Deprecated: Methods with the same name as their class will not be constructors in a future version of PHP; GDLR_Import has a deprecated constructor in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/goodlayers-importer/goodlayers-importer.php on line 28
El panettone de Proust - El tren de los niños - Reseña - Zenda
Warning: is_dir(): open_basedir restriction in effect. File(/usr/share/nginx/html/wp-content/plugins/wpdiscuz/themes/default) is not within the allowed path(s): (/var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/:/tmp/) in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/wpdiscuz/forms/wpdFormAttr/Form.php on line 157

El panettone de Proust

Viola Ardone ha conseguido uno de los últimos éxitos editoriales de su país gracias a esta novela, un cruce entre los mejores momentos de Cinema Paradiso, las historias de Roberto Benigni y las pasajes de la infancia de Lila y Elena Greco en La amiga estupenda, la aclamada novela de Elena Ferrante. Neorrealismo versión 4.0...

Pocos personajes del cine de finales del siglo XX han despertado tanta ternura el público como el suyo. Con solo pronunciar su nombre a todos se nos pone una sonrisa bobalicona, primero, y un mohín de tristeza, después. Totó es en sí mismo una magdalena de Proust, quizás sería más correcto decir un panettone de Proust, más grande que el Coliseo, un viaje al momento más importante de nuestras vidas —feliz o no—, la infancia. Amerigo, el protagonista de El tren de los niños (Seix Barral), no es Totó, pero es igual de inolvidable.

Viola Ardone ha conseguido uno de los últimos éxitos editoriales de su país gracias a esta novela, un cruce entre los mejores momentos de Cinema Paradiso, las historias de Roberto Benigni y las pasajes de la infancia de Lila y Elena Greco en La amiga estupenda, la aclamada novela de Elena Ferrante. Neorrealismo versión 4.0 que ha seducido a miles de lectores.

"¿Cómo ha logrado Ardone llegar a tanta gente con su relato? Con una escritura precisa, ágil y generosa en frases redondas y certeras, pero también con un poco de trampa"

¿Cómo ha logrado Ardone llegar a tanta gente con su relato? Con una escritura precisa, ágil y generosa en frases redondas y certeras, pero también con un poco de trampa, con una pequeña dosis de engaño: utilizar la voz de un niño para contarnos la historia, para transformar una dura realidad —la de la Nápoles de la postguerra; hambre, piojos y miseria— en una realidad mágica, al más puro estilo de Roberto Benigni, el cómico que enterneció a medio mundo, al terminar el milenio, con su película La vida es bella.

El tren de los niños nos muestra a Italia después de la II Guerra Mundial, una de las naciones perdedoras del conflicto, vencida por los aliados, devorada por el nazismo y desangrada por la lucha entre fascistas y partisanos. Si en el país las cosas eran duras, en el sur todo era peor, mucho peor. Nápoles fue la zona cero de la postguerra. Allí vive nuestro protagonista, el travieso, ingenioso y locuaz Amerigo. Su existencia transcurre entre pillerías y mil inventos para lograr sobrevivir. El destino del pequeño parece abocado a la delincuencia o a una miseria labrada con trabajo duro y esfuerzo constante. Un hecho cambiará el rumbo diseñado para él. El Partido Comunista organiza un tren al norte, un convoy de niños pobres que serán alojados en familias con bastantes más posibilidades de las que pueden ofrecerles en sus humildes hogares. Las reticencias y temores iniciales darán paso a la felicidad por encontrar su sitio. Unos se quedarán allí para siempre y otros volverán, pero todos descubrirán que existe otro mundo lleno de amor y, lo más importante, de salami y de pizza frita.

"El tren de los niños es un ejercicio de nostalgia, un atracón de añoranza, un empacho de melancolía"

Al igual que ocurre con Cinema Paradiso, aquí tenemos dos planos temporales. Primero disfrutamos con la infancia del protagonista, y luego comprobamos en qué se ha convertido en la madurez. En ambos casos, Amerigo y Totó llegan a ser artistas —un violinista y un director de cine—, y en las dos historias sus protagonistas se ven incapaces de escapar a sus recuerdos. Esta es una historia que va de lo individual a lo colectivo. De hecho, su autora arranca la escritura de su libro cuando recibe una foto de un anciano que formó parte de esa caravana de niños que viajaron hasta el ansiado Norte, y avanza por la memoria y la historia de su país, hasta llegar a un relato común en el que la miseria se transforma en solidaridad.

