En 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando el horno no estaba para bollos, una dama inglesa, nacida en 1897, sacaba a la luz la primera entrega de una de las series policiacas más populares del siglo XX: The Famous Five, traducida al español como Los Cinco. Una colección que se prolongó durante tres décadas, desde los cuarenta hasta los sesenta, y en la que, con un lenguaje sencillo y con una trama nada compleja, dos chicas y dos chicos (nadie aún había hablado de paridad, pero la autora británica se adelantó a su tiempo), acompañados de un perro llamado Tim, eran capaces de resolver, con insólita pericia, en su entorno cercano, asuntos relacionados con el contrabando, el secuestro y el robo. La última entrega tuvo lugar en 1963 —cinco años después moriría su creadora, conocida, además, por sus prolíficas relaciones extramatrimoniales—, con el libro titulado Los Cinco juntos otra vez. La leyenda de Enid Mary Blyton no había hecho más que empezar.
"El mayor mérito de la obra no reside tanto en la originalidad de la misma, sino, antes bien, en el hecho de dar una solución airosa a escenas que ya habíamos observado en otros libros"
Y por si todo ello fuera poco, Tristante, en su explícito homenaje a Enid Blyton, elige precisamente a cinco personajes para llevar a cabo la investigación de un caso apasionante de principio a fin. Son Héctor, Paco el Pirata, Mar, Bea e Inma, que sigue todo este proceso vía Internet, aportando así, junto con los WhatsApp que aquí se reproducen, un aire de actualidad a la novela, que, en los tiempos que corren, de ningún modo puede renunciar a las nuevas tecnologías.
El arranque de la novela nos lleva hasta el año 1976, recién fallecido el dictador, cuando en un conocido y emblemático edificio de Madrid, que se emplea como estafeta de correos, una carta, dirigida a Murcia con el sello de urgente, rueda por la mesa hasta perderse entre los muebles y permanecer ahí oculta hasta 2021, cuando es hallada y remitida, por fin, a su titular. Así comienza este relato de misterio y de aventuras en el que su autor administra, con inteligencia y sabiduría, su contenido, esa información que nos va proporcionando poco a poco para mantener atento al lector hasta la resolución del caso, ya en las páginas finales. El mayor mérito de la obra no reside tanto en la originalidad de la misma, sino, antes bien, en el hecho de dar una solución airosa a escenas que ya habíamos observado en otros libros, porque hay que convenir en que, en este género al menos, ya está todo inventado.
Las técnicas empleadas por Jerónimo Tristante para darle musculatura, vigor y verosimilitud a la acción no difieren demasiado de las que hallamos en sus relatos protagonizados por Víctor Ros: empleo de resúmenes para poner al día al lector para que no se pierda en el camino, mecanismos muy sutiles y efectivos para dilatar la resolución del caso, así como el empleo de descripciones breves del entorno en el que se mueven los personajes —la ciudad, la huerta cercana, el instituto, la casa de Héctor…—, pero de una enorme efectividad y limpieza, además de la presencia de constantes diálogos de gran vivacidad y dinamismo que responden, como tiene que ser, al nivel cultural y a la edad de estos entusiastas contertulios.
"La literatura de carácter juvenil de estas últimas décadas, que cuenta con cientos de miles de fieles lectores en toda España, merece novelas así"
Jerónimo Tristante, aunque sin ánimo de hacer pedagogía, no rehúye, sin embargo, de todo aquello que para un editor de novela juvenil debe aparecer en estas páginas: la exaltación de valores como la amistad y la integración social, la aparición de fenómenos como la anorexia o el machismo, la necesidad de hacer justicia con los males del pasado, el papel destacado de la mujer en la vida social, etc. Y, dentro de esa misma línea, como la investigación tiene que retrotraerse a los años setenta del siglo XX, Tristante aprovecha la ocasión que aquí le brinda para mostrarnos la vida española justo antes de que se dictara nuestra constitución de 1978, con los últimos coletazos de un franquismo que, aunque desaparecida buena parte de su aparato represor, se resistía a desintegrarse por completo y a dejar paso a esos nuevos aires de modernidad que traería consigo la llamada transición.
La literatura de carácter juvenil de estas últimas décadas, que cuenta con cientos de miles de fieles lectores en toda España, merece novelas así, de esta calidad, que procuren alejarse de los consabidos tópicos del género y que le aporten mayor originalidad. Una calidad que, por fin, sitúe a este tipo de relatos en el lugar que verdaderamente merece.
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Autor: Jerónimo Tristante. Título: La carta. Editorial: Edelvives. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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