La escritora Aki Shimazaki lleva años diseccionando las relaciones humanas en su obra. Mediante una suerte de cuentos, o novelas cortas, bucea en la intimidad de sus personajes, a los que suele asociar a algún tipo de animal o planta.
Luna llena cuenta la historia de un matrimonio de ancianos, Tetsuo y Fujiko, que pasan sus años dorados en una residencia de ancianos. Fujiko tiene Alzheimer, y una mañana, tras un matrimonio de cincuenta años, despierta y no reconoce a su marido. Partiendo de esta trágica situación personal, Shimazaki articula una novela que trata de las segundas oportunidades y de la posibilidad de reparar nuestros errores. En este caso la pareja protagonista pertenece a esa generación cuyos hijos no toman las mismas decisiones que ellos y esto hace que se vean abocados a una residencia especializada. Allí gozan de todas las comodidades que puedan necesitar y, como el propio protagonista dice, no resultan una carga para nadie. Todo podría ir más o menos bien, pero la enfermedad de Fujiko resulta un duro golpe para su marido, que ve cómo todo su pasado en común, toda su historia de amor, es borrada de un plumazo cruel por esta terrible enfermedad. Su esposa no recuerda a su marido, hijos, nietos… Toda su vida se esfuma, y Tetsuo recibe el consejo de presentarse como su prometido. Tal vez esa sea la manera de estar cerca de quien no te reconoce, y la autora es capaz de presentar esta tragedia cotidiana revestida de un enfoque romántico que no resta dureza al sacrificio que pide a su protagonista. Y aun así, en este descubrir del amor, tampoco habrá tranquilidad, ni la novela se trata de un viaje apacible, porque los nuevos comienzos, que en realidad no lo son, llevan consigo el peso de secretos que han permanecido ocultos durante años y que nos llevan a preguntarnos hasta qué punto conocemos a las personas que comparten la vida con nosotros. Tetsuo se verá enfrentado a sus secretos tanto como a los de su esposa, lo que le llevará a plantearse si realmente fueron felices o lo que conserva es un espejismo completo de un día a día tal vez no tan perfecto. Tetsuo cree que va a reescribir una historia, pero no somos los mismos que fuimos, o tal vez no somos quienes creíamos que éramos, y por eso hay recuerdos que asociamos al dolor por ser felices, porque la pérdida se manifiesta de muchas formas y el duelo no siempre significa que alguien haya fallecido.
Shimazaki traza el camino del cuento entre historias que se acercan a la central y fascina al lector con una canción sobre unas cigarras que pasan años bajo tierra solo para poder vivir unas horas al aire libre. Ahí lanza la gran pregunta sobre la que se articula esta novela en la que el pasado se descubre solo tras ser olvidado. La novela esta impregnada de signos que muchos familiares de enfermos de Alzheimer van a reconocer: hay olvidos selectivos, reconocimientos falsos, memoria musical, recuerdos recurrentes… evitando así romantizar la enfermedad en una novela que se cubre de delicadeza en cada pasaje. El lirismo es una constante incluso cuando se hace añicos la posibilidad de revivir un recuerdo, como si con ello la autora mandara un mensaje al lector: esto, aunque parezca un cuento, puede ser real. Y es que la historia, aunque parezca que se reescribe, nunca es la misma historia.
Una novela trágica y delicada que nos recuerda que lo bello y lo triste pueden ir unidos y, en la literatura, es habitual encontrarlos así.
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Autora: Aki Shimazaki. Traductor: Javier Albiñana. Título: Luna llena. Editorial: Alfaguara. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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