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Aparición y deseo, de José Carlos Llop - Zenda
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Aparición y deseo, de José Carlos Llop

La España actual y la España de los próximos años conviven en Cartas a una reina, un libro colectivo que reúne las misivas que 35 autores, de diversos ámbitos y sensibilidades (tanto monárquicos como republicanos y nacionalistas), han escrito a la princesa Leonor. Esta obra de Zenda, patrocinada por Iberdrola, es una edición no venal que se puede descargar de...

La España actual y la España de los próximos años conviven en Cartas a una reinaun libro colectivo que reúne las misivas que 35 autores, de diversos ámbitos y sensibilidades (tanto monárquicos como republicanos y nacionalistas), han escrito a la princesa Leonor. Esta obra de Zenda, patrocinada por Iberdrola, es una edición no venal que se puede descargar de forma gratuita en esta página. 

A continuación reproducimos la carta escrita por José Carlos Llop, que lleva por título «Aparición y deseo».

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Todos habríamos querido pronunciar ante ti estas palabras —¡Qué guapa estás, Borbón!— y tu compañero de promoción lo hizo por nosotros. Él fue, sin saberlo, aquéllos que nada podíamos decirte. Y no importa acudir al gran Nebrija, para saber que la riqueza del ser y el estar —al revés que en otros idiomas, que son lo mismo— es algo que identifica nuestra lengua común. Y entre el estar del cadete amigo —‘qué guapa estás’— al ‘qué guapa eres’ que diremos con el tiempo los españoles, media, entre otras cosas, el cambio de forma para dirigirse a ti. Ahora que eres tan joven, repetiremos lo de qué guapa estás. Con un tuteo no castizo, sino de familiaridad —nuestros hijos son mayores que la cadete Borbón— que nos hemos tomado sin permiso. Pero a medida que vayas perfilando aquello que has de ser y en lo que está escrito tu destino, ya no habrá tuteo, ya no habrá el estar, sino que sólo pronunciaremos el ser y el vos, referido a Señora, y diremos ‘sois tan guapa’ y lo diremos sólo con los ojos. Y los rasgos de esa nueva belleza serán las virtudes que habréis cultivado para ser reina. Las otras, las naturales, son las de ahora y vuelvo a decir aquello de ‘Qué guapa estás, Borbón’ y ya callo.

"Esa luz es lo que esperamos de vos y deseamos para vos"

Pero no hay que olvidar la parte final de la frase, el vocativo Borbón en medio del tuteo, fruto del compañerismo militar que permite una cercanía que nos es ajena. España lo es más —y así ha sido siempre— con corona que la una, que sin ella. Basta mirarla en el espejo de la Historia y al fijarnos en vuestro apellido, repasar. Hablo de vida civil, no de la privada, donde la ejemplaridad le sienta a la corona como un guante y su contrario, cuando sucede, la ha mermado y merma en el tiempo. Y en la vida civil Borbón es Carlos III y es El Prado y Aranjuez y es la RAE y La Granja de san Ildefonso y es Europa y la Constitución de 1812 y la del 78, y tantas otras cosas que han hecho de España un gran país con un pasado —que es la red que lo sostiene como nación, como la corona es lo que lo une en su vértice— cuyas provincias se extendían de Toledo a México y de Guinea a la muy efímera Cochinchina, o nuestra manera de llamar al Vietnam. Pero vuelvo a centrarme en vos, que sois lo que importa en este libro y en el libro de la Historia que aún está por escribir: habéis entrado en nuestras vidas como una señal de esperanza —todas las crónicas han coincidido en la palabra luz— en un momento de nuestro país en que la esperanza y la alegría o la noble certeza que encierra —luz también— no se veían en lo público, más allá de la presencia de vuestro padre el rey. Esa luz es lo que esperamos de vos y deseamos para vos.

