Deprecated: Methods with the same name as their class will not be constructors in a future version of PHP; GDLR_Import has a deprecated constructor in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/goodlayers-importer/goodlayers-importer.php on line 28
El año que vivimos peligrosamente - Zenda
Warning: is_dir(): open_basedir restriction in effect. File(/usr/share/nginx/html/wp-content/plugins/wpdiscuz/themes/default) is not within the allowed path(s): (/var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/:/tmp/) in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/wpdiscuz/forms/wpdFormAttr/Form.php on line 157

El año que vivimos peligrosamente

Año 1965. Yakarta. Indonesia. Se tambalea el régimen de Sukarno y con ello todo el tablero indochino, desde Vietnam a Tailandia, desde Malasia a Singapur, arde en conspiraciones, movimientos nacionalistas y comunistas con la amenaza de reactivas dictaduras militares al fondo. Los norteamericanos comienzan a implicarse en ese complejo tablero geopolítico que ha visto irse...

El año que vivimos peligrosamente (The Year Living Dangerously, 1982) se degusta visual y emocionalmente por la calidad romántica de sus escenarios exóticos, cuidadosamente estilizados por una cámara que lo registra todo, la fuerza de la imaginería documentalista de otras secuencias que te sumergen en los peligros de vivir las noticias fronterizamente, la envolvente música de Vangelis y las fascinantes y comprometidas actuaciones, sinceras, químicamente impregnadas de pasión y dolor, de Mel Gibson, Sigourney Weaver y Linda Hunt. Pero a ese paladar estrictamente cinematográfico, dominado con maestría por Peter Weir, se le añade el perfume fatalmente romántico de su parentesco con Casablanca, otra película en la que se alían inextricablemente el desgarro personal con el compromiso político, la deriva moral y existencialmente pesimista del Graham Greene de Nuestro hombre en La Habana y el rastro vividor, desafiante, de cualquier relato de Ernest Hemingway en el que entren en juego amor, traiciones, nuevamente compromiso y fatalidad.

Año 1965. Yakarta. Indonesia. Se tambalea el régimen de Sukarno y con ello todo el tablero indochino, desde Vietnam a Tailandia, desde Malasia a Singapur, arde en conspiraciones, movimientos nacionalistas y comunistas con la amenaza de reactivas dictaduras militares al fondo. Los norteamericanos comienzan a implicarse en ese complejo tablero geopolítico que ha visto irse a franceses, holandeses e ingleses. Es la hora de los valientes, de las ideologías redentoras, de la denuncia de las injusticias, de las madrugadas de inciertos mañanas.

"Hamilton nunca será ya el mismo tras esos días y noches de amistad, amor, peligro, confusión y muerte, porque también es una suerte de personaje conradiano, de esos abocados a traspasar tardíamente la línea de la sombra"

Guy Hamilton (Mel Gibson), un no muy baqueteado periodista australiano, aterriza en ese avispero indonesio. Billy Kwan (una prodigiosa Linda Hunt, que ganó el Oscar por ese personaje), un pequeño fotógrafo cuya cámara explora la vida, la miseria, mientras sus ideales de justicia y revolución quedan en su retaguardia, se convierte en el guía, físico y moral, de Hamilton. Kwan presenta a Hamilton a Jill Bryant (Sigourney Weawer), guapa, inteligente, independiente. La vida, el trabajo, la noticia, la pasión amorosa enredan ese triángulo forjado y entrelazado de amor, pasión, traición, compromiso, aventura y muerte. Nada queda al azar en ese tramo de vida y política, los pasos los dan las personas mucho más que las ideas. Hamilton descubrirá esos entresijos de la vida, una vida que quizás, el ingenuo, golpeado, idealista y comprometido Kwan, cree poder no dominar, pero al menos atrapar en ese instante en el que fotografía a alguien, a algo, un momento de vida que queda testimoniado, congelado, pero ya, ay, carente de vida. Hamilton nunca será ya el mismo tras esos días y noches de amistad, amor, peligro, confusión y muerte, porque también es una suerte de personaje conradiano, de esos abocados a traspasar tardíamente la línea de la sombra, de esos europeos atrapados en el crisol exigente del enigmático sudeste asiático, un pasajero de sus días y noches, como los seres humanos de Somerset Maugham, con un billete de regreso que se guarda no se sabe bien si como un talismán, un falso refugio, un pretexto para no comprometerse, disolverse en el universo de esos países que ignoran todo salvo de si mismos.

El magnífico, vibrante, doloroso tercio final de la película, que Peter Weir filma febrilmente, nos deja un poso de inquietud, de culpabilidad, como si ese avión que espera en una pista de aterrizaje no fuera solo una vía de escape, sino una razón para no olvidar esos días vividos peligrosamente. Nadie viaja para ser el mismo. Nadie viaja sin pagar peajes. Nadie, quizás, deba vivir sino peligrosamente.

***

El año que vivimos peligrosamente (The Year Living Dangerously, 1982). Producida por McElroy & McElroy para Metro-Goldwyn-Mayer. Dirigida por Peter Weir. Guión de Peter Weir, C. J. Koch y David Williamson, y no acreditado, Alan Sharp, basado en una novela de C.J. Koch. Fotografía de Russell Boyd, John Seale y Jim Townley. Música de Maurice Jarre, Gethin Creagh, Sven Libaek y un tema de L’Enfant, de Vangelis. Montaje de Peter Erskine. Vestuario de Terry Ryan y Anthony Jones. Dirección artística, de Herbert Pinter, Anni Browning y Ramón Nicdao. Interpretada por Mel Gibson, Sigourney Weawer, Linda Hunt, Bill Kerr, Bembol Roco, Michael Murphy, Mark Egerton. Duración: 117 minutos.

4.7/5 (51 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)

Eduardo Torres-Dulce

Eduardo Torres-Dulce Lifante (1950), licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, accedió por oposición a la carrera fiscal en 1975. Ha compaginado desde siempre la profesión jurídica con su dedicación a la escritura, la crítica y la enseñanza cinematográficas. Ha ejercido la crítica en publicaciones como Nueva Lente, Contracampo, La Clave y Telva. Formó parte del Comité de Redacción de la Revista Nickelodeon y, desde su fundación, es el crítico cinematográfico del periódico Expansión. Asimismo, colabora con el magazine Fuera de Serie. Durante varios años ha ejercido la enseñanza sobre materias cinematográficas en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) y en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra, el Colegio de Economistas de Madrid, Politeia y el Club Zayas. Ha participado con asiduidad los programas de televisión ¡Qué grande es el cine! (RTVE) y Cine en Blanco y Negro (Telemadrid). Desde hace muchos años forma parte del equipo del programa radiofónico Cowboys de Medianoche (esRadio). Es autor de los libros de cine Armas, mujeres y relojes suizos (Nickelodeon-Notorious), Jinetes en el cielo (Notorious), El salario del miedo (Notorious), Los amores difíciles (Notorious), y editor de Casablanca (Notorious), como también autor en diversos volúmenes colectivos.

Ver más publicaciones

Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas:

  • Toda alusión personal injuriosa será eliminada.
  • No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • Zenda no se hace responsable de las opiniones publicadas.
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios

suscríbete a nuestra newsletter

Recibe cada semana una selección de los mejores contenidos de la web, ¡No te lo pierdas!

[contact-form-7 id="6d737e1" title="Formulario de newsletter"]