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Las cartas de Fuset a Lorca, el futuro represor amigo de la futura víctima - Zenda
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Las cartas de Fuset a Lorca, el futuro represor amigo de la futura víctima

Dicen que cuando Lorenzo Martínez Fuset se enteró que habían asesinado en Granada a Federico García Lorca, uno de sus grandes amigos de juventud, dijo que «si yo hubiera estado allí, eso no habría pasado«. Pero Martínez Fuset, en agosto de 1936, ya no era el jovencito que en Baeza escuchaba a Antonio Machado y...

Dicen que cuando Lorenzo Martínez Fuset se enteró que habían asesinado en Granada a Federico García Lorca, uno de sus grandes amigos de juventud, dijo que «si yo hubiera estado allí, eso no habría pasado«. Pero Martínez Fuset, en agosto de 1936, ya no era el jovencito que en Baeza escuchaba a Antonio Machado y que escribía largas cartas a Lorca. En aquellas fechas su cometido era más dramático al haberse convertido en el asesor jurídico de Franco en los primeros momentos de una represión que tendría en el poeta a una de sus primeras víctimas inocentes.

"Las cartas de Martínez Fuset son los únicos documentos que reflejan aquella amistad"

Lo que sigue a continuación son las cartas que Fuset escribió a un joven Lorca que en aquel momento dudaba entre la música y la literatura. Conservadas en la Fundación Federico García Lorca, son los únicos documentos que reflejan aquella amistad porque las respuestas del granadino parece ser que fueron destruidas hace mucho tiempo, probablemente por el receptor de las cartas. Tampoco se sabe nada del resto del archivo de Martínez Fuset, quien pasó los últimos días de su vida en Canarias como notario.

Lorenzo Martínez Fuset

Lorenzo Martínez Fuset, veinte años después de cruzar cartas con García Lorca.

Antes de pasarse al lado oscuro del franquismo, Fuset era un apasionado de la literatura, teniendo la ventaja de nacer y vivir su infancia y juventud en Baeza, coincidiendo con la etapa en la que Antonio Machado tomó posesión de su cátedra de Lengua francesa en el Instituto General y Técnico, entre 1912 y 1920. Fue precisamente la presencia del autor de Campos de Castilla la que propició que en 1916 fuera a visitarlo un grupo de estudiantes granadinos encabezados por el catedrático de Teoría de la Literatura y de las Artes de la Universidad de Granada Martín Domínguez Berrueta, buen amigo de Machado.

Las cartas que se publican aquí nos permiten conocer algo más de la relación entre los jóvenes Federico García Lorca y Lorenzo Martínez Fuset, su manera de entender la vida y la literatura, su fascinación por un maestro como Machado, los tanteos del granadino por y para la música e, incluso, las pasiones sentimentales no correspondidas y propias de la adolescencia.

Fuset emplea un lenguaje barroco, propio del adolescente que busca su voz literaria, aunque la suya queda muda ante el resurgir de un coloso del tamaño de Federico García Lorca. Pero eso no impide que aparezca con fuerza el querer estar a la altura, el intentar acariciar aunque sea una brizna de ese brillo, aunque sin evidente suerte. Es la historia de un escritor frustrado para desgracia nuestra porque muy probablemente, de haberse sumergido en la república de las letras, Lorenzo Martínez Fuset no habría acabado, codo con codo, junto con Franco. Sabemos que, en los primeros días del golpe, el futuro caudillo por la gracia de Dios, confió la suerte de su mujer y su hija en Fuset si a él le pasaba algo. No pudo cumplir ese cometido.

"Franco confió la suerte de su mujer y su hija en Fuset si a él le pasaba algo"

Martínez Fuset estaba en Bayona cuando asesinaron a Lorca. No se sabe cómo se enteró de la noticia y de su reacción. ¿Se acordó de la dedicatoria que le dejó Lorca en su primer libro, en Impresiones y paisajes, en la sección “Albaicín”, donde se refiere a él como “gran amigo y compañero”? ¿Se acordó de sus conversaciones en Baeza? ¿De sus charlas con Machado hablando del joven pianista granadino que quería ser poeta? Nunca lo sabremos.

Lo único seguro es que Martínez Fuset, fallecido en 1961, ocultó su amistad con el poeta que fue asesinado por la maquinaria franquista que él ayudó a construir.