Ardone demuestra en esta novela una portentosa capacidad narrativa, una maestría notable a la hora de tratar las voces del personaje, tanto de niño como de adulto —sobresaliente esta última—, y un conocimiento amplio de las herramientas para «engañar» a los consumidores de historias tan sentimentales como esta. El tren de los niños es un ejercicio de nostalgia, un atracón de añoranza, un empacho de melancolía. Desmiguen este panettone de Proust y prepárense para reír y llorar con Totó, perdón, con Amerigo.

—————————————

Autor: Viola Ardone. Título: El tren de los niños. Editorial: Seix Barral. Venta: Todostuslibros y Amazon 

4.7/5 (10 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)

Miguel Ángel Santamarina

Nací en Burgos, y ahora vivo bajo las palmeras de Almuñécar. Estoy prisionero en Zenda desde sus comienzos. No me canso de darle a la tecla. En breve, publico un libro de historia, mientras le sigo dando vueltas a mi primera novela.

Ver más publicaciones

Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas:

  • Toda alusión personal injuriosa será eliminada.
  • No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • Zenda no se hace responsable de las opiniones publicadas.
Notificar por email
Notificar de
guest

1 Comentario
Antiguos
Recientes Más votados
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios
Josey Wales
Josey Wales
1 año hace

Los primeros loables feministas fueron impulsados por la Fundación Rockefeller, que también financió la política de control de la natalidad a través de la pionera de la eugenesia y el aborto, Margaret Sanger. Uno de los instrumentos supremos de dominación mundial del capitalismo internacional es la demografía. El feminismo, la destrucción de la familia y el aborto no sólo convierte a las mujeres en consumidoras/proletarias, también domestica y pone en manos de terceros la riqueza potencial de un païs, que es su población. Diego Fusaro ha escrito hace poco un ensayo sobre esto desde una óptica marxista, que no por ser marxista es acertada, es que lo es.

Dicho esto, el comunismo es la privatización absoluta y total de la economía, del Estado y hasta del alma de las personas, en manos de una minoría de privilegiados que forman la pirámide social de los Estados comunistas, desde los miembros de base del partido hasta el Comité Central. En decenas de experiencias comunistas, desde la URSS hasta Cuba, Albania, Angola o Camboya, el patrón se repite y la revolución siempre ha significado el cambio de una clase dominante por otra peor.

En cuanto al aborto como ‘derecho de la mujer’… Si la Naturaleza ha hecho que la criatura permanezca en el seno de la madre durante nueve meses, es por la misma razón por la que se la pone en una incubadora en un parto prematuro y no al aire libre: la criatura es demasiado vulnerable. Despedazarla con un bisturí, darle una inyección letal o punzarle la nuca en una incubadora es lo mismo que se hace en un matadero abortista, sólo que en vez de incubadora artificial es la incubadora natural de un vientre materno. Si un médico que ha hecho un juramento hipocrático y una madre son los que realizan el crimen, tenemos el colmo de la abominación. Se habla mucho de los crímenes de los Estados totalitarios, más de cien millones entre nazis y comunistas. Esa cifra la baten los abortos en el mundo cada dos años. Todo esto tiene sus repercusiones, que ya se ven, y más que se verán. El común de la población no lo sabe, porque hay una gran maquinaria mediática y política para ocultarlo, pero andamos en la cuerda floja y caeremos. Es una cuestión matemática. Ya hay provincias españolas con una densidad de población igual a la del desierto. En unos años, la España rural será como una reserva y las ciudades serán un gran asilo de ancianos. Está en el INE. Hagan las cuentas.

suscríbete a nuestra newsletter

Recibe cada semana una selección de los mejores contenidos de la web, ¡No te lo pierdas!

[contact-form-7 id="6d737e1" title="Formulario de newsletter"]