Bajo una preciosa portada azul que superpone el mapa de Galicia a un retrato vivaz de doña Emilia Pardo Bazán, se encuentra el nutrido contenido del libro que ha publicado recientemente José María Paz Gago sobre la presencia de Galicia en la obra de la escritora. Una nueva obra que se viene a unir a toda la labor de recuperación, valoración y estudio de la obra de la autora coruñesa que el profesor de la Universidad de La Coruña está llevando a cabo dentro de la celebración extendida del centenario de la muerte de la novelista, con otras obras como Los misterios de Selva (Santiago, Ézaro, 2021) y La vida contemporánea: Emilia Pardo Bazán en su tiempo y en el nuestro (A Coruña, Hércules de Ediciones, 2021).
Se trata de un ensayo erudito, fundado en la lectura detallada y pertinente de las fuentes y de la bibliografía secundaria, que denota el buen hacer de un escritor que es, además, un brillante profesor de literatura que sabe manejar los contenidos relacionándolos con sus fuentes para hacer hablar a la autora mientras entreteje los temas y las ideas y construye un discurso que se convierte en un viaje literario —pero real en su representación, como el mapa de la portada— a través de la Galicia de la vida y la obra de Pardo Bazán.
Resulta un placer leer un discurso claro, basado en los documentos, que interpreta las evidencias, pero que no se entretiene en torcer argumentos, buscando en todo momento destacar la autenticidad de la autora. El contenido elaborado se vierte en buena literatura y, sobre todo, en un gallego rico y cuidado que intenta de varias maneras reflejar el diálogo con la lengua que se establece en la propia obra de doña Emilia; algo que constituye —creo— un sentir real de la autora, que ama la lengua como vehículo de expresión y como herramienta científica refinada, llena de ciencia. Una percepción que parece estar detrás de su propia valoración de la obra de Rosalía, Follas novas, como se puede leer también en las páginas que se dedican en el libro a la relación de la Pardo Bazán con la lengua gallega.
La Galicia que aflora de poner todas juntas las numerosísimas referencias a la región en la obra de la novelista se podría decir que representa la visión global de su propia obra literaria. En ella, Emilia Pardo Bazán se declara gallega, es y se sabe inevitablemente gallega, por su realidad, pero también se presenta como conscientemente gallega, porque en su mirada trasciende Galicia. La mide con todo el mundo cosmopolita que ella conoce y le aplica una perspectiva que puede adoptar, precisamente porque toma la decisión de no ceñirse solo a la Galicia que ama y que la rodea. Ciertamente sus circunstancias personales de clase y de posibilidades le permitieron salir de Galicia y conocer mundos diferentes, pero aprovechó la circunstancia precisamente para someter a Galicia a “la prueba de la Belleza” y sobre todo a la prueba de la visión del futuro y del deseo que “xenera o porvire…”, como declara al final de uno de sus escritos en gallego, que el libro también nos desvela (p. 229).
La obra de Pardo Bazán tiene referencias casi al mundo entero, un mundo en el que Galicia se imbrica grandiosamente. Y en esta aproximación íntima, realista y valorativa de su tierra, la gran actitud que se revela en la manera de abordar el retrato de la región que la vio nacer es la intención artística que ella declara. Como autora realista quiere contar lo que conoce, pero quiere hacerlo a través del filtro del arte —artísticamente— lo que implica saber usar de manera justa el artificio. Un artificio que se refleja en lo que podemos llamar “Photoshop” lingüístico, que aplica en los nombres de ríos, pueblos y lugares a sus magníficas descripciones reales y realistas, a esa fotografía que no traiciona una autenticidad buscada, como la que ella valora en el poeta Eduardo Pondal —lo que el libro también nos desvela gozosamente—, para no convertir a Galicia en un estereotipo o un “parque temático” fruto de un narcisismo reduccionista. Y justamente este juego lingüístico con el “nomenclator” resulta uno de los aspectos interesantes que Paz Gago aborda de manera fundamentada en las reconstrucciones y sugerencias de la realidad que encierra la toponimia creativa de Pardo Bazán.
A través de las descripciones espectaculares, en sentido estricto, que nos regaló en la mayor parte de sus obras, pero sobre todo en sus novelas, aparece la Pardo Bazán artista y esteta, una mujer “prendida” de lo visual, que, sin embargo, sabe ver bajo las gloriosas apariencias del paisaje y de la naturaleza la profundidad que está en la base de la realidad lograda, algo como lo que sucede con la música que encierra una armonía no visible que se materializa en el sonido que inunda el aire: no resulta casual que la novelista se autorretrate como una compositora en La Quimera (1905), su novela dedicada de modo más claro a la pintura.
Su mirada a Galicia y las descripciones y comentarios en los que se materializa la presentan como un ser eminentemente “visual” que repara en todos los detalles, que sabe juzgar e interpretar los símbolos y su estética, que se pronuncia con claridad meridiana ante la belleza o la fealdad de los objetos y las realidades, y que tiene un ojo experto y apasionado para el arte y la arqueología, que revela un profundo conocimiento erudito, pero sobre todo reflexivo.
La lectura del libro Emilia Pardo Bazán e Galicia interpela al lector gallego, o al conocedor y amante de la tierra, a reconocer en la Galicia de la autora la propia Galicia y medirla con el sentimiento y las expectativas, comprendiendo en su hondura las sensaciones que estallan en la literatura de doña Emilia y entendiendo la mirada primitiva y a la vez cultivada de la tierra que se despliega en su obra. Por el libro desfilan las ciudades, los pueblos, los lugares, los paisajes, algunas instituciones religiosas o del saber, los lugares de ocio, pero, sobre todo, los colores, los sonidos y, de manera especial, los olores que, en un ejercicio involuntario de sinestesia, se evocan y reconstruyen en la mente al hilo de la lectura: el del mar, el de los pinos, el de las madreselvas…
La lectura de esta reflexión, pintura y canto sobre Galicia, compuesta mano a mano entre doña Emilia y José María Paz a través del diálogo del pasado de aquella con el presente de este, se antoja como la consumición de un buen producto culinario que aúna diversas delicias, un “mar y tierra” bien cocinado, que, además, se deleita en poner algunos puntos sobre las íes.
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Autor: José María Paz Gago. Título: Emilia Pardo Bazán e Galicia. Editorial: Hércules de ediciones. Venta: página web de la editorial.
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