Foto de portada: Cristina Reche.
En los alegatos finales del llamado juicio del procès, en el que se acusó a líderes catalanes de rebelión, sedición, usurpación, desobediencia y malversación, hubo un abogado, Javier Melero, representante de los intereses del ex conseller Joaquim Forn, que dejó con la boca abierta a todos los presentes. Porque, después de exponer los motivos por los que consideraba que su cliente era inocente, dijo que soñaba con un país en el que la gente no discutiera por temas políticos, sino por la calidad de las obras de William Faulkner, tal y como ocurría en la película Amanece que no es poco.
Esas palabras, del todo sorprendentes en un juicio de aquellas características, llamaron la atención de algunos periodistas con veleidades literarias y, de alguna forma, sirvieron como advertencia de lo que habría de venir. Y lo que habría de venir al fin ha llegado: Javier Melero se ha lanzado a la narrativa, concretamente al género negro, con una novela, Frágil virtud (Ariel), protagonizada por un abogado penalista que recorre las calles de Barcelona con el mismo talante que los grandes detectives del hard boiled americano. Un personaje, pues, a tener muy presente en la nueva narrativa policiaca.
Javier Melero mantuvo una conversación con Álvaro Colomer en el marco de los “Diálogos online” que la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña / Associació Col·legial d’Escriptors de Catalunya) realiza con el apoyo de CEDRO.
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