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Los sables de Conrad - Zenda
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Los sables de Conrad

En el breve y excelente relato El duelo, de Joseph Conrad, junto a los tenientes D’Hubert y Feraud, los sables de caballería también son protagonistas de primer rango, a lo largo de los diversos enfrentamientos que ambos húsares, a partir de un incidente absurdo, protagonizan entre sí durante las guerras del Consulado y el Imperio....

En el breve y excelente relato El duelo, de Joseph Conrad, junto a los tenientes D’Hubert y Feraud, los sables de caballería también son protagonistas de primer rango, a lo largo de los diversos enfrentamientos que ambos húsares, a partir de un incidente absurdo, protagonizan entre sí durante las guerras del Consulado y el Imperio. Incluso en la película inspirada en esa obra breve (Los duelistas, de Ridley Scott) los sables reglamentarios de ambos contendientes tienen un papel relevante en tres ocasiones: el primer duelo en el patio de la casa de Feraud, el espectacular desafío a caballo en el bosque, vestidos ambos de gran uniforme, y el sucio combate en el sótano, donde los dos húsares se baten con furiosos sablazos, hasta el agotamiento. Los otros enfrentamientos son con florete y con pistola.
Cazador a caballo. Obra de Augusto Ferrer-Dalmau

En la época napoleónica, durante la que transcurre el relato de Conrad, los sables eran el arma principal de la caballería en combate. A diferencia de la caballería pesada o de línea, más fuertemente armada, los húsares pertenecían a la caballería ligera y eran utilizados en misiones de exploración e incursiones rápidas, aunque también protagonizaron legendarias cargas en masa. Destacados por sus vistosos uniformes, poseedores de un indisciplinado estilo propio (hacer las cosas a lo húsar significaba hacerlas de forma alocada, insolente y audaz), estos jinetes de élite manejaban, sobre todo, dos modelos de sable reglamentario. Uno era el modelo llamado a la húngara del Año IV (1796), que era un arma eficaz y ligera, de hoja ligeramente curva, lo que aumentaba la eficacia del tajo al aplicarse contra un enemigo. El otro, con el que se pretendió unificar un arma reglamentaria que sustituyera a los modelos anteriores, fue el más pesado sable modelo Año IX, pronto sustituido por el modelo Año XI. Ambos sables protagonizaron destacados episodios en las guerras napoleónicas.

El pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau ha representado estos modelos de sable en sus cuadros en varias ocasiones. Reproducimos dos de ellos: La carga del 4º de Húsares, ambientada en la guerra de la Independencia española, y Cazador a caballo.

Sable de tropa de húsar francés a la húngara modelo an IV (1796)

Ficha técnica

Sable de tropa de húsar francés a la húngara modelo an IV. Foto: Colección particularEmpuñadura de estribo de latón con escudetes simétricos, puño forrado de piel sin torzal y monterilla de visera, rasa, corrida hasta la cruz. Galluelo largo recto acabado en bola. Ancha hoja curva sin marcas visibles (88×3,8 cm), probablemente de la manufactura de armas de  Klingenthal, con lomo cuadrado y vaceo hasta la pala, que es a dos filos y acaba en punta de arpón. Vaina clásica de este modelo, de madera negra y latón, con dos anillas y muy pequeño batiente asimétrico, muescas para guías en la boquilla. Peso 1,7 kg.

Sable de tropa de húsar francés a la húngara modelo an IV. Foto: Colección particularEl primer modelo de este sable (modelo 1752) se inspiró en el sable de húsar húngaro. A partir de 1767 la hoja se hizo más ancha, la curvatura se redujo y se practicó un ojal en el guardamano para el fiador. En 1786 el sable evolucionó de nuevo, abandonándose el ojal del fiador porque hacía más frágil el guardamano. Con la Revolución hubo diversas variantes, incluidas algunas con guarnición de hierro para la vaina, que se pueden resumir bajo el nombre Modelo An IV (1795/96).

Se trata del sable más prestigioso y clásico  de la caballería ligera de las guerras del Consulado y el Imperio, usado por húsares y cazadores a caballo, que muchos militares veteranos se negaron a abandonar cambiándolo por los nuevos modelos, y llegó hasta Waterloo.

Sable de tropa de caballería ligera francés, modelo an XI

Ficha técnica

Sable de tropa de caballería ligera francés, modelo an XI. Foto: Colección particularEmpuñadura de latón a la chasseur con olivas en el puño, monterilla corrida, guardamano y dos gavilanes, guías de naveta simétricas, galluelo curvo hacia el lomo acabado en bola, hoja ancha y curva (87×3,5 cm.) con contrafilo en la pala y ancho vaceo marcado por Benjamín Levavasseur (inspector en Klingenthal entre 1798 y 1803) y Jean-Jacques Mouton (controlador de 1798 a 1809 en la misma manufactura). El lomo cuadrado está marcado “Manufacture de Klingenthal Coulaux Fréres Entrepreneurs”, marca utilizada entre 1801 y 1810. Vaina de hierro con dos abrazaderas y anillas del mismo metal, batiente asimétrico de cresta. Peso 2,8 kg.

