Producto de una amistad y complicidad de muchos años, los escritores norteños Luis Jorge Boone y Julián Herbert han dado vida a dos historias íntimas de la Revolución Mexicana, cuyos protagonistas son un soldado raso federal que, desde la torre de una iglesia de Coahuila, espera la llegada del enemigo mientras recuerda cómo su futuro se le manifestó desde la infancia, y un maestro rural quien, tras recorrer todos los niveles de la burocracia carrancista, es nombrado diputado del Congreso que promulgará la Constitución mexicana de 1917. El polvo que levantan las botas de los muertos (Era), título del volumen que han compuesto como un duelo literario, es un pequeño fresco que retrata, más allá de los grandes caudillos y sus egos, a dos hombres comunes que dudan y temen, que se tambalean y se levantan cada día y avanzan por un jardín de sinsentido y violencia que es la vida misma, dejando el testimonio de cómo dos vidas cumplen su destino en el vértigo de “la Bola”, cada una a su manera, tal como lo hicieron miles de mexicanos en esos años de caos e incertidumbre. Con un lenguaje acuñado en la experiencia del ejercicio poético, la narrativa y el ensayo, Herbert y Boone nos recuerdan, más de un siglo después, que las botas de quienes participaron en una de las máximas gestas nacionales del siglo XX, seguirán formando polvaredas mientras el tiempo avance, pues la gran historia también se compone de personajes a los que no les interesa el poder ni la gloria, sino que los motivan esas pequeñas cosas que constituyen la naturaleza humana.
GONZALO CELORIO, ESCRITOR DE ESCRITORES
"El volumen de Gonzalo Celorio es una especie de autobiografía protagonizada no por el autor, sino por una veintena de narradores"
«Por su profundo anclaje en la tradición de la mejor literatura hispanoamericana, a través de una prosa de gran expresividad y belleza”, el libro de Gonzalo Celorio Mentideros de la memoria (Tusquets), se ha alzado con el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2022. Libro «híbrido» en el sentido de que no se corresponde con ningún género específico, el volumen de Celorio (1948) es una especie de autobiografía protagonizada no por el autor, sino por una veintena de narradores —entre los que destacan Juan Rulfo, Juan José Arreola, Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Umberto Eco, Alfredo Bryce Echenique o Tito Monterroso— a los que evoca conjugando el testimonio, la crónica, la crítica literaria, el ensayo y el homenaje. Satisfecho por este galardón al que aspiraba desde hace años, Celorio revela que ahora está trabajando en un libro que se titulará Ese montón de espejos rotos, precisamente la definición que Borges daba a la memoria en uno de sus poemas, y en el que el autor de obras como El viaje sedentario, El metal y la escoria o Los apóstatas, habla de sí mismo, de sus memorias como escritor, académico y funcionario cultural. Enhorabuena, maestro.
¿NOBEL MEXICANA?
"¿Tendremos una Nobel de Literatura mexicana? Se admiten apuestas"
Me cuenta una fuente de mucha confianza que los académicos suecos están loquitos por una escritora mexicana multipremiada y muy consentida por las élites que conceden becas en medio mundo, y que este año ya figura entre sus candidatos al soñado galardón. Mi fuente agrega que la escritora, que está a punto de entrar en la sesentena, tiene tan a su favor a los académicos de medio mundo, que si una universidad le da una beca y ella decide aceptar otra, le dicen que no hay problema, que se la guardan para cuando ella termine su otro compromiso. ¿Tendremos una Nobel de Literatura mexicana? Se admiten apuestas.
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