Barbitúricos Ciudadanos
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Diario Barbitúrico, semana cinco: Sant Jordi y la fiebre
Karina Sainz Borgo
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Diario barbitúrico, semana 4: historias de mar
Karina Sainz Borgo
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Diario barbitúrico, semana tres: es el lector quien escribe
Karina Sainz Borgo
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Leer es comprender
Karina Sainz Borgo
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Diario Barbitúrico, semana dos: en El Miedo, de noche se corren las cercas
Karina Sainz Borgo
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Diario barbitúrico, semana uno: lleva razón el pianista
Karina Sainz Borgo
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La farmacopea de Houellebecq
Karina Sainz Borgo
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Los periódicos de Arkadievich y el tabaco de Freud
Karina Sainz Borgo
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El verano es democrático
Karina Sainz Borgo
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Libros en verano… o la lectura como farmacopea
Karina Sainz Borgo
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Pulir botones
Karina Sainz Borgo
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Todo entrará, sin remedio, en las aguas de la novela
Karina Sainz Borgo
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La Transición, los libreros y la habitación donde Martín Romaña escribió su vida exagerada
Karina Sainz Borgo
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Mi feminismo es esta lluvia…
Karina Sainz Borgo
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La hermana Helen y el largo pasillo hacia la muerte
Karina Sainz Borgo
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El Chaves Nogales de Carlos Alsina
Karina Sainz Borgo
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Sobre Dickens y la Navidad, la época más bovarysta del año
Karina Sainz Borgo
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Sobre los premios no concedidos
Karina Sainz Borgo
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Su nombre, Ramón. Su apellido, combate
Karina Sainz Borgo
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Sobre Jorge Bustos y la hija de los Clutter
Karina Sainz Borgo
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Sobre Jacqueline du Pré, los incendios y las tormentas de verano
Karina Sainz Borgo
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La verdad sobre el caso Dicker
Karina Sainz Borgo
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