Emilia Pardo Bazán (A Coruña, 1851 - Madrid, 1921), aunque dejó muestras de su inmenso talento en todos los géneros literarios, su faceta más conocida es la de novelista, como fueron, entre otras, Los Pazos de Ulloa, La Madre Naturaleza, Insolación, La Quimera y Dulce Dueño. En cuanto al ensayo, merecen señalarse dos, La cuestión palpitante y La Revolución y la novela en Rusia, buena muestra de su curiosidad intelectual y su afán por dar a conocer lo que sucedía más allá de nuestras fronteras. Colaboradora asidua de distintos periódicos y revistas, en ellos publicó crónicas de viajes, artículos, ensayos y cuentos, género este en el que fue una consumada maestra. Aunque no consiguió entrar en la Real Academia Española, sí que logró ser la primera mujer en presidir la sección literaria del Ateneo y en obtener una cátedra de literaturas neolatinas en la Universidad Central de Madrid.