Intrahistoria de un país a través de una familia

Una de las líneas características de la literatura de Ignacio Martínez de Pisón es aquella que indaga en las relaciones familiares, en historias de aprendizaje en las que los protagonistas viven su infancia y adolescencia en un ambiente que muestra las grietas que genera la convivencia. Las relaciones entre padres e hijos, el matrimonio, la familia y las vinculaciones que se establecen entre ellos están en la base de novelas como La ternura del dragón, El fin de los buenos tiempos, Carreteras secundarias, María bonita o La buena reputación. En esa tendencia se sitúa su última novela, titulada Derecho natural. En ella Martínez de Pisón pretende reconstruir unas vidas personales y al mismo tiempo se propone reconstruir una época.

La historia está contada por Ángel, que narra su paso de la infancia, desde que tenía cinco años, en 1967, hasta su madurez ya en 1989. Sus primeros recuerdos son de un padre que aparece y desaparece del hogar sin aviso previo. Martínez de Pisón elabora bien este tipo de personajes que se repite con variantes en algunas de sus obras: un hombre errático y extravagante, que es aquí actor de reparto, eterno figurante de películas de serie B y que acaba ganándose la vida como imitador de Demis Roussos. Sus peripecias se unen en la trama de la novela al relato de los esfuerzos que hace su madre para sacar adelante a la familia en esas circunstancias, a las diversas vicisitudes más o menos anecdóticas que experimentan los cuatro hijos y a la historia de amor que surge entre el narrador e Irene, una joven a quien conoce siendo adolescente, a quien rescata después de una penosa dependencia de drogas y de quien tiene que separarse años más tarde dolorosamente. “Seguramente nunca volveremos a vernos —escribe al final—, pero yo la seguiré queriendo hasta el último día de mi vida” (pág. 441).

Además de estas biografías individuales, Derecho natural es también la reconstrucción de una época. Martínez de Pisón va trazando en todas sus novelas el mapa social y político de su generación. Aquí vuelve a esas décadas cruciales de la historia reciente. Arranca en los años finales de los sesenta y evoca los últimos tiempos  del franquismo, el atentado a Carrero Blanco y el período de la Transición política, la Constitución y el golpe del 23 F. Hay un paralelismo entre la evolución de la familia y los cambios sociales. Ángel Ortega, el padre estrambótico del narrador, “como hicieron tantos en aquella época, se dedicó a reescribir su propio pasado para dotarse de unas credenciales antifranquistas convincentes” (pág. 133). Y el narrador, su hijo, se aproxima al Derecho Natural y a la Filosofía del Derecho, en un tiempo en el que no coinciden leyes y justicia, buscando “defender la existencia de derechos superiores fundados en la naturaleza humana” (pág. 223).

Esa voluntad de contar la historia de un país a través de la historia de una familia es el rasgo fundamental que define esta novela y que caracteriza lo mejor de la literatura de Ignacio Martínez de Pisón. Escrita con una técnica que hunde sus raíces en el Realismo, Derecho natural cuenta los hechos de una forma cronológica, a través de la primera persona de la memoria de uno de los protagonistas. Combina las apreciaciones psicológicas con descripciones sociales; y mezcla destellos de humor con el drama de unas vidas forjadas en el abandono, la soledad, el dolor y la pérdida de aquellos a quienes quieren. El narrador se enfrenta a ese mundo contradictorio con una actitud de afecto hacia los personajes, que es también uno de los rasgos que definen la voz narrativa de este autor. Por eso, esta novela trata de la culpa, de los errores y del fracaso; pero también de la convivencia y del perdón.

Título: Derecho natural Autor: Ignacio Martínez de Pisón Editorial: Seix Barral Venta: Amazon y Fnac