La globalización se puede definir como un proceso económico, social, político y cultural a escala planetaria, caracterizado por una progresiva integración e interacción ente los países, personas e instituciones. La globalización es un término, supuestamente atribuido a Theodore Levitt en 1983, que explica, sin pretenderlo, el fenómeno que ocurrió por primera vez hace 500 años, con el Imperio de España como protagonista. De este fenómeno mundial nos habla el libro de José Luis López-Linares del Campo (Madrid, 1955), España. La Primera Globalización. El mismo autor realizó el proyecto cinematográficamente en 2021, convirtiéndose en el documental más visto de ese año.
La caída de Constantinopla (1453) en manos turcas dificulta el comercio a través de la Ruta de la Seda, disparándose el precio de las especias y de los productos que llegaban de Oriente. Los portugueses, en el siglo XV, consiguen llegar a la Especiería bordeando el continente africano. En los años finales de la Reconquista, Colón convence a los reyes españoles, Isabel y Fernando, de que conoce una ruta alternativa para comerciar con Oriente sin colisionar con Portugal. A partir de 1492 (con Colón) y hasta 1565 (con Urdaneta) se suceden las exploraciones, organizadas y patrocinadas por el reino de España, viajando hacia Poniente para llegar a Oriente. Este proyecto de establecer una nueva vía de comunicación con las islas de las Especias y con los ricos mercados de Asia, aguantó fracaso tras fracaso por un motivo muy simple: el comercio con Oriente era un negocio fabuloso. Se produce otro hecho significativo de gran importancia: el regreso de Juan Sebastián Elcano a Sanlúcar de Barrameda tras conseguir circunnavegar el mundo. Más importante que dar la primera vuelta al mundo fue el paso evolutivo que supusieron los nuevos conocimientos geográficos de la Tierra. La expedición de Elcano trajo conocimientos que cambiarían científica y comercialmente el mundo, como fueron conocer el verdadero tamaño del planeta, la interconexión de todos los mares, la posición real de unos continentes con respecto a otros y acceder a una economía que genera ingentes beneficios. Puntos todos estos fundamentales, por definición, en el proceso de globalización. Este proceso se encuentra, en principio, con dificultades casi insalvables, empezando por la aparición de un continente ignoto en medio de la travesía que obstaculiza el paso, y la existencia de un mar gigantesco que hace que los barcos no tengan capacidad para navegar a tales distancias. La solución a estos problemas viene de la mano del guipuzcoano Andrés de Urdaneta (sacerdote agustino, cosmógrafo y navegante), que descubrirá la corriente que permitirá “el Tornaviaje” desde el sudeste asiático hasta la costa centroamericana del Pacífico. Descubrimiento que permite que el larguísimo viaje, desde España hasta Manila, se pueda realizar con dos flotas y en dos tramos: una primera flota hacía el recorrido desde España hasta las costas atlánticas del Darién (Panamá), y una segunda flota, cuyos barcos se fabricarían en los astilleros de las costas del Pacífico, desde estas costas hasta la capital de la isla de Luzón. Este viaje de ida y vuelta se conoció popularmente, durante más de dos siglos y medio (1573-1815), como el Galeón de Manila. Las islas Filipinas, y concretamente Manila, se convirtieron en el gran mercado en donde se realizaban las transacciones comerciales con China y el sudeste asiático. Los españoles, para facilitar el pago de las mercancías compradas, utilizaron como moneda la plata. En su viaje desde México a Manila, este Galeón cargaba la plata procedente de las minas del Virreinato de Nueva España y se estima que un tercio de toda la producción de plata de las Américas se utilizó para el comercio con China. España acuñó monedas de plata llamadas “reales de a ocho” que se puede considerar la primera divisa aceptada en todo el mundo. El Imperio de los mandarines, que carecía de metales nobles, vio cómo su hacienda se enriquecía con el comercio español, llegando a cambiar su antiguo sistema de pago de impuestos, basado en materias primas, por uno nuevo con base en un patrón moneda. España creó su propia “Ruta de la Seda” a través del “Galeón de Manila”, vertebrando la globalización alrededor de la ruta Sevilla-México (capital del virreinato de Nueva España)-Manila.
