Cultura Commodore ha celebrado uno de sus “Desayunos” dedicado a los retos del periodismo y en el que han participado Jesús Ruiz Mantilla (El País), Carmelo Encinas (20 Minutos) y Rafa Ruiz (El Asombrario), quienes han coincidido en que los principales retos del periodismo son la calidad y la independencia, debido a un entorno digital en constante cambio.
Los tres intercambiaron impresiones sobre las principales dificultades que atraviesa la profesión: la polarización, la precariedad, el déficit de recursos, la competencia de las redes sociales y los influencers como fuentes de información no profesionales, y la proliferación de bulos, manipulación y desinformación. Los tres periodistas, que acumulan una larga experiencia de décadas en la profesión en medios líderes, creen que el periodismo debe hacer un esfuerzo para volver a ser referencia social en un momento crítico como el que vivimos, con el incremento de los populismos, en el que la educación tendrá un papel sustancial. Además han coincidido en que la radio es el medio que tiene más posibilidades de sobrevivir frente a una crisis.
Según Jesús Ruiz Mantilla, que lleva 30 años en la profesión y acaba de publicar Papel (Galaxia Gutenberg), el periodismo ha cometido demasiados errores que le ha hecho perder la fuerza de la referencia. “Ahora todo es tan complejo y artificioso que doy marcha atrás y voy a lo básico, a hacerme preguntas que cada vez me cuesta reponder más: a la ética —qué y quién— y a la estética —el cómo—”. Para Carmelo Encinas, con cuatro décadas de oficio a sus espaldas, la honestidad en el periodismo es fundamental y se enfrenta al hecho de que los periodistas ya no son el único referente porque “cualquier bufón se puede plantar por arte de birli birloque en un millón de seguidores y tiene más influencia que cualquier periodista, que por formación tiene un compromiso con la verdad”, ha comentado en relación a algunos “influencers”. Al respecto, Encinas ha añadido que “el periodismo tiene que cavar una fosa, levantar un muro para separar al profesional de la información de los influencers, que no tienen un compromiso con la verdad y pueden decir lo que quieran”, y que “gracias a las redes sociales los populismos más abyectos han prosperado”.
Con respecto a los estándares de calidad, Encinas ha asegurado que tiene “la sensación de que la defensa de la calidad de la información la estamos llevando a cabo solo los veteranos: el periodismo auténtico tiene el sagrado deber de la observancia sobre lo que está pasando, de control y de denuncia, y no me canso de decir a las nuevas generaciones que defiendan esto, porque la libertad depende de ello”, ha insistido.
Rafa Ruiz, que está también de estreno literario con Sol Nulo (MadLibro), ha destacado que el primer valor de un periodista es su credibilidad, mientras que un “influencer” solo busca seguidores: “mi lema es informar, formar y entretener”, aunque para otros sea el de influir. Sin embargo, cree que hay que reivindicar la utopía y confía en que las nuevas generaciones sientan rechazo por la mala praxis, “gracias a un efecto boomerang y a la labor de la educación”. Por otro lado, también ha comentado que la precariedad de los medios grandes les ha hecho depender de los capitalistas y de los políticos, opinión que ha compartido Ruiz Mantilla, quien ha expresado sus dudas acerca de la “dependencia brutal de las grandes cabeceras, que en el futuro serán Facebook o ya Meta Platforms, porque las redes sociales serán las referencias” y ha puesto como ejemplo la serie The Good Fight, que se sirve de las redes sociales como fuente de documentación, mientras que hace diez años hubiesen sido The New York Times, The Chicago Tribune o The Washington Post.
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