Así se hizo «No me busques»

Siempre nos preguntan: ¿cómo se escribe a cuatro manos, o a dos cabezas? A lo largo de la historia de la literatura hay muchos casos de colaboraciones, de escrituras colectivas, desde la Odisea a algunas obras de Shakespeare y Marlowe, y también casos más recientes como el de Dominique Lapierre y Larry Collins. Hay un tópico sobre la imagen del escritor o escritora como alguien solitario, encerrado en su habitación, con sus demonios, que sólo se relaciona con su propio ego. Pero no es así. Lo más frecuente es que ese escritor tenga amigos, marido o mujer, familia, que a menudo contrastan sus ideas, leen sus manuscritos y hacen aportaciones creativas valiosas para que su obra acabe siendo lo que es. También hay muchos casos conocidos de escritores que sin la ayuda y compañía de otros escritores no habrían hecho algunas de las grandes obras de la literatura universal. Es bien conocido que C. S. Lewis y Tolkien se leían y ayudaban mutuamente en sus trabajos. Por no hablar de la infinidad de parejas de escritores que se retroalimentan, como Paul Auster y Siri Hustvedt.

¿Qué tiene Sara Medina de común con todos ellos? Algunas cosas, que explicaremos ahora, y otras que nos guardaremos para que el secreto de la receta siga teniendo su magia. Sara Medina es la fusión de dos maneras de trabajar y entender la escritura que se han encontrado felizmente. El resultado es esta novela, la primera, pero posiblemente no la última. Previamente habíamos hecho otros proyectos juntos, colaborando en guiones, documentales e incluso apoyándonos en trabajos respectivos. Ahora había llegado el momento de ponernos a parir juntos una historia que nos apetecía explicar.

Una historia sobre la búsqueda de un hijo perdido, sobre la rehabilitación de diferentes tipos de drogas, no sólo los estupefacientes, sobre la amistad entre dos mujeres muy distintas, sobre la redención, sobre el amor, sobre Barcelona… Pero la chispa fue una terapia de rehabilitación y la búsqueda de una madre de su hijo desaparecido. A partir de ahí se puso en marcha una maquinaria que funcionaba a diario, siete días a la semana, con largas conversaciones paseando, con encuentros en los bares, con una escritura enloquecida y revisiones permanentes, yendo arriba y abajo con el relato y manteniendo bien tenso el hilo de la comunicación.

La creación de personajes y la estructura de la historia, que tiene unas herramientas más guionístiques, recayó en Carmen, y la redacción literaria en David. Pero esto tampoco es del todo cierto, porque David también participaba en la creación de personajes y Carmen en la reescritura diaria. De esta manera llegamos a un punto de alquimia que convertía el estilo narrativo de la novela en una sola voz, haciendo que realmente existiera una escritora muy viva y que bautizamos como Sara Medina.

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Autores: Sara Medina. (Carmen Fernández Villalba y David Cirici). Título: No me busques. Editorial: Ediciones B (Penguin Random House). Venta: Todostuslibros y Amazon.