Si el Padre celestial decidiera reenviar a su hijo a la tierra para pastorear a su menguante rebaño y recristianizar un mundo sumido en el caos y el pecado, no creo que repitiera la fórmula conocida por todos y lo encarnara en el vástago del carpintero de un kibutz. Sin duda optaría por una alternativa más acorde con nuestros tiempos: ¿el CEO de una multinacional danesa, un genio de la informática, un influencer de la India, una youtuber transexual de Sudáfrica? Lo que ya no me atrevo a conjeturar es el tipo de vía crucis mediático al que sería sometida o sometido el enviado divino del siglo XXI. Especular sobre una segunda venida de Cristo es un divertimento al alcance de todos, sean creyentes o agnósticos.
Una historia repleta de humor, a veces transgresor y otras absurdo, fantástico y surreal, que puede herir ciertas sensibilidades, pero que es un soplo de aire fresco en estos tiempos de autocensura y cancelaciones diversas. Ocho breves capítulos intercalados de oraciones e ilustraciones alegóricas de Gustave Doré, Jean Dintras o Erhard Schön. En sus páginas reverberan ciertos ecos de La vida de Brian o algunos números de Les Luthiers que parodian el papanatismo petulante de cierta intelectualidad. Un texto aliñado de guiños, como el catalejo de Hoffmann, y referencias a grandes maestros de lo fantástico admirados por Navarro, como Buñuel, Borges, Cortázar, Álvaro Cunqueiro, Joan Perucho o Pilar Pedraza.
Bajo la falsa identidad de Enoch Soames, miembro del Centro de Estudios Teológicos de la Sociedad Delfinista Internacional, Navarro relata la segunda venida de Cristo, ocurrida el Sábado Santo del año 2020 en el barrio del Canyamelar de la capital del Turia: «Transcurrían por entonces treinta días desde que la plaga encerró a las gentes en sus casas y muchos entonaban esas oraciones desde sus ventanas»…
Diodoro y su inseparable Sardanápalo, Sarda para los amigos, vagan por una ciudad transfigurada por la peste, calles vacías sobrevoladas por helicópteros con potentes proyectores, cuando se dan de bruces con el mismísimo hijo de Dios, cuya epifanía tiene lugar en una iglesia cercana al mar. Con un aire nórdico que recuerda al Max Von Sydow de La historia más grande jamás contada, porta una mascarilla azul claro y unos guantes azul eléctrico que contrastan con su nívea túnica.
Diodoro y Sarda se suman a sus discípulos y numerosos seguidores, junto a los oportunistas de turno que pretenden medrar a la sombra del carismático profeta surgido del coronavirus: el hereje Orestes y el Obispo Cannivium, de marcado acento alemán. Un día primaveral se concentran en la playa de la Malvarrosa,donde asisten al prodigio: Cristo navega a lomos de una ballena rodeado de delfines. De ahí el delfinismo, se supone. Durante un tumulto, el Cristo de la pandemia es malherido y acaba a las puertas de un hospital saturado de pacientes, donde exhala su último suspiro. Rescatado por sus fieles, su cuerpo mortal sufre una serie de metamorfosis hasta acabar en un taller fallero. Es aquí donde Navarro da buena fe de valencianía, con referencias surrealistas a la fiesta de San José y a la Virgen de los Desamparados, cuya gigantesca efigie cobra de pronto vida y arrolla a los ciudadanos.
Un relato sui generis, difícil de etiquetar, que pone en solfa el afán manipulador de las religiones y sectas, incluida su vena mercantil en un hilarante capítulo dedicado al merchandising de los delfinistas. Contiene momentos brillantes de humor ácido que incitan a la sonrisa, incluso a la carcajada, pero en otros fragmentos la tensión languidece en parte debido a un lenguaje deliberadamente pomposo que emula el de los evangelios y textos religiosos, aunque la brevedad es una baza a su favor pues no llega a cansar.
Profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, especializado en los movimientos sindicalistas y anarquistas del siglo XX, Javier Navarro no fue el típico alumno traumatizado en un colegio de curas como el protagonista de La mala educación, pues estudió en centros laicos de un barrio obrero. Tampoco siente una fascinación especial por los Evangelios, aunque leyó los canónicos antes de escribir este libro y reconoce que encierran interesantes historias, pese a estar muy sobadas y su mensaje obsoleto. Durante el confinamiento, mientras se informaba sobre pestes pretéritas, se hizo una pregunta: ¿Por qué la iglesia, tan dada a celebrar invocaciones divinas ante las catástrofes, se mantiene en absoluto silencio? Y de esa perplejidad surgió este evangelio apócrifo, descreído y gamberro.
En resumen, La Pasión según Diodoro es una crítica divertida y mordaz al pensamiento religioso y a la necesidad que tiene el hombre de ser salvado de si mismo, aunque sea por un redentor de pacotilla y con mascarilla. Y al tiempo satiriza esa pulsión apocalíptica tan en boga, pues llevamos milenios anunciando un fin del mundo, que nunca llega, prediciendo el fin de una época que no acaba de terminar.
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Autor: Javier Navarro. Título: La pasión según Diodoro. Auge y caída del Gran Delfín. Editorial: Contrabando. Venta: Todos tus libros y Amazon.
Javier Navarro.
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