El año de la peste negra

En su última novela histórica, Juan Francisco Ferrándiz nos traslada a aquel lejano año en que coincidió la irrupción de la peste negra con la Guerra de la Unión, primera revuelta de la insubordinación a la Corona en España. En este contexto sitúa a su protagonista, una valenciana descendiente de un largo linaje de mercaderes valencianos.

En este making of, Juan Francisco Ferrándiz cuenta el origen de La heredera del mar (Grijalbo).

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Me explico. La siguiente historia es contada por una beguina de Barcelona a la protagonista de la novela en abril de 1348, en plena oleada de peste negra en esa ciudad.

Cuentan los viejos marinos que existe en el Mediterráneo una isla misteriosa que no aparece en los mapas. Durante siglos las corrientes han arrastrado naufragios llenando su costa de tesoros. Los navegantes que pudieron hallarla regresaron trastornados y contaron que la habitaba una presencia amenazante, que les perseguía hasta que obligarles a huir de la isla dominados por el pánico.

Sólo un navegante regresó cargado de tesoros. También él percibió la presencia a su espalda y huyó, pero antes de abandonar la isla reunió el valor suficiente para detenerse y mirar atrás. No podía verla, pero la sentía. Al dar un paso hacia ella notó que retrocedía y se encogía, y lo mismo pasaba con su miedo. Así, paso a paso, logró alejarla y su miedo se desvaneció al final. De ese modo obtuvo las riquezas.

Esta historia hoy en día es una metáfora sobre el miedo y el valor, una reflexión psicológica si queremos, pero para una mente medieval podía tocar el alma atribulada y tenía una fuerza sanadora, pues los símbolos eran reales e influían de un modo que nuestro pensamiento racional ya no permite, para bien o para mal.

Esa es la mirada a la que invito al lector a descubrir.

Cuando en la primera página de la novela leemos una carta que describe lo que sucedía en la ciudad de Palermo a principios de 1348, los personajes no temen una epidemia, ya de por sí horrible, lo que conciben es la llegada de un jinete de la Muerte, un ser tangible y real, que empuña su guadaña por mandato de Dios. En el siglo XIV el mundo era un lugar lleno de magia, donde los reyes soñaban con transmutar plomo en oro y ciertos entes podían habitar el mascarón de proa de un barco. Esas mismas creencias les permitían sanar miedos y sobrellevar el destino gracias al poder de historias orales como la de la isla del miedo, que se contaban por los mayores cuando era necesario.

¿Alguien pensaba que la autoayuda o los coaches son un invento actual?

La heredera del mar es un relato de aventuras y búsqueda. Narra lo que les sucede a las hijas de un poderoso mercader valenciano durante ese año, cuando su mundo se derrumba la noche del Domingo de Ramos, en medio de una revuelta popular, y deben huir de la ira del rey Pedro IV de Aragón, el Ceremonioso. Es una novela histórica de ficción con hechos como la guerra de la Unión en Valencia y el Apocalipsis de la peste, pero con esa mirada medieval distinta y sugerente.

Y siempre con el Mediterráneo de fondo, como metáfora de la libertad.

Durante la documentación del libro también apareció una sorpresa escondida en protocolos notariales y crónicas de la época: la historia perdida de las mujeres medievales. Me refiero a burguesas, artesanas y beguinas que fueron parte activa del tejido social y económico de las ciudades. Todo eso me hizo pensar que 1348 pudo ser trascendental para el futuro de las mujeres y tuvo efectos que aún hoy se perciben. El lector juzgará.

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Autor: Juan Francisco Ferrándiz. Título: La heredera del mar. Editorial: Grijalbo. Venta: Todos tus libros.