Una fina capa de polvo casi imperceptible va posándose, acumulándose sobre el mundo que nos rodea e invisibilizando la realidad. Polvo (Eolas Ediciones, 2023) de Blanca Morel explora a través de este singular poema narrativo, en el que los poemas siguen un continuo sin puntos finales ni mayúsculas, la importancia de lo aparentemente insignificante, una mota de polvo, en el devenir de la vida diaria. Un polvo en su sentido pleno y metafórico que transforma nuestra mirada.
para no estrellarnos
ser polvodescender delicadamente sobre el mundo
“Polvo eres y en polvo te convertirás”, dice el Génesis (3:19). A partir de esta premisa, de nuestra impermanencia volátil y efímera, y una vez tocado el suelo y los muebles de nuestras casas, alguien debe ocuparse de quitar ese polvo, esa pátina que jerarquiza y divide entre quienes limpian las casas y a quienes les limpian las casas.
Este poemario levanta las alfombras del trabajo doméstico de las “queli”, “las que limpian”, ese trabajo asociado a la mujer como resultado de un reparto injusto de roles y que esconde el clasismo en esta sociedad democrática, única salida laboral, precaria siempre, para muchas mujeres, heredada de generación en generación de la que parece imposible salir:
Le digo a mi madre
“he encontrado un trabajo”
“de qué” me pregunta
le digo
“limpiando”y llora
Desigualdad de clase y género: una doble maldición para la mujer, con la que estos versos de Blanca Morel tratan de romper. El polvo ensucia y hay que limpiarlo, hay que devolver la dignidad a esos espacios, y este poemario también devuelve esa dignidad a quien lo limpia, un yo lírico femenino y colectivo:
pero soy legión
soy ellas
las que limpiaron
lo que no habían manchado
Pero cuya identidad individual no desaparece bajo el polvo:
pero mi mente es mía
(…)
nadie hace mis cosas
porque mis cosas y mi mente
son asunto mío
Una identidad que toma forma en su cuerpo y le otorga libertad:
al mirarme
he descubierto mi cuerpo
o
creo que soy
esa mujer que limpia
la superficie del espejopero el animal sabe
que el del espejo
no es él
Cierta animalización aflora entre los versos para permitirle subsistir, así se reconoce como serpiente que repta por el suelo empolvado de la casa, y recorre desde esa perspectiva la vida que acontece allá arriba, en el mundo de la sra. x y el sr. y, dos personajes que representan los roles femenino y masculino para los que trabaja. La narrativa del poemario se plantea ahora bajo la apariencia de un diálogo de esta limpiadora, personaje mítico, con la sra. x y el sr. y.
El polvo como metáfora y sinécdoque de todos los trabajos de una casa: lavar, planchar, coser botones, fregar, barrer… Un trabajo de limpieza que nos enfrenta a la propia suciedad que éste entraña en tanto que explotación laboral a partir de la actitud despótica de la sra. x. Aunque no se explicita, queda en el aire, como polvo en suspensión, la situación de casi esclavitud doméstica de muchas mujeres inmigrantes que trabajan como internas en casas…
La limpieza se expande ahora a su concepción de ritual purificador más allá del acto cotidiano y rutinario bajo el cual se oculta la propia existencia; ello se percibe especialmente a través del poema en el que los diputados del congreso aplauden a la limpiadora del mismo, una acción con la que se agradece y visibiliza el riesgo que su necesario trabajo supuso en la pandemia, un trabajo en el que la limpieza se manifiesta como un acto mítico de expiación frente al miasma. Nos enfrentamos así a esa ceguera social que encubre este trabajo, sólo visible cuando el polvo desaparece:
mientras limpio el espejo
me miran sin verme
El espejo, imagen constante en el poemario, refleja una realidad que se pretende ignorar, de la misma manera que actúa el lenguaje, pudiendo disfrazar la verdad:
tal como el polvo
se aproxima a las cosas
lo hacen las palabrasasí el lenguaje
encubre la realidad
Con su palabra libre y salvaje Blanca Morel trata de limpiar un error histórico y sacar a la luz aquello que ha sido ocultado por el polvo y ésta es, y no otra, la tarea de la poesía, como señala María García Zambrano en el epílogo “Escribir de lo que vemos pero no existe, de lo que no vemos pero existe, y crear un mundo alrededor de ello debiera ser la (verdadera) tarea (de la poesía)”, pues:
cubierto de polvo
mi nombre desaparece
Dar nombre, dar voz, desempolvar la verdad sepultada por las huellas del polvo:
mi trabajo es eliminar
quitar
hacer desaparecer
cualquier rastro
de historia
Un polvo limpio, diáfano y brillante que danza, como Shiva, donde aflora esa espiritualidad india subyacente, surge de estos versos para interpelarnos sobre la dignidad de su existencia y sobre nuestra liviana existencia, que se asemeja a una mota de polvo.
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Autora: Blanca Morel. Título: Polvo. Editorial: Eolas. Venta: Todos tus libros.
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