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Carmiña, de Carmen Martín Gaite y Julián Oslé - Zenda
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Carmiña, de Carmen Martín Gaite y Julián Oslé

La editorial Tres Hermanas rinde un homenaje a Carmen Martín Gaite a través de la correspondencia que mantuvo con el historiador Julián Oslé, sin duda uno de sus interlocutores más preciados. Además de las cartas, el libro contiene otro tipo de material inédito, principalmente en forma de fotos, collages, dibujos y postales. En Zenda reproducimos...

La editorial Tres Hermanas rinde un homenaje a Carmen Martín Gaite a través de la correspondencia que mantuvo con el historiador Julián Oslé, sin duda uno de sus interlocutores más preciados. Además de las cartas, el libro contiene otro tipo de material inédito, principalmente en forma de fotos, collages, dibujos y postales.

En Zenda reproducimos el Prólogo que Sonia Fides ha escrito para Carmiña: Correspondencia entre Carmen Martín Gaite y Julián Oslé (Tres Hermanas).

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PRÓLOGO

Carmiña siempre fue una interlocutora cercana para aquellos que la admiraron. Nada más y nada menos que aquella vecina de Doctor Esquerdo que creó el más hermoso ojo de cerradura por el que mirar hacía la literatura de este país. Carmen se entregó a lo cotidiano olvidando incluso la excelencia para la que había sido señalada desde muy joven. Yo no la conocí porque mi recalcitrante timidez me alejó una y otra vez de su presencia física, pero si intercambié con ella numerosas misivas y alguna que otra llamada telefónica. Entonces no hablamos de literatura, pero sin duda ella, su voz y su universo literario fueron el espejo por el que yo años más tarde me atrevería a cruzar en busca de mi vida como escritora.

No sé por qué aquella mañana de abril de 1997 me decidí a escribirle aquella carta. Yo tenía algo más de veinticinco años y le escribí sin esperar respuesta, imaginándola lejos, lejísimos de una muchacha de barrio como yo. Sin embargo, a los pocos días, llegó el cartero con aquel tesoro, con aquel libro en el que con su primorosa caligrafía se sentó junto a mí hasta abrirme la puerta de su vida y de su amistad. Yo le contaba en aquella carta, demasiado larga, que había devorado todos sus libros desde que en 1992 había caído en mis manos como regalo de cumpleaños de mi prima Minerva, su novela Nubosidad variable. No sé por qué Minerva escogió ese libro, pero al hacerlo me cambió la vida e hizo posible que en aquellos primeros años de la veintena yo tuviese la mejor de las escuderas, Carmen Martín Gaite.

Hoy leyendo Carmiña, en la soledad de una habitación que se ha convertido de manera inesperada en el cuarto de la fiebre, me doy cuenta de lo importante que fue Carmen, Carmiña, Calila, para tantas personas. Y me conmueve llegar más allá de lo que el destino me ofreció de ella en este libro escrito por su amigo Juan Oslé. Un libro vitalista, colorido, fresco como un collage que Carmen hubiese construido desde la eternidad.

Carmiña es un libro íntimo, pero que no rasga jamás el velo de la intimidad que cubre la amistad que ambos escritores compartieron. Nos habla de una Carmen muy herida que jamás renunció a su reconstrucción, porque era consciente de que a diario debía desdoblarse para lograr la reconstrucción de todos aquellos que la queríamos y admirábamos con una devoción de la que ella nunca presumió.

Quién se decida a leerlo encontrará material inédito y un buen puñado de esas hermosísimas cartas que Carmen regalaba a sus amigos y a sus seguidores.

 

Carmen era una experta en restañar vidas, en alimentar el porvenir de quien se acercaba a ella. En hacer enorme lo mínimo. Era una mujer agradecida y generosa a pesar de que la vida la había golpeado con saña. Carmen olvidaba viendo vivir a otros y sobre todo animándolos a hacerlo.

Julián Oslé fue tocado por la varita mágica de esa hada madrina de pelo blanco que fue Carmen y ese beneficioso golpe queda reflejado en las páginas que forman este libro, colorista y sencillo en el que el gestor cultural rinde homenaje a la malograda amiga.

Carmiña es un libro lleno de magia y de verdad, un libro sin pretensiones literarias, pero con altísimas pretensiones emocionales que yo he disfrutado muchísimo leyendo. Oslé acarició con mimo las violentas y para siempre abiertas heridas de Carmiña y las cuido con un esmero que ha logrado trascender casi veinticinco años después de su muerte. Porque Martín Gaite sigue viva, sigue guiando a las nuevas generaciones de escritoras y sigue nutriendo las horas bajas de las que ya llevamos muchos años en esta sublime pelea que es salir en busca del personaje que nos haga hablar a través de él y le sea de utilidad a quien lo reciba, como lo fueron todos los que Carmen creó a lo largo de su valiosa carrera literaria.

Carmen tuvo muchos interlocutores, pero jamás serán suficientes para dar alcance a la magnitud de su palabra y de su humanidad.

Por fortuna el eco de su presencia es eterno y los días se ven salpicados de homenajes, aunque aún quede lejos la conmemoración del vigésimo quinto aniversario de su muerte. Ahora en el Centro dramático nacional, gracias a La Tristura, maravilloso grupo de teatro creado por Itsaso Arana, Violeta Gil y Celso Giménez podemos ver, Así hablábamos, un texto creado a partir del Universo de Carmen. Y en unos días, llegará a las librerías esta sentida semblanza que Tres hermanas ha querido incluir en su catálogo para deleite y aprendizaje de aquellos que tanto la quisimos y tanto la necesitamos todavía.

Carmen era la dueña absoluta de las causalidades, se entregaba a ellas sin mirar atrás, sin pensar en que a veces estas pueden estar en manos de los perversos duendes del bosque de las dudas (ella escribió esta frase en aquella primera misiva que llegó a mi casa: “aunque no soy un hada, y de estar en algún bosque, vivo en el de las dudas más espesas”) y convertirse en un arma capaz de ahondar sin piedad en nuestras heridas. Y este libro lo demuestra página a página, confesión a confesión, carta a carta, fotografía a fotografía.

Acercaos a este libro como se acerca un niño a la boca el primer helado del verano, dispuestos a ser atravesados por la efervescente personalidad de Carmen Martín Gaite, una mujer que hizo de sus heridas una casa de invitados en la que solo podía aspirarse a la alegría más conmovedora.

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Autor: Carmen Martín Gaite y Julián Oslé. Título: Carmiña: Correspondencia entre Carmen Martín Gaite y Julián Oslé. Editorial: Tres Hermanas. Venta: Todos tus libros.

Foto: Archivo personal de Julián Oslé.

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Evelio
Evelio
1 año hace

No es un «hospital», sino un centro de especialidades (vulgarmente conocido como «ambulatorio»). Tampoco son «Hermanitas de la Caridad», sino Hermanitas de los pobres. Son dos congregaciones distintas, y las de la Caridad son Hijas. Además, es bien sencillo: lo pone en la puerta. Espero se me disculpen estas correcciones. Soy vecino del barrio desde 1954. Conocí a Carmiña, a Marta y a Rafael desde 1964, año en que visité su casa por primera vez, y estuve a punto de adquirirla cuando Ana María la puso en venta.

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