Quién es Brandon Sanderson, se preguntarán muchos lectores —grandes lectores— de literatura, y yo mismo me lo he repetido. Sanderson es el escritor más prolífico en la actualidad y quizás el autor de fantasía vivo más importante. Son famosas sus sagas Nacidos de la Bruma, formada por seis gruesos títulos hasta el momento, y El Archivo de las tormentas, también sin concluir, con volúmenes que pasan de las mil apretadas páginas. Los datos alrededor de su figura son siempre provisionales y se habrán quedado obsoletos al acabar de leer esta crónica: ha publicado 30 títulos; ha sido traducido a 27 lenguas, y ha vendido 23 millones de libros. En España, según su editorial, Nova, crecen sus lectores a un ritmo del 30 por ciento anual.
Confieso que me he visto desbordado ante la inconmensurable producción del autor estadounidense. ¿Por dónde empezar?. Mi hijo, un abogado aficionado a la literatura de este género, es uno de los grandes fans de Sanderson y fue quien hizo que me interesara (un poco) por este autor. Y como mi desconocimiento es total, me sugiere que la mejor novela para introducirse en su producción es El imperio final, el primer libro de Nacidos de la Bruma. A pesar de ser el inicio de una saga, tiene un final cerrado, y permite apreciar su habilidad en la creación de mundos y sus originales sistemas de magia. Este título en España ha alcanzado los cien mil ejemplares.
Aprovechando su experiencia y mis dudas en fantasy, le pregunto a mi hijo si le gustan más las novelas de Sanderson o la famosa saga Juego de Tronos; y él se decanta por Sanderson, creador de un mundo mucho más elaborado y preciso que el de George R. R. Martin y con historias mejor entrelazadas. También quiero compararlo con Robert Jordan, autor de la famosa saga La rueda del tiempo (20 volúmenes en España), pero mi hijo sigue prefiriendo —más fluido y ameno— a Sanderson, el único que no cesa de publicar año a año. Curiosamente su fama internacional empezó cuando la viuda de Jordan lo eligió para que finalizara La rueda del tiempo, lo que el joven Sanderson hizo con gusto —era un confeso fan— y generosidad, ya que se extendió durante tres volúmenes.
Esta larga introducción nos sirve —a los no lectores de fantasía adulta— para situarnos en la figura de Brandon Sanderson, un autor de 46 años que es feliz escribiendo y que únicamente se dedica a escribir y a estar en estrecho contacto con sus lectores. Incluso viajó a Madrid hace tres años y mantuvo una charla, en la Fundación Telefónica, con —entre otros— el chef Alberto Chicote, otro de sus confesos fans. España es uno de los países donde mejor lo cuidan, y aquí sus novelas son publicadas con apenas unos días de diferencia de la versión original. Ello le ha granjeado una larga legión de fieles, como se recoge en cosmere.es, una web que más que una introducción al autor es una página de información exhaustiva de todo lo que se mueve alrededor de Brandon Sanderson. En español existen también varios canales de YouTube dedicados exclusivamente a sus libros, como “El club de las tormentas” o “Puente cuatro”, además de que las noticias sobre sus novedades son habituales en blogs especializados en fantasía como “El caballero del árbol sonriente” o el mismo “Fantasiacifi blog”.
Pero Brandon Sanderson es también un escritor —y al fin llegamos al título de la crónica— que se dedica a dar clases de escritura en la Universidad de Brigham Young. La historia es como sigue: entre 1994 y el año 2000, el joven Brandon era alumno de esta universidad; le gustaba escribir, pero no pudo matricularse hasta el último año en un taller literario que impartía David Wolverton, un autor que firmaba sus novelas de fantasía con el seudónimo de David Farland, como en su saga Los señores de las runas. El joven Sanderson se mostró muy entusiasta al saber que esas clases las daba un autor profesional, de los que se ganaban la vida con sus libros, que era a lo que él aspiraba, y confiesa que aquella experiencia fue lo mejor de su época universitaria. Le gustó tanto que cuatro años después —estaba a punto de publicar su primer libro, Elantris— aceptó sustituir a su maestro, y todos los años, desde entonces, imparte esas clases que son las que se recogen en Curso de escritura creativa.
El libro está destinado a aquellos que quieran orientar su escritura hacia la fantasía, y aquí tendrán una muy útil guía, pero también puede interesar a cualquier otro escritor, ya que te enseña a construir historias. Los aficionados a la fantasía, a la ciencia ficción y al propio autor sacarán más provecho, porque hay constantes referencias a las obras de Sanderson y a los creadores —todos anglosajones— de este género.
Si hay alguien que no haya visto Star Wars se sentirá un poco perdido en estas páginas, ya que la referencia —y admiración— a esas películas de George Lucas es constante. Otro de los autores más citados es Tolkien y sus libros de El Hobbit y El Señor de los Anillos, aunque confiesa que hoy sería muy difícil encontrar un autor que pueda dedicar 20 años a construir minuciosamente un mundo propio, como hizo el veterano profesor de Oxford. A pesar de tener menos paciencia que Tolkien, y más pluralidad de títulos, a Sanderson también le gusta ser minucioso, como lo demuestra la elaboración de su complejo Cosmere, con mapas incluidos. Otras referencias en sus clases son la serie de Harry Potter y los libros de sus autores más admirados, destacando a Terry Pratchett, su favorito.
En este curso de escritura —no vamos a extendernos en destriparlo— se habla de lo que se necesita para construir una historia que funcione: cómo se desarrolla una trama, cómo crear un mundo, cómo elaborar un personaje, el punto de vista, las leyes de la magia, la caracterización, el humor, los posibles finales… E incluso, qué hacer cuándo se ha escrito un libro, cómo llegar a un editor o autopublicarse, un asunto que —generalizando— trataremos en otra crónica. Cada capítulo del libro se complementa con preguntas —reales— de sus alumnos, que ilustra con sus amplias respuestas a problemas concretos a los que se enfrenta un escritor novel.
Terminaremos con dos asuntos afines a todo autor, independientemente del tipo de historia que emprenda. Se nos dice, y lo sabemos, que las historias se componen de tres ingredientes: la trama, los personajes y la ambientación, y lo que les une es el conflicto. Para Sanderson, la ambientación es la menos importante. El segundo tema sería preguntarse: ¿Qué tipo de escritor eres? ¿De brújula o de mapa? En la literatura hispana actual Javier Marías sería un buen ejemplo del primer tipo, y Mario Vargas Llosa del segundo; aunque lo normal es que un escritor tome un camino medianamente intermedio. Sanderson formula la pregunta, refiriéndose a los autores de fantasía, y aquí toma la denominación de George R. R. Martín para dividir en dos bandos a los escritores: los jardineros (autores de descubrimiento), cuyos máximos representantes sería el propio Martin o Stephen King, y los arquitectos (con esos planos bien perfilados bajo el brazo), en donde habría que colocar a Brandon Sanderson.
En este curso de escritura, en fin, abundan los pequeños detalles («no es aconsejable que las emociones de un personaje estén a su nivel máximo todo el tiempo») y los consejos útiles. Acabaremos con una frase que suele repetir a sus alumnos al principio: «Uno de los objetivos de este curso es que, a la hora de escribir, os consideréis más chefs que cocineros…»
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