En el aspecto económico merece especial mención la revolución alimentaria que produjo la conexión de los continentes y el intenso intercambio cultural, científico y artístico entre Europa y China. Los Habsburgo lograron forjar un imperio transcontinental de origen europeo, cuyos efectos se hicieron notar en los dos hemisferios del planeta. España dominó medio mundo, con la primera lengua franca, que ayudó a que su cultura se expandiera en todo el mundo. En el aspecto científico y tecnológico tuvieron vital importancia los avances en la fabricación de barcos, la creación por parte de los cartógrafos de los mapas que reflejaban nuevas tierras, rutas marítimas e imágenes de cómo eran en realidad los continentes y los océanos. En el aspecto político y administrativo es indudable que ante las dudas existentes de cómo tratar a los habitantes del Nuevo Mundo, la reina Isabel dejó en su testamento un importante legado político: ordenó que se tratase a los habitantes de las tierras descubiertas como sus súbditos, prohibiendo su esclavitud. Esta orden de la Reina se estudió por los más prestigiosos teólogos y juristas, primero en Burgos, en donde se redactaron “Las Treinta y Cinco Leyes”, normas que están consideradas como la semilla del Derecho Internacional y que reforman el concepto de Derecho Natural decretando que “los indios comparten con los conquistadores sus mismos derechos, obligaciones y privilegios”. Más tarde, en Salamanca, a consulta del emperador Carlos V, reelaboraron el Derecho Natural, naciendo el Derecho de Gentes que promovió las bases de los actuales Derechos Humanos e Internacionales, hoy reconocidos universalmente. Los intelectuales que formaron la Escuela de Salamanca desarrollaron un impresionante y monumental conjunto teórico que desempeñó un papel (jurídico-político) fundamental en esta primera globalización del mundo.
Lo que hace únicos los viajes de los descubridores no es solo que llegaran a sus destinos, sino que además fuesen capaces de regresar a Castilla para contarlo y dar a conocer sus hallazgos.
Dos grandes aciertos políticos de la Corona de Castilla fueron crear el “Consejo de Indias” cuyo cometido era organizar el reconocimiento y exploración del Nuevo Mundo, y la “Casa de Contratación”, encargada de regular el comercio, leyes y demás aspectos administrativos, logísticos científicos y tecnológicos.
“Los españoles favorecieron siempre el mestizaje con la población autóctona (…) El Imperio americano no hizo colonia. Trasladó la forma de vivir de los españoles allí”. España exportó, a los nuevos terrenos de ultramar, además de su forma de vida, su cultura y los centros de enseñanza, llegando a fundar cientos de escuelas y decenas de universidades. Se crearon, como instituciones locales y administrativas para el gobierno de los territorios descubiertos, los virreinatos que se encontraban a cargo de un gobernador que representaba la Corona.
Vasconcelos, refundador de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirma:
“Por mi raza hablará el espíritu, lo que significa que de la actividad conquistadora de Cortés surgió una nueva etnia, mixtura de los originarios y de los llegados del mar. De ese modo se forjó la civilización de las tres culturas, hoy representadas en la plaza de Tlatelolco en Ciudad de México: los aztecas, los recién llegados españoles y la nueva nación surgida de las dos estirpes originarias”.
A medida que pasan los años se avanza en la conquista de nuevos territorios y se acrecienta el dominio económico, político y militar de España, surgiendo por parte de sus enemigos la obra más perfecta del marketing político, que fue “la Leyenda Negra”. Marcelo Gullo afirma: “Jamás, en la historia de la humanidad, existió una mentira transformada en verdad que durara tanto tiempo”.
Es muy importante el papel desarrollado por los franciscanos y demás órdenes religiosas en la pacificación, convivencia y evangelización de los pueblos nativos de Norteamérica. Concretamente, fray Junípero Serra fundó más de 20 ciudades en el oeste de lo que hoy es Estados Unidos, aumentando, en esos tiempos, las poblaciones indígenas. Los nativos desaparecieron masivamente con la llegada de la fiebre del oro y durante el periodo en que fue gobernador Leland Stanford, periodo que se conoce como “el genocidio de California”.
Tanto este libro como el documental homónimo son muy recomendables para conocer la historia de España y la importancia que tuvo en el mundo.
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Autor: José Luis López-Linares. Título: España. La Primera Globalización. Editorial: Plaza & Janés. Venta: Todos tus libros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.
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