George Gordon Byron nació en Londres en 1788, pero ha pasado a la historia de la literatura como Lord Byron. Descendía de una estirpe de aristócratas marineros, aunque de su padre solo heredó deudas. Byron nació con los dedos del pie derecho hacia dentro, cojeó toda su vida, pero esta leve deficiencia no impidió que desarrollase un temperamento desafiante, viajero y seductor que ha sido recogido y amplificado por la literatura popular, de la que se ha convertido en un icono. Como poeta su nombre suele pronunciarse siempre al lado de los otros grandes románticos ingleses: Wordsworth, Keats, Coleridge o Shelley. Su fama empezó a cimentarse tras la publicación de 'Las peregrinaciones de Childe Harold' (1818) y desde entonces alternó las composiciones extensas: 'La visión del juicio' (1821), 'Don Juan' (1824); las obras dramáticas: 'Manfredo' (1817), 'Caín' (1821); y las colecciones de piezas más breves. Comprometido con los valores de la Revolución Francesa y con los movimientos nacionales de independencia murió en Missolonghi en 1824 tras un ataque epiléptico y unas sangrías mal aplicadas, a las que se resistió tanto como pudo. Al enterarse de su muerte Goethe escribió: “Descansa en paz, amigo, tú corazón y tu vida han sido grandes y hermosos”.