Sable de tropa de caballería ligera francés, modelo an XI. Foto: Colección particularEste sable nació en 1800 como modelo An IX. Se inspira en la empuñadura a la húngara, pero protegiendo más la mano. La hoja perdió en curvatura comparada con la del sable clásico de húsar modelo Año IV. El objetivo era lograr un arma más polivalente, tanto de corte como de punta. La vaina del modelo An IX era demasiado ligera, se deformaba con facilidad e impedía extraer el sable, de modo que en 1802 (An XI) se le dio una vaina de hierro más gruesa, tan robusta que algunas veces llegaba a lesionar al jinete al ser derribado. El sable An IX y An XI respondía a la decisión oficial de establecer tres modelos definitivos de armas blancas: uno pesado para coraceros y dragones; otro de caballería ligera para húsares, cazadores a caballo y artillería montada, y uno adecuado para la infantería.

Modelo An XI. Obra de Augusto Ferrer-DalmauEl nuevo sable para caballería ligera se benefició de la experiencia de los sables a la húngara, y fue distribuido progresivamente a las unidades. Su principal novedad era que llevaba gavilanes, hasta entonces reservados a los sables de caballería pesada, algo hasta entonces inconcebible entre los húsares. El peso total del modelo An XI era de 2,76 kg. El peso originó protestas, pero se mantuvo así, e incluso fue aumentado a 2,99 kg. Entre 1802 y 1820 se produjeron 26.326 sables An IX y 157.830 An XI, y siguió en uso o en depósitos hasta el Segundo Imperio. Es frecuente verlo en grabados y pinturas de la época, pues fue el sable clásico de tropa usado por húsares y cazadores a caballo en el último período de las guerras napoleónicas.

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Arturo Pérez-Reverte

Editor y cofundador de Zenda. Arturo Pérez-Reverte nació en Cartagena, España, en 1951. Fue reportero de guerra durante veintiún años. Con más de veinte millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, muchas de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión. Hoy comparte su vida entre la literatura, el mar y la navegación. Es miembro de la Real Academia Española. perezreverte.com · @perezreverte · fb.com/perezreverte ·  mypublicinbox.com/perezreverte

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ricarrob
ricarrob
7 meses hace

Algunos de sus compañeros han sido también mis compañeros de lecturas y de sueños. Coincidimos en varios. Conrad es impresionante pero no sé por qué no termina de apasionarme aunque me guste su sentenciosa forma de escribir. Quizás es que se introduce muy al fondo de las tinieblas que todos llevamos dentro.

Pero tengo un compañero de lecturas, desde los años 90, que usted no tiene don Arturo, o quizás sí, pero de otra forma. Me refiero a las obras de Arturo Pérez Reverte que han acompañado mi madurez, mis traumas, mis desvelos, mis complejos y mis luchas tanto internas como externas desde entonces.

Como todo buen escritor, ahora me refiero a Conrad, siempre se pueden encontrar temas premonitorios entre sus frases: «Toda pasión se ha perdido ahora. El mundo es mediocre, débil, sin fuerza. Y la locura y la desesperación son una fuerza. Por eso la fuerza es un crimen a los ojos de los necios, los débiles y los tontos… «. Quizás las épocas no se diferencian tanto, quizás necios, débiles y tontos haya habido siempre (aunque ahora estén todos ocupando el poder), quizás la humanidad es así. Pero, a mí, estas palabras me parecen premonitorias.

Gracias por este estupendo artículo, don Arturo. Saludos.

JAL
JAL
7 meses hace

Tambien hace tiempo que me gusta leer a Joseph Conrad, Pero aqui debo agradecer la mencion a mi otro escritor favorito (DEP) , Javier Marias. Gracias APR

JAL
JAL
7 meses hace
Responder a  JAL

Solo añadir, que en la ilustración de la cubierta, parece que la proa es lo último en hundirse, lo que no parece corresponder con la narración, que dice: «La popa fue lo último en hundirse,..»

Julia
Julia
7 meses hace

Sr Pérez Reverte, es usted un magnífico escritor. Me encantan estos relatos personales, el autor resulta entrañable.
Me parece que dije otra vez que es usted como un caleidoscopio, tiene muchas facetas.

Cree que el nombre de una persona imprime carácter?
Yo creo que sí, por lo menos los individuos que he conocido, niños y adultos, se correspondían, salvo excepciones, con el nombre de pila.

Arturo es nombre mítico, el valiente Rey creador de la tabla redonda (traducción española de table, pero ahora decir mesa redonda no suena bien).
Quizás porque era una tabla mágica, donde los caballeros opinaban en democracia, todos sentados alrededor sin que nadie ostentase un lugar preeminente.
Sin olvidar al mago Merlín y la forma en que Arturo saca la espada de la piedra.
Me encanta la historia y la de Walt Disney en dibujos animados, es preciosa para niños, bueno y adultos también.

Sabe? Cuando leo algo que me produce verdadero placer, comparto la satisfacción que debe sentir el autor, en este caso usted, de haber sido tocado por los dioses en el arte de transmitir emociones.

Carlos Nicasio Daona
Carlos Nicasio Daona
7 meses hace

«Toda pasión se ha perdido ahora. El mundo es mediocre, débil, sin fuerza. Y la locura y la desesperación son una fuerza. Por eso la fuerza es un crimen a los ojos de los necios, los débiles y los tontos…» Parece escrita en relación a los acontecimientos actuales en Europa, Medio Oriente y América, asociado a que pocos cargan libros en sus mochilas, el futuro de la humanidad es sombrío

Elizabeth Serna
Elizabeth Serna
6 meses hace

Don Atari: usted es simplemente magnifico

Elizabeth Serna
Elizabeth Serna
6 meses hace

Don Arturo me tiene fascinada con cada artículo y cada libro. Bello homenaje a Conrad.

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