Emilio Bueso es uno de los maestros indiscutibles del terror en nuestro país. Aclamado por lectores y críticos, ha sabido hacerse un hueco con historias que le han llevado a ganar dos años consecutivos el premio Celsius por sus novelas Diástole y Cenital. Su última novela, Naturaleza muerta, es su salto a una gran editorial, y por lo tanto al gran público.
La novela sigue la vida de una mujer llamada Claudia, que huye de sus fracasos trasladándose a una alquería junto a un pantano en la zona de Valencia en la que pretende reinventarse abandonando sus pastillas mientras toma fuerzas para seguir adelante. O al menos esa es su idea mientras piensa en cultivar la huerta, cambiar de hábitos y, tal vez, conocer a los escasos vecinos.
"En esta ocasión Bueso juega con el lector utilizando una primera persona que deja que sea la propia Claudia quien cuente al lector su historia"
En esta ocasión Bueso juega con el lector utilizando una primera persona que deja que sea la propia Claudia quien cuente al lector su historia, lo que provoca que la angustia de la abstinencia, el dolor y las sensaciones extrañas que le transmiten los vecinos y el lugar se instalen como núcleo principal de la novela. Una novela que se mueve a ritmo de thriller, dejando que un lenguaje contemporáneo, incluso coloquial, dé paso a alguna figura terrorífica clásica como es, en este caso, lo que se oculta en el pantano durante la noche. Finca Elisa, así se llama la nueva casa de Claudia, se va sintiendo como un lugar opresivo en el que la protagonista comienza a tener percepciones que parece aceptar con la misma tranquilidad con la que acoge a Mao, el gato que la acompañará en su lento descenso a una oscuridad que nadie querría habitar pero se antoja irremediable. Y es que otra de las características de la narrativa de Bueso es la ausencia de piedad para sus protagonistas: sus novelas les van a conducir irremediablemente a enfrentarse a aquello que más querrían evitar sin convertirlos por ello en héroes ni garantizar su victoria. Y mientras todo eso sucede, el lector sigue avanzando. Los capítulos cortos, la forma de nombrarlos, la propia acción representada o la prosa tan personal por lo contemporáneo del lenguaje, han hecho su trabajo hasta convertirlo en un voyeur improvisado que avanza incapaz de apartar la vista de la novela.
En Naturaleza muerta hay que agradecer al autor que haya permanecido fiel a su estilo, que juegue sin trampas y no tenga pudor en mostrar sus monstruos, ya sean internos o externos, y que a la vez haya encontrado una voz próxima para un género que cuenta cada día con más lectores.
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Autor: Emilio Bueso. Título: Naturaleza muerta. Editorial: Ediciones B. Venta: Todostuslibros.
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