Cayó este libro de Don Winslow en mi poder debido a una imposición, no estaba en mis planes leerme un thriller, pero llegó a mí en forma de regalo y me vi obligado a emprender la tarea de leérmelo. Para mi sorpresa es un libro de lectura ágil, cuando te quieres dar cuenta estás acabando la última hoja, y son más de 700. Es uno de esos libros que te engancha, te sumerge en la historia y no te deja salir hasta que se resuelve el desenlace final.
El autor realiza una dura crítica a las políticas norteamericanas contra la industria de la droga, reflejando que durante épocas enteras los EE.UU. se aliaron con los narcotraficantes en su cruzada contra el comunismo. Poniendo de ejemplos lo que hicieron en Vietnam, Nicaragua, Colombia o México. La Teoría del Dominó hizo mucho daño en las mentes de los estrategas norteamericanos, no hay más que analizar cómo estaba Afganistán antes de la llegada de los talibanes y cómo está ahora, intervención militar estadounidense de 2001 entre medias.
El papel de centinela de Occidente de Estados Unidos está genialmente hilvanado a lo largo de la novela, al igual que la estructura criminal de los cárteles y de otras organizaciones de tipo mafioso. La reconversión de algunas de estas por la fuerza de los acontecimientos, digamos su modernización, también son llamativas.
En la obra también se desarrolla algo que durante muchos años fue fuente de fascinación y de curiosidad en mis búsquedas sobre acontecimientos históricos: las pugnas entre diversos sectores de la Iglesia. Siempre me gustó leer sobre las herejías cátara y arriana, al igual que sobre lo que describe este libro: la irrupción de la Teología de la liberación y la pugna que mantuvo con el papado y con el Opus Dei.
Los personajes principales tienen mucho recorrido, destacando para mí el infatigable Art Keller, en su búsqueda de venganza, y el policía mexicano Antonio Ramos, que representa la rectitud y la dureza. También me agrada la construcción de Sean Callan, un mafioso que termina buscando la redención gracias al amor.
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La realidad de México, y de otros países de Hispanoamérica como Colombia, es complicada, han tenido la desgracia de estar ubicados en lo que se llama el patio trasero de EE.UU. Las actuaciones de este país, sea de forma directa o indirecta, han contribuido a crear una situación en estos países que ha conllevado éxodos de población, matanzas, fortalecimiento de organizaciones paramilitares y mafiosas que han llegado a controlar Estados o, por lo menos, a hacerles de contrapeso. Todo en nombre de la libertad, la libertad de los norteamericanos de enriquecerse y de imponer sus visiones y necesidades.
En México la realidad con los cárteles es terrorífica, controlan zonas enteras y han sido capaces de doblegar a los gobiernos en varias ocasiones. Tráfico de personas, prostitución, drogas, sicariato, secuestros, sobornos, entre otras actividades llevadas a cabo por ellos. La lista es larga, demasiado.
En El Salvador se tomaron medidas al respecto de las pandillas y la delincuencia, y tuvieron que declarar un largo estado de excepción que supuso una auténtica guerra con muertos en ambos bandos. En México no son simples pandillas, son grandes cárteles organizados con parte de su estructura dentro de la del propio Gobierno, para solucionar la situación tendrán que ir a la guerra de una forma cualitativamente superior a lo que se hizo en El Salvador.
Como muy bien se desarrolla en la novela, las operaciones antidroga de EE.UU y de México son ineficaces porque no buscan acabar en realidad con los cárteles, se necesita un gran cambio para poder ser efectivos contra estas organizaciones criminales. La historia de Don Winslow se centra en México, aunque también de forma fugaz se vea la realidad de Colombia en los años 90. Lo que pasó con la cocaína y el Plan Colombia da para escribir tres libros, pero quiero dejar claro que la intervención de EE.UU lo único que hizo fue empeorar la situación. Mucha gente no se da cuenta de que la ayuda estadounidense siempre se paga de una manera o de otra y que, para ellos, la industria armamentística es uno de sus principales activos.
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