Joe Brainard publicó su libro Me acuerdo con un impacto tal que años después George Perec se inspiró en él y escribió su Je me souviens y se lo dedicó a Brainard. Son frases breves. que evocan una mirada íntima de la vida, sentencias que no solo son una memoria personal o una evocación filosófica y literaria del pasado. Son detalles mínimos que rememoran episodios de la infancia y adolescencia, recuerdos del colegio, nombres de actrices, eslóganes, hechos históricos: Por ejemplo:
Me acuerdo de la guerra entre India y Pakistán
Me acuerdo del algodón dulce de las ferias
Me acuerdo del yoyó…
El libro de Brainard está publicado por Sexto Piso y el de Perec por Impedimenta.
En Zenda publicamos los “meacuerdo” de Jesús Marchamalo, gran oulipiano y patafísico, y ahora, ayudado por el aislamiento, he dejado volar mi mente para atesorar algunos de mis “meacuerdo” y viajar con ellos en el tiempo.
Me acuerdo del tren de madera que hacía los 20 kilómetros del trayecto Langreo-Gijón en dos horas y media.
Me acuerdo del Biscuter y del Isetta, al que llamábamos huevo.
Me acuerdo del olor de las patatas friéndose en verano con todas las ventanas abiertas.
Me acuerdo de cómo fumaba mi padre.
Me acuerdo de cuando encendíamos una linterna bajo la barbilla para dar miedo.
Me acuerdo del panadero que traía el pan a casa en un carro de grandes ruedas tirado por un caballo.
Me acuerdo del olor del after shave Varón Dandy.
Me acuerdo de aquel negrito del Cola-Cao en la radio.
Me acuerdo de las latitas redondas y pequeñas del foiegras La Piara.
Me acuerdo de la voz del No-Do.
Me acuerdo de mi madre haciendo chocolate con churros.
Me acuerdo de las varas de hierba.
Me acuerdo de: “Han escuchado ustedes el capítulo setenta de la radionovela Dos hombres buenos, de José Mallorquí, interpretada por el cuadro de actores de Radio Nacional de España”.
Me acuerdo de Pedro Pablo Ayuso, Guillermo Sautier Casaseca, Teófilo Martínez y Juana Ginzo.
Me acuerdo de mi madre cosiendo en el silencio de la tarde.
Me acuerdo de las novelitas de Marcial Lafuente Estefanía.
Me acuerdo de que nevaba copiosamente cada invierno.
Me acuerdo de que los charcos se helaban y del crujido cuando los rompíamos con el pie.
Me acuerdo del pan con chocolate.
Me acuerdo de El Gordo y el Flaco.
Me acuerdo de la leche en polvo.
Me acuerdo de Rin tin tin, de Lassie, de la perrita Marilyn y de la mula Francis.
Me acuerdo de Franco, ese hombre.
Me acuerdo de las motos con sidecar.
Me acuerdo de los 25 años de paz.
Me acuerdo del Vota Sí del Referéndum de 1966.
Me acuerdo de las marcas blancas que nos dejaba la camiseta de tirantes en la playa.
Me acuerdo de Arias Navarro anunciando lloroso: “Españoles, Franco ha muerto”.
Me acuerdo de la primera vez que escuché “Ojalá que llueva café”.
Me acuerdo de los bigotes recortados de los hombres.
Me acuerdo de las redecillas de las mujeres.
Me acuerdo de la alegría familiar merendando en el campo.
Me acuerdo de los bañadores Meyba.
Me acuerdo de las cocinas de carbón.
Me acuerdo de la primera vez que salí por mi cuenta “al extranjero».
Me acuerdo de cuando los niños venían de París.
Me acuerdo del catecismo, del misalito Regina y de la Biblia Nácar-Colunga.
Me acuerdo de la prueba nuclear en el atolón Bikini.
Me acuerdo de Kissinger en todos los telediarios.
Me acuerdo de la cabeza de mi madre metida en el casco de secado de la peluquería.
Me acuerdo del olor a laca.
Me acuerdo de las Vespas y las Lambrettas cruzando el paseo marítimo de Gijón.
Me acuerdo de las tarteras con tortilla de patatas y carne empanada.
Me acuerdo de la capucha de papel cubriendo el tapón de gaseosa La Casera.
Me acuerdo del lema grabado sobre el cristal de La Casera: “Es única por su esmerada elaboración”.
Me acuerdo de que había que esperar tres horas para hacer la digestión antes de bañarse.
Me acuerdo de la revista Cuadernos para el Diálogo.
Me acuerdo de la revista Familia Cristiana.
Me acuerdo de una virgen dentro un altarcillo de madera que pasaban de casa en casa.
Me acuerdo de que las mujeres iban sentaban de lado en las motos.
Me acuerdo de Netol.
Me acuerdo de Caryl Chessman.
Me acuerdo de Juan Erasmo Mochi y de “Escala en “Hi-Fi”.
Me acuerdo de Simone Signoret y de Ives Montand.
Me acuerdo de cuando el Día del Padre era fiesta nacional.
Me acuerdo de la ropa tendida sobre la hierba, secando “al verde”.
Me acuerdo de Gila anunciando que las hojas Gillette “daban un gustirrinín…”.
Me acuerdo de El libro rojo del cole.
Me acuerdo de los libros clandestinos que vendían en la trastienda de alguna librería.
Me acuerdo de que mi madre no celebró un cumpleaños en su vida.
Me acuerdo de Matilde, Perico y Periquín.
Me acuerdo de La saga de Los Porretas.
Me acuerdo de La ballena alegre.
Me acuerdo de las plaquitas en la entrada de las casas que decían “Dios bendiga cada rincón de esta casa”.
Me acuerdo de mi padre nadando en el mar hasta perderlo de vista.
Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas: