Foto de portada: Asís G. Ayerbe.
El 1 de octubre de 2013, el Gobierno de los Estados Unidos cerró Silk Road, también conocido como «el Amazon de las drogas», una escandalosa página de la Dark Web en la que se podían adquirir drogas y fármacos desde cualquier parte del planeta. Su creador, el veinteañero Ross Ulbricht, así como todos los que participaron en la plataforma, ya fuera como administradores o moderando foros, acabaron en la cárcel. Todos menos uno: un médico español llamado DoctorX.
En este making of, José Ángel Mañas, autor junto a Jordi Ledesma de Doctor X (La esfera de los libros), nos cuenta cuál fue le germen de este thriller que hoy llega a las librerías.
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La primera persona en hablarme de DoctorX fue Trisha Telep, la agente canadiense que me presentó Iñaki Domínguez.
Pocos días más tarde visité a Fernando Caudevilla (nombre real de DoctorX) en su consulta madrileña de la calle Alameda, ahí junto al paseo del Prado. Me llamó la atención, de entrada, su aspecto: iba con pantalones ceñidos, botas de montaña y jersey molón, una estética poco habitual en un médico. El encuentro fue tenso, porque yo venía de la parte de Trisha, y él no guardaba buen recuerdo de ella.
Hay que decir que a Fernando ya le habían entrado en un par de ocasiones en su despacho (la segunda, le robaron la caja fuerte) y andaba, como es natural, un tanto paranoico. Además, la vez que Trisha se presentó en su consulta lo hizo como periodista. Cuando DoctorX empezó a escamarse, admitió ser una agente literaria. Le contó que había estado leyendo sus artículos en la Web y que consideraba que podría escribir la novela directamente él en inglés, algo que a Fernando le sonó todavía más estrafalario. Y unos meses después hete aquí que la misma insistente canadiense a la que tenía bloqueada en Instagram y Facebook le enviaba un novelista de su misma ciudad para escribir sobre su historia, y que a su vez yo no sabía si se podía escribir un libro así… El proyecto no arrancaba en las mejores circunstancias.
A mí me parecía muy complejo y abstracto todo este asunto de la Red Profunda, los criptomercados, cypherpunks, bitcoins, hackers, etc. Todo se reducía a gente sentada delante del ordenador, y a miles de kilómetros el uno del otro. Como novelista, estimaba que faltaba acción en el sentido más clásico. No estábamos hablando de una guerra de gánsteres ni de la invasión de un país, ni siquiera de deportistas que se enfrentan en un terreno de juego.
Pero también había algo muy de novela negra que me atraía. Como ya había publicado con Jordi Ledesma En el descuento (Alrevés, 2022), recuerdo que se lo comenté y, cuando le hablé del proyecto, se mostró entusiasmado con el personaje y el universo. Le moló tanto que decidí que podría ser una nueva obra para nuestro tándem, y le metí en la aventura.
Lógicamente, Fernando lo flipó cuando le anuncié que ahora éramos dos quienes íbamos a escribir sobre su vida. Y el trío se convirtió rápidamente en cuarteto, visto que una parte importante de la historia involucraba a Didier, pareja afectiva de DoctorX en la realidad. Por fortuna, entre la pareja de escritores y la de protagonistas se generó una fructífera simbiosis que pronto se extendió a una nueva pareja artística: la que formaban Blake Harris y Jonah Tulis, guionista y director respectivos de un documental sobre la Silk Road en el que participaba DoctorX y que se grabó paralelamente a nuestro proceso de escritura. Que se entrecruzasen tres parejas creativas en torno a la misma historia resultó realmente inusual: aquello empezaba a parecer el camarote de los hermanos Marx.
La aparición de Jordi fue clave para darle el aire de novela negra que necesitaba la trama. Él siempre ha sido muy sensible a ese tipo de atmósferas y supo encontrarla y sacar el texto del mero documento sociológico. Yo ya había publicado Una vida de bar en bar e Historia de una campeona, y tenía tendencia a enfocarlo por ahí. De haberla firmado solo, esta habría sido una novela costumbrista: interesante, sólida, pero menos sugerente que el texto final, totalmente noir, de cuyo encanto genérico es responsable en buena medida Jordi.
Sorprendentemente, con un texto tan complejo, las fricciones han sido mínimas. La primera versión que le hicimos llegar a Fernando le hizo dar un bote hasta el techo y llevarse las manos a la cabeza. “¡Pero si esto no sucedió así!”. Claro: él estuvo, nosotros no. Y ahí está su imprescindible participación. No solo leía y corregía nuestras sucesivas versiones, sino que añadía sus sugerencias en pertinentes comentarios que a menudo acababan integrados, casi enteros, en el texto.
Por eso, a Fernando hay que considerarlo a todos los efectos un tercer autor. La calidad alcanzada en el texto habría sido imposible sin él. Además, enseguida entendió el juego con la ficción y la necesidad de conseguir efectos novelescos. Diría incluso que le gustó tanto que llegó un momento en el que hubimos de atarlo en corto a la hora de manejar su avatar literario: uno puede forzar un poco la realidad, pero solo lo justo. En fin, quiero creer que él ha disfrutado tanto como nosotros.
Y deleite y entusiasmo es lo que se nota en esta novela. Nuestro afán ha sido recrear una veintena de momentos escogidos de la vida de DoctorX y vertebrar en torno a ellos el credo antiprohibicionista que compartimos los tres. Eso lo tuvimos claro desde el principio: esta es una novela de partisanos, de convencidos de que uno de los dos grandes discursos enfrentados es el bueno; aunque también hemos querido dar cabida y dignidad al discurso prohibicionista que enarbola, en la novela, la jueza Katherine Forrest. La bronca que nos enfrenta en la ficción a Fernando tiene su arraigo en discusiones reales sobre cómo integrar el discurso que considerábamos, los tres, enemigo. Jordi fue el más radical a la hora de defender que debía tener tanto peso como el nuestro.
En definitiva, han sido meses intensos y creativos debatiendo una multitud de aspectos de la novela que finalmente han desembocado en un texto de muchas capas, muy rico y cargado de sentido.
Hemos trabajado duro para que el lector salga de la novela habiendo entendido la enorme complejidad de la guerra intelectual que prohibicionistas y antiprohibicionistas están librando en el mundo y que seguirá librándose durante las próximas décadas, porque, mal que nos pese, no está nada claro que el antiprohibicionismo sea, finalmente, lo que triunfe. Y es que las guerras no las gana quien tiene más razón sino quien tiene más fuerza, y por el momento la fuerza está claro de qué lado está.
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Autor: Mañas & Ledesma. Título: Doctor X. Editorial: La esfera de los libros. Venta: Amazon.
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