La novela Esperando el diluvio, de Dolores Redondo, será llevada al cine

Redondo (1969) ha explicado que cuando publicó Esperando el diluvio, hace ahora justo un año, recibió «bastantes ofertas» para adaptarla al cine pero entonces estaba enfrascada en otras cosas y le pareció «un rollo» en ese momento involucrarse en lo que acarrea un proyecto de ese tipo. Sin embargo «hace unas semanas» ha vuelto a tener «ofertas muy interesantes», ha señalado, y en «poquito tiempo» anunciará formalmente el salto a la gran pantalla de su último libro de suspense, declarado por Ediciones Destino como el más vendido en España en cualquier género el último año, con más de 300.000 ejemplares. «Ahora estoy decidida a cerrar ese contrato», ha recalcado sobre la próxima adaptación al cine de la obra, sobre la que no ha querido adelantar nada más porque, cuando «entren» en escena quienes desarrollen el proyecto cinematográfico, deberán ser los protagonistas.

Ha explicado que ha pesado en esta decisión su satisfacción con las tres películas que hizo Fernando González Molina (El guardián invisible, Ofrenda a la tormenta y Legado en los huesos) y el éxito que cosecharon, que hace que siga «muchos años después» en Netflix. Para ella, «el foco» que estos filmes pusieron sobre su obra fue «impagable» y se siente «muy agradecida», al igual que por «la experiencia» que le dio la oportunidad de conocer «el cine por dentro». Desde entonces, ha tenido otras oportunidades. De hecho, este próximo diciembre la televisión pública francesa estrenará una serie de su novela Todo esto te daré, con la que obtuvo el Premio Planeta 2016.

Redondo cree que debe agradecerse «todo el trabajo» que hay detrás de las adaptaciones literarias al cine, y a los autores que no estén «contentos» con ello les recomienda ir «al rodaje» y ver la cantidad de personas que «ponen su esfuerzo» para convertir la obra en «lo mejor». Respecto a su experiencia cinematográfica en la Trilogía del Baztán, ha recordado cómo al principio su relación con el director, Fernando González Molina, fue «tormentosa», porque discutían constantemente por «todo a lo que» ella se negaba. Pero «poco a poco» se fueron entendiendo y haciendo «muy amigos», hasta el punto de que actualmente están «ultimando» un guion conjunto, original, no basado en ninguna de sus novelas, que espera que «pronto» se convierta en «una serie o una película».

Recalca que «no hay nada como un libro, ¡nada!», por «las posibilidades infinitas de imaginar» que ofrece y por defender esa idea se «pegaría» con González Molina y, si fuera preciso, hasta «con Scorsese», ha dicho en alusión al cineasta estadounidense. La escritora ha defendido y valorado no obstante «otras maneras de llegar» al público, con «lenguajes diferentes», como el usado por Ernest Sala para trasladar al cómic las peripecias de la inspectora Amaia Salazar.

Sobre Esperando el diluvio, ha comentado que retrata el Bilbao que ella vivió de niña y adolescente, cuando ocurrieron las graves inundaciones de 1983, aunque al abordar la historia de un asesino real, John Biblia, que mató a tres mujeres en Glasgow, también discurre en la ciudad escocesa. «Bilbao ha sido el «patito feo» que ha sabido renacer de aquel desastre» y se ha transformado en «una ciudad que sabe acoger sin perder identidad», ha subrayado Redondo, que ha agregado que le gustaría que eso mismo «ocurriera» en San Sebastián, donde «hay veces», sobre todo al recorrer la Parte Vieja, que le «da un poquito de pena» que pierda la suya. «Creo que tenemos que salir en hordas a recuperar Lo Viejo«, ha proclamado la escritora donostiarra.