Conocí a Laura hace unos meses, después de charlar con ella en su librería Amapolas en octubre (Calle Pelayo, 60). Descubrí a una mujer luchadora, soñadora, muy generosa y gran apasionada de su trabajo.
Me apetecía mucho retratarla y que formase parte de este espacio dedicado a los amantes de los libros.
Os invito a visitar su librería, un espacio acogedor, con muchísimo encanto y con una gran oferta de actividades relacionadas con la literatura en particular y la cultura en general; y por supuesto os invito a conocer a Laura como escritora.
Para saber más sobre Laura:
Nací en Zaragoza en el año 1975. Dicen de los aragoneses que somos testarudos. Sí, lo somos. A los tres años llegué a Alcalá de Henares, donde pasé mi infancia y juventud. Mis días felices, en los que leí mi primer libro favorito: Mujercitas. Estudié un año en Estados Unidos, y allí tuve la suerte de cruzarme con el profesor McKinnon, quien me descubrió la literatura norteamericana y condicionó mis gustos literarios. Matar a un ruiseñor es mi segundo libro favorito.
Regresé a España, me matriculé en Derecho y abandoné la carrera en cuarto porque dejé de creer en la justicia y porque me apetecía echar a volar. Y eso fue lo que hice. Volé. He sido azafata de vuelo 22 años, trabajo gracias al que he paseado por las ciudades de más de medio mundo, he convivido con personas de las que he aprendido lo poco que sé, he visitado las librerías más famosas de cada ciudad y he leído más libros de los que habría podido leer si hubiera tenido cualquier otro trabajo. Me formé como coach en la Universidad de Salamanca, me subí a un escenario a compartir mi pasión por la vida y en seguida me bajé porque había llegado el momento de hacer lo que llevaba haciendo a escondidas desde los catorce años. Escribir. He publicado un libro de relatos, Dueño de tu destino (Premio Éride de 2014); y las novelas Todo lo que fuimos (Éride, 2015) y Amapolas en octubre (Tres hermanas, 2019). Esta última ha sido traducida al italiano y al búlgaro.
Hace un año decidí poner los pies en la tierra y dar vida a un sueño que llevaba años merodeando en mi cabeza. Así, el 11 de enero del año pasado, en el día de mi cumpleaños, abrí la librería Amapolas en octubre, en la calle Pelayo de Madrid. Una librería que nació en mi propia novela, aunque con el nombre de Librería de Jo, y a la que he logrado dar vida en el mundo real. Un espacio de encuentro para los que amamos la literatura y la cultura.
Siempre he envidiado a las personas que nacen con una vocación, porque yo nunca la tuve. Nunca supe qué sería de mayor. De hecho, nunca quise ser mayor, pero lo que tampoco hice fue resignarme, y siempre he luchado por conquistar mis sueños. Hasta ahora no me ha ido nada mal, pero tampoco diré que ha sido fácil. No, no lo ha sido. Y aquí estoy ahora, recibiendo a los lectores que vienen a Amapolas en octubre en busca de recomendaciones diferentes, leyendo cada nuevo libro que llega para que mis recomendaciones tengan algún sentido y escribiendo en los ratos libres que me quedan. En abril sale mi próximo libro, pero esto lo dejamos para otro día… Mientras tanto, brindemos, por si acaso.
Nos recomienda este libro a los lectores de Zenda:
En islas extremas, de Amy Liptrot (Editorial Volcano)
Esta novela está entre los libros más vendidos de Amapolas en octubre durante el año pasado, y no es casualidad. La lectura de En islas extremas (editorial Volcano) atrapa desde sus primeras páginas, y el lector se convierte en un compañero durante el viaje que la autora emprende con el propósito de recuperar el control de una vida que ella misma ha descarrilado. Se trata de un relato autobiográfico —y valiente— en el que Amy Liptrot se desnuda y muestra sin pudor la debilidad de sus puntos vulnerables y los lugares oscuros de un pasado del que huyó dejando cuentas pendientes. Tras salir perdedora de una batalla que nadie ha ganado nunca, luchando contra las adicciones y la frivolidad con las que convive en la gran ciudad, la protagonista ve cómo la vida que había levantado sobre los frágiles cimientos de su realidad se derrumba.
“Aquella noche elegí el alcohol en vez de a mis amigos. Pasé a otro nivel. Después de aquello continué pasándome niveles cada vez más rápido, decidiendo beber a pesar de las advertencias de los compañeros, los médicos, la familia, la ley…”
Víctima de su propia derrota, Amy decide regresar al origen de su incertidumbre y emprende el viaje de regreso a su infancia en las islas Orcadas (Escocia). En medio de la naturaleza, en un marco tan frío como solitario, la autora nos abre las puertas de un pasado en el que ha estado sobreviviendo casi toda su vida, y al que ha hecho responsable de sus miserias.
Esta novela es el relato de un viaje de reconciliación. Pero, por encima de todo, es un canto a la libertad y a la aceptación de la soledad.
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