando ya tengo claro lo que voy a hacer, abocetar, dibujar y colorear son partes mucho menos angustiantes.

Al empezar con ‘Te has Pasado” todo era mucho más fácil. Cuando empiezas tienes una especie de ‘archivo de ocurrencias’ en tu cabeza que nunca has utilizado, disponible para explotarlo y trabajarlo. Pero empiezas a trabajar semanalmente sobre ese archivo propio, y lo secas. Entonces necesitas nuevos recursos.

Al principio, cada fin de semana me preguntaba ‘¿Qué ha pasado esta semana? He visto a mis colegas / estuve con cagalera / alguien me contó una cosa muy loca que le había pasado / soñé que alguien moría…’, cualquier cosa podía suponer un hilo del que tirar. Me sirvió durante algunos meses.

Después empecé a hacer listados de palabras y situaciones que me podían servir para un chiste negro: ‘halitosis / accidente de coche / deformidad extrema / holocausto’. Y esto también me sirvió durante un tiempo.

Y desde entonces me he sacado unos cuantos trucos más de la manga: dibujar automáticamente en busca de una chispa, repasar todos los chistes que ya había dibujado, hablar con gente, salir a la calle solo a mirar a la gente, incluso una vez se me ocurrió una tira cojonuda visitando una iglesia. Me flipan las iglesias.

Pensar y dibujar tus propios chistes es muy guay, pero también es muy desesperante. Es horrible buscar una idea sin descanso y acabar teniendo que conformarte con una mierdecilla porque no has llegado a nada mejor, pero con el tiempo aprendes que esas ideas maluchas también son parte del proceso. Ese proceso que dura toda tu vida útil, que se ve más a largo plazo.

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Autora: Irene Márquez. Título: Esto no está bien. Editorial: Autsaider Cómics. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.