En el interior del pasado

Los hermanos Abraham y Simon Matchcard son los protagonistas. Abraham, el mayor, se hizo cargo del negocio desde el momento en que su padre los abandonó. Seguro de sí mismo, conocedor de las técnicas de venta y hombre responsable, toma los mandos de la empresa. Simon, por el contrario, es un hombre temeroso, taciturno, introvertido, al que el mundo exterior le parece ajeno y hostil. Convierte la casa familiar en su refugio y desde detrás de sus paredes mantiene escaso contacto con el exterior, especialmente para ampliar su colección de postales de rarezas, como él las llama.

Dice el propio autor que, aunque se siente más identificado con el personaje de Simon, en realidad los dos son en parte él. Y añade que los autores, de una forma u otra, escriben siempre sobre sí mismos y sobre lo que les interesa en la vida. Aquí Seth, como ya hiciera en anteriores obras, habla de la construcción de la identidad, el paso del tiempo, la memoria…

El tiempo es un elemento muy presente en esta obra. La propia estructura del relato está seccionada en capítulos (1997, 1957, 1966…) que enfatizan el transcurrir de los años en las vidas de los personajes. El personaje de Abraham define en un momento dado lo que es una vida en términos de tiempo: “Quizá todas las vidas sean así: una serie de sucesos algo insignificantes”. Solamente eso, una colección de acontecimientos acumulados a lo largo del tiempo, conforma la vida de estos personajes, la del propio autor y la de los lectores. No en vano Seth ha comentado en alguna ocasión que “crea sus cómics para sí mismo y para dejar una prueba de su existencia”.

Durante los 20 años que le ha llevado al autor terminar esta obra —“trabajaba uno o dos meses al año en ella, el resto del tiempo me dedicaba a otros proyectos”, declaró a lo largo de la presentación del libro realizada en Madrid— el tiempo no sólo ha cambiado a la persona, también su estilo se ha visto alterado. Aunque no reniega de las primeras páginas de este cómic, Seth admite que hoy en día las habría dibujado de forma diferente.

Hay que reconocer, sin embargo, que el primer capítulo es toda una declaración de intenciones para la época en el que fue realizado: a lo largo de casi ochenta páginas vemos solamente a Abraham realizando actos cotidianos a la vez que relata en voz alta acontecimientos de su vida familiar y su negocio, en una especie de monólogo que en ocasiones busca sutilmente interpelar al lector sin llegar a atravesar esa pared que los separa. Por el contrario, cuando es Simon el narrador, el relato se convierte en un monólogo interior, más íntimo y personal. Las casi 40 páginas en las que sólo se ven paisajes campestres y urbanos desnudos, solitarios, ahondan en ese sentimiento de aislamiento e introspección del menor de los hermanos durante su alocución. Una muestra más de la diferencia de caracteres de ambos personajes.

Ventiladores Clyde es un cómic para adultos tanto por los temas que aborda como por su sensibilidad y su forma tan personal de entender la narración gráfica. Sus casi quinientas páginas muestran la gran capacidad del autor para relatar, con desasosiego, lo insignificante de las vidas. Pero sería injusto no decir que la lectura de este cómic provocará uno de esos pequeños momentos de felicidad que la vida otorga.

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Autor: Seth. Título: Ventiladores Clyde. Editorial: Salamandra. Venta: Amazon y Fnac