"Vos ya lleváis en vuestro nombre el de una gran reina: Leonor de Aquitania, que lo fue de Francia y de Inglaterra y uno de sus hijos sería Ricardo Corazón de León"

Hay un poeta que me gusta mucho y que quizá estudiarais en Gales. Me refiero a Wystan Hugh Auden. O mejor, Auden, a secas. Aparte de ser un hombre muy inteligente, con un fino sentido del humor y uno de los tres o cuatro mejores poetas que ha dado el siglo XX —y ha dado bastantes y muy buenos—, Auden ideó una nación imaginaria cuya religión oficial sería la «católica, apostólica y romana, con un tranquilo estilo mediterráneo» y la forma de gobierno que contempló para ella fue «una monarquía absoluta elegida de por vida por toda la población». Absoluta y elegida. O lo que es lo mismo: el sentido común pasado por el sentido del humor y al revés, y la corona en el centro. Y cuando acudió a las maneras —en su caso arquitectónicas y no hay que olvidar que la monarquía es una forma de arquitectura— dijo que prefería «el barroco en lo estatal, el románico y el bizantino en lo eclesiástico y el estilo inglés del XVIII en cuanto a lo doméstico». Dan ganas de solicitar la inscripción en la nación audeniana, pero vos ya lleváis en vuestro nombre el de una gran reina: Leonor de Aquitania, que lo fue de Francia y de Inglaterra y uno de sus hijos sería Ricardo Corazón de León. La amaron trovadores y guerreros —qué guapa estás, Borbón— y su corte fue una corte culta y sabia, que habría enorgullecido a su padre, Guillermo de Aquitania, quien quiso que ella supiera leer las constelaciones, hablara en latín, visitara Tierra Santa y cazara con halcones. Hay culturas que sostienen que el nombre que llevamos hace lo que somos y hemos de ser y si es así, el vuestro, Leonor, también os ha de hacer una reina querida, culta y plácida; o sea, feliz. Como a la España de nuestros hijos, con vos.

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Cartas a una reina es la octava colaboración entre nuestra web literaria e Iberdrola, después del gran recibimiento de los anteriores volúmenes: Bajo dos banderas (2018), Hombres (y algunas mujeres) (2019), Heroínas (2020), 2030 (2021), Historias del camino (2022), Europa, ¿otoño o primavera? (2023) y Las luces de la memoria (2023).

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José Carlos Llop

Nacido en Palma de Mallorca, en 1956, es poeta y escritor. Sus últimos libros de poesía son La avenida de la luz, Cuando acaba septiembre y La vida distinta. Ha publicado diarios, narrativa y ensayo literario. Entre sus novelas destacan El informe Stein (1995) -Prix Écuréil de Littérature Étrangère, 2008-, La cámara de ámbar (1996), Háblame del tercer hombre (2001), El mensajero de Argel (2005), Paris: suite 1940 (2007), En la ciudad sumergida (2010) -Mention Spéciale du Jury Prix Mediterranée Étranger 2013-, Solsticio (2013) y Reyes de Alejandría (2016). José Carlos Llop es Premio de Las Letras del periódico El Mundo y Premi Ramon Llull del Govern Balear 2011 por el conjunto de su obra.

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Ricarrob
Ricarrob
4 meses hace

Bien el artículo pero quizás adolece de cierto idealismo utópico. Pero, bueno, en general estoy de acuerdo con él. Es evidente que don Eduardo es ideológicamente monárquico, cosa que es muy de respetar.

La verdad es que del conjunto de estas misivas a la futura reina se podría hacer todo un estudio sociológico de la sociedad española. Tambien varios estudios psicológicos o psiquiàtricos sobre varios de los personajillos que han escrito.

Hay casos extremos, muy curiosos y dignos de ser calificados de esperpénticos, como es el caso rufianesco, el caso coletas y el caso simoníaco obrerista (la sra. Simón). Pero, en general, predomina la cantención, la moderación y el raciocinio incluso en posturas alejadas; los hay republicanos, los hay monárquicos y los hay simplemente constitucionalistas.

Con ello, quizás se pueda sacar la conclusión de que, a pesar de todo, predomina en este país la moderación y el buen juicio. A pesar de todo y a pesar de los grupúsculos extremistas que lo emponzoñan todo y que hacen tantísimo ruido pero que se quieren imponer a todos los demás. Totalitarismo, que se dice.

Un acierto estas cartas. Espejo de país.

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