Deprecated: Methods with the same name as their class will not be constructors in a future version of PHP; GDLR_Import has a deprecated constructor in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/goodlayers-importer/goodlayers-importer.php on line 28
El alto Espino donde está su tierra - David Bowman - Zenda
Warning: is_dir(): open_basedir restriction in effect. File(/usr/share/nginx/html/wp-content/plugins/wpdiscuz/themes/default) is not within the allowed path(s): (/var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/:/tmp/) in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/wpdiscuz/forms/wpdFormAttr/Form.php on line 157

El alto Espino donde está su tierra

El día que nació una, la otra ya llevaba esperándola cuarenta y siete años. Había fallecido el año del Titanic y también se ha convertido en leyenda. Sólo tenía diecisiete años y, de haber vivido, hubiera cumplido sesenta y cinco cuando nació su compañera, una profe que en vida subió mucho a visitarla. “¿No ves,...

Todos las noches, en El Espino, cuando se han ido los visitantes y se cierra la puerta, dos fantasmas echan la parrafada. Son dos mujeres que no coincidieron en vida ni tienen mucho que ver tampoco entre ellas, salvo que compartieron la misma ciudad. Porque a lo largo de cien años, El Santana, El Castillo, El Mirón, San Polo, San Saturio y el mismo Espino han permanecido inalterables. “Todo pasa y todo queda”.

El día que nació una, la otra ya llevaba esperándola cuarenta y siete años. Había fallecido el año del Titanic y también se ha convertido en leyenda. Sólo tenía diecisiete años y, de haber vivido, hubiera cumplido sesenta y cinco cuando nació su compañera, una profe que en vida subió mucho a visitarla. “¿No ves, Leonor, los álamos del río? Dame la mano y paseemos”.

"Ian Gibson asegura que los sorianos poseen claves para leer a Machado que están vedadas al resto de los mortales"

En su monumental biografía de Antonio Machado, Ian Gibson asegura que los sorianos poseen claves para leer a Machado que están vedadas al resto de los mortales. “Contigo en Valonsadero, fiesta de San Juan…”. ¿Quién, sino un soriano, puede comprender la literalidad de tantos versos como éste? Ellos no creen disfrutar de ningún don. Ni siquiera creen que aquel profesor de francés fuera tan genial como dicen. Para ellos es normal soñar durante el invierno con el pasto cubierto de flores, con los toros de Cañada Honda y con echar un baile en la pradera al acercarse el 23 de junio. “Primavera soriana, primavera humilde…”.

Cuando escribió su libro, Gibson necesitaba comprender las numerosas referencias al día a día del “alto llano numantino” esparcidas por la obra del poeta sevillano y que, sorprendentemente, siguen vigentes. “Mole del Santana, ancha y maciza”. O “placeta del Mirón, desierta plaza”. O el “alto Espino” que da título a este texto y que tampoco necesita explicación, al menos para ningún soriano. Gibson no oculta que los envidia por eso. En Soria, hasta los niños de teta saben que “no todas vais al mar, aguas del Duero”.

"Una quimera que no se ubica en la geografía, sino en un corazón roto por el dolor"

Y también que la Soria en la que “parece que las rocas sueñan”, que tantos lectores han buscado “mirando la tarde roja entre Moncayo y Urbión”, sólo es una quimera, como Neverland, la Tierra Media o la Región benetina. Una quimera que no se ubica en la geografía, sino en un corazón roto por el dolor que, al cabo de cien años, los sorianos han hecho finalmente suyo. “Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor, cerca del Duero…” Como los suyos, por otra parte. Exactamente igual que los suyos.

Hay que ser especial para encontrarle el punto a la Soria del “campo empedernido” y un genio para convertir en literatura esa “hermosa tierra de España” maltratada por el clima. Un “trozo de planeta” en el que menudean nombres como Renieblas, páramos de Barahona, Yelo o sierra de Pela. Y donde el año se divide en “diez meses de invierno y dos de infierno”. El “trozo de planeta” que sirvió a David Lean para recrear la estepa rusa. El mismo que compartieron Leonor y su amiga, pese a no haber coincidido nunca sobre él.

Cuando subas al Espino, salúdalas. La amiga vive a sólo unos metros, ante la pared oriental; por las tardes le da un sol que en invierno no calienta, pero que ilumina. Su sepultura es la número diez y si hasta hace poco la presidía un enebro, aún queda el tocón. No tiene pérdida. Entre otros nombres, pone “Robín”.

Con los primeros lirios

y las primeras rosas de las huertas,

en una tarde azul, sube al Espino,

al alto Espino donde está su tierra…

4.6/5 (15 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)

David Bowman

Autor de una novela, Juana La Maliciosa, y de otra en fase de preparación que, Dios mediante, se titulará Libre, David Bowman es, sobre todo, un personaje de las novelas que él mismo escribe. Nacido en Edimburgo hace ya una porción de años, aunque ni él mismo sabe cuántos, ejerce de profesor en la Cahill University. El astronauta de su mismo nombre, desparecido en el espacio en 2001, era primo suyo.

Ver más publicaciones

Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas:

  • Toda alusión personal injuriosa será eliminada.
  • No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • Zenda no se hace responsable de las opiniones publicadas.
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios

suscríbete a nuestra newsletter

Recibe cada semana una selección de los mejores contenidos de la web, ¡No te lo pierdas!

[contact-form-7 id="6d737e1" title="Formulario de newsletter"]