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Víctor Fernández

Barcelona, 1975. Periodista y escritor. Actualmente es el responsable de la sección de cultura en Cataluña del diario La Razón. Ha editado libros sobre Federico García Lorca, Salvador Dalí, Marilyn Monroe y Josep Pla, entre ellos “Querido Salvador, Querido Lorquito”; “Picasso y yo”; “Cartas de Vicenta Lorca a su hijo Federico”; o “Marilyn íntima”. Ha sido el comisario de la exposición “Buscaba el amanecer. José Caballero evoca a García Lorca”, que ha podido verse en el Museo-Casa Natal Federico García Lorca de Fuente Vaqueros Granada. @VictorFdez_

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Ricarrob
Ricarrob
8 meses hace

Los puntos de vista pueden diferir y, de hecho, difieren. El mío es que, acercándose mucho la opinión a la de usted, sr. Barrero, me refiero al insigne Lorca, lo único que ha hecho el sr. Margallo es cargar la munición contra la derecha (que conste que yo no lo soy, no me considero de ningún partido político existente en España). ¡Qué estúpido! Llega a un nivel de cretinismo solo parangonable con el zapaterismo. ¡Todo un artista al echar piedras contra su propio tejado!

Apate de la munición que usted ha disparado, sr. Barrero, no deja de ser la opinión o las expresiones de una sola persona. No achaque usted dicha opinión particular a todo un colectivo. Dejemos que en España pueda haber una derecha civilizada ya que no existe una izquierda civilizada. Es como querer ampliar las acciones del sr, Koldo a todo el colectivo de izquierda. ¡Claro que la derecha tiene sus puntos negros y sus estúpidos! La izquierda también. Como decían antes los antiguos: y en mi casa a calderadas.

Gente como usted, sr. Barrero, contribuyen cada vez más en España a una polarización extrema que nos perjudica a todos. Su artículo es lícito siempre que achaque la opinión vertida solamente a una persona, a un cretino.

Felix Arellano
Felix Arellano
8 meses hace

Uno no sabe si Lorca fue partidario de una dictadura militar, lo que parece claro es que era anticomunista. Dentro del contexto de polarización extrema que nos rodea, que Margallo subrayara algo que es poco conocido (que Lorca no era de izquierdas, pese a que su figura haya sido secuestrada por la izquierda), es un hecho a apoyar. La vida intelectual de la España de los años 30 no era una de rojos y azules, buenos y malos. Se conocían entre ellos independientemente de sus ideas y hubo héroes y canallas en ambos bandos

Josey Wales
Josey Wales
8 meses hace

La legitimidad republicana se la cargó el PSOE y el PCE cuando se alzaron en armas en 1934 y cuando alcanzaron el poder en 1936 con pucherazo, secuestros de actas, amenazas y piquetes en los colegios electorales, y con un resultado invalidado por el Tribunal de Garantías Constitucionales (equivalente a nuestro Tribunal Supremo). La legitimidad republicana se la cargó la izquierda revolucionaria con cientos de huelgas, asesinatos, quema de iglesias y colegios religiosos, descarrilamiento de trenes, robos, palizas y bombas desde 1931 a 1936. La legitimidad republicana se la habían cargado los pistoleros de Indalecio Prieto cuando fueron a sacar de su casa, para matarlo, a Gil Robles; y al no encontrarlo, se cargaron a Calvo Sotelo. Las checas que montaron el 19 de julio y las listas de personas a eliminar no fueron una improvisación.

Mi gratitud a los alzados, a los caídos por Dios y por España, contra los criminales rojos. Mi gratitud a Franco por haber puesto las bases del desarrollo español, por la Seguridad Social, por la sanidad y educación universal y gratuita, por el seguro de paro y de invalidez, por la pensión de jubilación, por las universidades públicas, por la electrificación y alcantarillado a las zonas rurales, por las becas, por las viviendas de protección oficial, por las pagas extra, por la industrialización, por la elevación del nivel de vida, por la erradicación del analfabetismo, la extensión de la vacunación, por la seguridad y la libertad que conocí de niño (y hoy no tienen mis hijos) cuando podía andar sin temor por cualquier lugar y dejábamos las puertas de la casa abiertas de par en par todo el día, por las cajas de ahorro y el crédito barato con el que mis padres compraron su primera vivienda y su primer coche, etc. Gracias, Franco, de parte de un nieto de republicanos.

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