Guillermo Busutil ha escrito un libro que es un vademécum, un catálogo, un listín que parece eterno, que es exhaustivo, que puede olvidar algún nombre o hecho —y es inevitable, porque son tantos —y que también es un homenaje a todos los agentes de la Cultura de Málaga del pasado y del presente. Una ciudad que a finales de la década de los 80, cuando aterrizó en el Mediterráneo, era provinciana y ahora lleva el ADN de la Cultura como ligazón indisoluble.
"El joven Busutil, con rostro de oriental, boxeador de la palabra, moviendo las manos, mirando a los ojos, sin conformarse con lo evidente, llegó a Málaga y se implicó en la transversalidad de la cultura desde el periódico"
Busutil, granadino de la añada del 61 y Premio Nacional de Periodismo Cultural 2021, desarrolla 35 años de experiencia profesional en este volumen, editado por la Fundación Ciedes, “un viaje y una mirada retrospectiva en sus diferentes disciplinas que certifica el esfuerzo, el talento, el empuje de su construcción como oferta social y económica, mucho antes incluso de que la política la convirtiese en el eslogan ‘La cultura es capital’ a partir del boom de los museos”.
El autor recaló en La Gaceta de Málaga, un periódico que no duró mucho y que hizo un periodismo combativo. La redacción estaba situada en calle Larios, donde apenas se divisaban turistas y había tráfico y coches en segunda fila. El joven Busutil, con rostro de oriental, boxeador de la palabra, moviendo las manos, mirando a los ojos, sin conformarse con lo evidente, llegó a Málaga y se implicó en la transversalidad de la cultura desde el periódico, donde puso en marcha el suplemento Cuadernos de Málaga, y en la radio en la que dirigió durante años el programa Onda Cultura en Onda Cero.
"Propone un espacio similar al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, con temáticas que aborden la vivienda social, la cultura del agua o el mestizaje"
En Málaga se encontró con islas que intentaban otra ciudad. Aquí dos nombres claves: Tecla Lumbreras, en la sala de exposiciones del Colegio de Arquitectos y Eugenio Chicano al frente de la Fundación Casa Natal Pablo Ruiz Picasso, que fue el germen del Museo Picasso Málaga. El MPM se convirtió en 2003 en el gran revulsivo para una urbe que intentaba despegar, coger altura de miras y alejarse de los estereotipos que tanto marcan a Andalucía.
El escritor y periodista, que es Premio Andalucía de la Crítica por su libro de relatos Vidas prometidas y que entre 2003 y 2020 fue columnista y crítico literario de La Opinión de Málaga, lamenta el actual overbooking de oferta cultural de Málaga, “que no resulta enriquecedor”. ¿Por qué? Por la calidad desigual en las exposiciones, presentaciones y su impulso privado y público. También por una “colmatación que cansa y dispersa al público”.
Glosando los cambios indudables en la Málaga cultural, Busutil, actual responsable de actividades de la Fundación Manuel Alcántara y que capitaneó con brío y amplitud de miras la revista Mercurio entre 2007 y 2019, cree que a Málaga le falta una Feria del Libro acorde al potencial de la ciudad. Propone un espacio similar al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), con temáticas que aborden la vivienda social, la cultura del agua o el mestizaje.
"Anima a que la ciudad se vuelva a presentar como Capitalidad Cultural Europea, que perdió para el año 2016 en favor de San Sebastián"
Cree que el talento creativo local, reconocido en 2021 y 2022 con cuatro Premios Nacionales —el suyo de Periodismo Cultural; el de Aurora Luque de Poesía; el de Fomento de la Lectura para la revista Litoral y el de Artes Plásticas para Rogelio López Cuenca — debería mostrarse y amplificarse en el citado CCCB, la Fundación Juan March, Matadero, CentroCentro, Círculo de Bellas Artes o CaixaForum.
Apunta el autor que no es cuestión solo de exportar la marca Málaga Capital de la Cultura como polo de atracción turística, “sino como una verdadera promoción de la misma, y dar a conocer el patrimonio creativo con el que se cuenta”. Y anima a que la ciudad se vuelva a presentar como Capitalidad Cultural Europea, que perdió para el año 2016 en favor de San Sebastián, y cuya derrota sirvió como acicate por parte del Ayuntamiento de Málaga para impulsar franquicias de prestigio internacional como el Centro Pompidou y el Museo Ruso.
Y sentencia este formidable creador de aforismos, amante del jazz y de Bessie Smith, emperatriz del blues, cuya voz escuchaba el día que se acabó de imprimir el libro: “Lo ideal es dejar claro que No es lo mismo ser capital de la cultura que la cultura sea el capital de una ciudad”.
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