Federico Axat es un nombre ya conocido por los aficionados a ese tipo de novela negra en la que prima la ambientación a eso que se llama «lo trepidante». Sus personajes, a los que a veces permite hacer cameos de una novela a otra, configuran un universo de sombras que se adentran poco a poco en los secretos que todos guardamos celosamente. Y por ese motivo, por ese celo en guardar los nuestros, queremos saber los de los demás. Esa es la trampa en la que el lector cae con las novelas de Axat.
En La hija ejemplar, Axat presenta un caso de desaparición, el de la joven y brillante Sophia Holmes, a la que muchos dan por muerta, pero a la que su madre sigue buscando con esa esperanza que solo da la sangre propia, hasta el punto de llegar a romper su vida familiar. Y entonces, diez meses después, recibe una nota que la lleva a un diario secreto de su hija. Al otro lado tenemos al periodista Tim, que pide ayuda a una excéntrica Camilla para saber qué sucedió con la joven, buscando no ya la justicia, sino escribir un reportaje que ayude al primero a ascender y a la segunda tal vez a regresar al prime time, donde una vez estuvo. A partir de aquí, el autor construye una trama de intriga en una localidad pequeña que guarda sus secretos, y lo hace buscando no solo en el entorno de la desaparecida, sino que despliega un universo adolescente para retroceder con el lector a los días previos. Este punto, junto con la sospecha de que tal vez Sophia se haya suicidado, le sirven para entrar en un contexto de vídeos difundidos, sexo adolescente, acoso y toxicidad que es más real de lo que nos gusta reconocer, temas que une con algunos de sus ya clásicos, como la salud mental y las percepciones que creemos que proyectamos en los demás. Y si hay una percepción ajena temida, es el juicio social, ese que señala culpables con dedo acusador y que también existe en el pueblo de Sophia, para señalar en este caso a su hermano como implicado en la muerte de otro joven. La ambientación está servida y la sombra de la duda se pasea por unas calles corrompidas en las que nadie levanta la vista por temor a lo que pueda leerse en su mirada.
Axat construye una novela en la que el pulso es casi literal, un latido que se distribuye entre dos historias que coexisten, que se solapan para volver a separarse, una arritmia temporal que da al lector una visión de conjunto privilegiada antes de resolver una trama en la que destaca la solvencia de las voces más jóvenes, esas que a veces irritan, porque nosotros, que somos lectores jóvenes de espíritu, ya no pensamos igual. Y es que es fácil olvidar ese momento de transición, de niño a adulto, en el que uno es más vulnerable y todo se vive a flor de piel. Los hilos se abren y la novela acelera para que el lector dude y se enganche a las letras de una novela que llega con vocación de best seller y que reserva, como no podía ser de otra manera, un final que los lectores de Axat reconocerán como una suerte de golpe de gracia antes de echar el telón de fin de obra.
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Autor: Federico Axat. Título: La hija ejemplar. Editorial: Destino. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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