Ya solo quedan 10 poemas. Estos son los finalistas que compiten por los premios del concurso de poemas #poemasdeotoño, patrocinado por Iberdrola y dotado con 2.000 euros en premios. El fallo del jurado, que está formado por Ana Merino, Antonio Lucas, Juan Gómez-Jurado, Espido Freire, Raquel Lanseros y Miguel Munárriz, será anunciado el viernes 1 de diciembre. El primer premio está dotado con 1.000 € en metálico. El premio para los dos ganadores del segundo es de 500 € en efectivo.
1
Iria Fariñas
búsqueda del tesoro entre las hojas
el equinoccio esquina
del horizonte o del tacto
¿dónde el nombre nuevo?
donde el nudo se deshace
de la culpa letanía
que escribe sea
lo que sea el futuro
ahora las luces inundan
el mar la apertura
y entonces la fábula
¿salva vidas o ceniza?
mientras frecuentemos esta lengua
apenas alcanzarán las señales
para escribir quizá
sobre un cambio
un cambio sin orden de palabras
y entonces la textura
de esta esquina equinoccio nudo fábula
¿nos enseñará algo?
2
Sebastián Martínez Vanegas
desplazado
donde nací
este cambio no existe
allá se nos cae el techo por costumbre
no por temporadas
quiero decir que el calor persiste
como un ojo vigilante
el calor nos encarcela en el sudor
me fui de casa y ahora acá el mundo se descorre
cosas
caen
se oxidan se desplazan
quiero decir que mis ojos
persisten
ante lo que tengo al frente—quiero decir ante lo que tenía
al frente
pero el viento jala tanto
que el cuerpo ya no alcanza
3
Andrea Cernuda Pulido
El ángulo
Es la forma de la luz, no otra cosa.
El mismo ángulo sobre un vértice
que camina
como corrían entonces
unas piernas diminutas
envueltas en hojas de terciopelo
por la huerta de atrás.
Es una tregua cálida en la cara que le indica
a uno a dónde pertenece.
Aquí,
donde duermen los acebos todavía,
era la forma de la luz y no otra cosa
aquello que se imprimía en la piel,
que colonizaba una carne en desarrollo y
que vuelve ahora
a latir con fuerza,
que vuelve hoy
que regresamos a este monte envejecido.
4
Aura Tampoa Lizardo
Libre de gracia
lamentas haber perdido el filo
aterrizar
libre de gracia
golpeando las entrañas de la tarde
lamentas haberlo olvidado
haber sellado la piel
lamentas el paso atrás previo al primer beso
haber apretado los labios
lamentas la sed
haber soltado el lápiz
lamentas haber perdido tus libros
la abrasión del moho
lamentas ser la señora que siempre despreciaste
la señora que viste de ocre y se niega a caer cuando el tallo
le da la espalda.
5
María Andrea González
Se cierran las venas de las hojas
en el suelo
el sol de la siesta
entibia los pies pausados
hay una intemperie de fugas
pienso en el relevo de colores
en la piel
que se nos muda
ocre amarilla
hace un par de vientos que ando mansa
cuando empiece a desteñirme
poneme algún color rabioso
un poema que me salve
del deshoje
tan lindo
lo que me dijiste el otro día
y tan terco
vamos a cruzar a nado
la hojarasca del otoño
tengo que amarte más rápido
y más veces
las horas de luz
se me acortan
entre uno y dos minutos
por día
6
Antonio Rascón
PostMortem
El oro de los cisnes rebuzna en un tablero.
El aire de sus alas compagina el hojaldré de piedras y musgo.
El arco fue la Lira.
La flecha una nota.
La manzana levita en el cielo.
——————————————
Un gusano muerde el arcoíris.
¿Dónde es el recuerdo del oro y su fuego?
Una rosa sin memoria, sin carne.
Un fantasma en la noche de un banquete.
7
Graciela Sandra Estévez Rivero
En profundo
en profundo el bosque
cúrcuma mariposa la tarde
caen soles/ haz y envés
ingrávidos vestidos breves
imposible detener las voces del nogal
la voracidad de las uvas
me ofrendo en hojarasca
crecen violines entre ramas
trigo trémulo el viento
tergiversa la turgencia
ya no el estío
la luz de las naranjas en los ojos
la boca en gasa malva
me voy en mieles
crepita púrpura la tierra
aún no la escarcha
aún no la escarcha
8
María Isabel Montero Muñoz
Oquedad del tiempo
Una procesión de orugas se comió
la copa verde del verano.
Se apagaron finalmente las arenas
dispersando sus cenizas violentas
por las hornacinas de los acantilados.
Menguó la luz y el cíclope de la soledad
puso su ojo atento en lo profundo de tu corazón.
Ni la muerte de la mariposa
ni el desamparo amarillo de las hojas
tenían el estruendo de una catarata.
Solo eran emblema, oquedad del tiempo
resina posterior.
Y el gavilán espiaba desde su cielo implacable
a las palomas.
9
Adelina Rincón Mateos
Hay que mojarse
equilibrio de luces
después de un ansiolítico
la Tierra continúa su órbita
sordo/ábrego
hay un este y una mujer en el horizonte
una deuda que he guardado
calabaza santos canela
ciego pincel que se estremece.
la serpiente se desliza por la pirámide.
cambio las briznas de música
por granadas que se abren
no sufre el viento
ni la cabaña húmeda
vino caliente
luna cosecha
cubierta con chocolate
hay que mojarse
hay que mojarse en otoño
10
Juan García Ortega
Blanca añoranza
blanquecinos de blanca añoranza de encina blanca
gimen mis pies lloran suplican
que los saque de la celda del zapato del calcetín
del calzado
heroicos pies que fueron en época estival
ya no
broncíneos pies que fueron como héroes homéricos
ya no
no quiero ver yo blancos de blanca añoranza
a mis pies homéricos
mis pies plantan bellotas estivales de encina blanca
si les dejo
ya no
yugo negro de zapato
empleo y sueldo a cambio de blanca añoranza
trae el octubre bajo el brazo
cara afeitada uñas limpias empleo y sueldo
no más sol homérico
ya no
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