La vida me ha enseñado que los planes solo le salen bien al Equipo A. El resto de los mortales tenemos que aceptar que las mejores cosas que nos pasan son las que no planeamos. Hasta podríamos pensar que no planearlas es un requisito para conseguirlas. Así que lo que vengo a contaros hoy, cómo me embarqué en esta innovadora fusión de academia y editorial llamada Libros y Literatura, no fue planeado. Se diría que una cosa llevó a la otra de manera natural, con esa irremediable armonía con que se suceden las notas de una partitura o las frases de un cuento de Cortázar.
Yo empecé a combatir la inexpugnable soledad de la creación impartiendo talleres de escritura, enseñando lo único que sé hacer bien a quienes querían cumplir sus sueños, y aunque sucedió de forma casual, aquellas tardes compartiendo mi pasión con otros, aquellos destellos de sociabilidad no tardaron en revelárseme como el contrapunto perfecto a mi aislamiento, a esa vida de aprendiz de ermitaño a la que nos obliga nuestro trabajo. Tanto fue así que hace algunos años decidí dar un paso más y compaginar mi labor de amanuense con la de coach literario, como me gusta llamarlo, porque ambas actividades empastaban la mar de bien y una me servía de descanso de la otra.
Ayudar a personas que tienen una historia que contar a hacerlo lo mejor posible me aporta una satisfacción similar a la de llevar a buen puerto las mías propias, aparte del impagable entrenamiento que supone para el escritor estar permanentemente en guardia, imaginando tramas, buscando recursos para que funcionen, dibujando personajes… Pero hay algo que no me gusta tanto: observar cómo, una vez mis alumnos emprenden el vuelo, muy pocos logran alcanzar los nidos de las editoriales. Desgraciadamente, en el mundo editorial, colapsado y azotado regularmente por la crisis, donde reina el intrusismo y solo un puñado de privilegiados pueden vivir de las ventas de sus libros, la calidad no garantiza la publicación, ni la falta de ella la impide, en según qué casos. Y, del mismo modo que en mis remotos años de asiduo a los certámenes de relato veía cómo algunos cuentos excelentes acababan pudriéndose en los almacenes de los ayuntamientos, editados en libritos sin apenas recorrido, ahora como tutor de escritores veo cómo algunas novelas de sobrada calidad hacen bulto en premios pactados o se marchitan en las agencias hasta que finalmente, cansado ya su autor de ilusionarse en falso, incrédulo ante la constatación de que publicar una novela requiera casi tanto esfuerzo como escribirla, acaban perdidas en el limbo de Amazon o enterradas en los discutibles catálogos de esas editoriales de autopublicación que publican automáticamente a todo aquel que pueda costearse la edición, sin importar lo que sepa hacer con las palabras.
Por eso, cuando Juan Fuertes e Iván Ricarte, la mente estratégica y el brazo ejecutor del blog Libros y Literatura, me contaron su sueño de crear una editorial de autopublicación selectiva, donde los manuscritos elegidos se materializaran en libros de acabado profesional, tanto por dentro como por fuera, pudieran arribar a las librerías de toda España, recibir el impulso de una promoción adecuada y, en definitiva, donde los autores fueran tratados como en cualquier editorial tradicional para que se sintieran como auténticos escritores, pensé que me habían leído la mente. Lo hablé con María, mi compañera de vida y libros, y decidimos aliarnos con ellos. El papel de editor siempre me había atraído y me pareció divertido tener el privilegio de ver el partido desde las gradas. Me gustaría decir que el proyecto surgió en una borrachera, por una apuesta o incluso por una promesa hecha a la Virgen del Rocío, pero lo cierto es que se gestó en una tranquila charla a las que siguieron otras muchas, donde fue creciendo y volviéndose cada vez más rico y ambicioso, como inevitablemente sucede cuando hay afinidad y una mente fermenta a otra. A la idea inicial de una colección que aportara nuevas voces al panorama literario bajo un sello de calidad se añadieron otras: la colección Fénix, nacida para rescatar obras de escritores conocidos que se encontraban descatalogadas a causa de la fugacidad del mercado; una academia literaria con talleres, cursos y mentorías para que el escritor que empieza pudiera formarse o moldear su proyecto literario guiado por un equipo docente de escritores reconocidos, en clases todas en directo, lo que permitiría a los alumnos interactuar con ellos; o una futura colección de libros formativos sobre los distintos aspectos de la escritura y el oficio de escritor.
Tras varios meses de trabajo, ese proyecto se ha hecho realidad y me hace mucha ilusión poder presentarlo hoy en este espacio tan querido. Así que desde aquí os animo a internaros en nuestra web, un ecosistema creado para acompañar al escritor en ciernes durante todo el camino de la escritura, un mapa que señala la ruta desde la creación de una obra hasta su publicación. En nuestra comunidad literaria podrás compartir tu afición, desarrollar tu creatividad, alumbrar ese proyecto que te ronda la cabeza, aprender de las experiencias de otros, encontrar tu hueco en el mundo editorial y, en definitiva, formar parte de una gran familia con los dedos manchados de tinta, unida por el amor a los libros. Si quieres ser escritor, no se me ocurre mejor camino. O, al menos, ninguno tan divertido.
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