Corría 2001 —aquel año tan cinematográfico del que también hace ya tanto tiempo—, cuando Joan Casanovas hizo justamente eso, que dicen que no se debe hacer nunca: juntar el trabajo y el placer. Apasionado de cuanto al universo de James Bond concierne, se iniciaba entonces en el diseño de páginas web. De modo que, para irse ejercitando en el nuevo oficio, decidió dedicarle una al más famoso de los agentes doble cero. Nació así la web de referencia, no sólo para todos los aficionados españoles e hispanoparlantes al universo de 007. A decir de Casanovas, hoy, ya con el nombre de Archivo 007, aquella iniciativa de comienzos de siglo no va a la zaga de sus pares británicas o cualquier otra de las más logradas del mundo entero.
“Además de ocuparme de todos los asuntos técnicos, empecé colgando la información incluida en los extras de los DVD’s y en los libros”, recuerda Casanovas. Bien es cierto que los “extras” de esos DVD’s, que también comienzan a ser barridos por el viento de la historia —como lo fueron las remotas cintas de video, desplazadas del llamado “cine en casa” por ellos—, cuando no eran más que la mera reproducción de una filmografía, solían contener información valiosísima.
Pero esa recopilación de datos concernientes a “la franquicia [EON Productions] más longeva de toda la historia del cine” que nos recuerda Casanovas sólo puede ser fruto de la entusiasta aplicación en la tarea de los fanáticos más entregados. Películas oficiales y no oficiales, sus protagonistas, las chicas y los villanos; las novelas originales de Ian Fleming y las escritas por sus sucesores; los coches, los semovientes y los gadgets, todo tiene cabida en el Archivo 007, que se llama ahora aquella iniciativa puesta en marcha el 15 de agosto de 2001. Dudo de que en la ficha de James Bond del MI6 haya tantos datos sobre el más célebre de sus agentes doble cero.
Como también dudo de que haya otro lugar donde se pueda encontrar tanta información sobre las diferentes ediciones en DVD, Blue-Ray y 4K UHD de las películas. Si el visitante busca un dato sobre cualquier edición de las 25 rodadas por EON Productions entre Agente 007 contra el Dr. No (Terence Young, 1962) y Sin tiempo para morir (Gary Fukunaga, 2021), o cualquiera de las tres no oficiales —el Casino Royale del 54, una adaptación televisiva dirigida por Steve Hoefer; el Casino Royale del 67, una parodia realizada por John Huston, Ken Hughes, Val Guest, Robert Parrish y Joseph McGrath; y ese remake de Operación Trueno (Terence Young, 1965) dirigido por Irvin Kershner en el 83 bajo el título de Nunca digas nunca jamás— que sepa que en el Archivo 007 tendrá exhaustiva noticia de las diferencias entre las ediciones españolas —“domésticas”, aquí llamadas—, las estadounidenses y las inglesas.
Eso sí, no venden ninguna película, “ni camisetas”, puntualiza Joan Casanovas, porque lo suyo, recuerda, es una entrega “sin ánimo de lucro, que se mantiene con las aportaciones de sus socios”. Merced a ellas, celebran convenciones en hoteles madrileños “porque Madrid está en el centro de España y así, más o menos, nos queda a todos lo mismo de cerca o de lejos”. También se reúnen en “jornadas bondianas” que los llevan a diferentes localidades del país. Finalmente, no falta un lugar donde los frikis que frecuentan la página se “convierten en familia”. Ése es el Club Archivo 007. Ahí ya sí que hay camiseta.
Y sí que ha trasegado agua el Támesis desde que Bond, el James Bond incorporado por Sean Connery, fascinaba a las audiencias del mundo entero en las salas de cine. “Su sofisticación y su sádico refinamiento, en el arte de amar y de matar, ejerció tal influencia en los años 60 que llegó a convulsionar al mundo entero”, escribe Juan Tejero, uno de los primeros estudiosos españoles de 007. De ahí la inquietud cuando Connery abandonó la serie. Pero Bond, quizás por estar licenciado para matar, nunca muere. A sus primeros productores, Albert R. Broccoli y Harry Saltzman, les resultó difícil encontrar a un sustituto. Al final supieron hacerlo, hasta en cinco ocasiones: George Lanzeby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan, Daniel Craig… Todo de cuanto a ellos concierne, también obra en el Archivo de 007.
Aquella primera dirección de esta propuesta, abierta en un servidor gratuito de Lycos, fue llamada jamesbond007.tk. La cosa funcionó. Comenzó a escribirle gente y aquella primera web, aún con trazas de blog colectivo, “fue creciendo con los que yo veía más serios y constantes. Después se organizó un foro esporádicamente. Pero los foros hay que controlarlos porque, en caso contrario, la gente se saca los ojos”.
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Y así, cuando, tras protagonizar Muere otro día (Lee Tamahori, 2002), Pierce Brosnan anunció que dejaba de encarnar a James Bond, Casanovas y sus principales colaboradores ya habían inaugurado su propio dominio (www.archivo007.com), lo que les permitió suprimir la publicidad. Eso fue en 2004. Ya en 2008 llegó la versión 2.0, unos años después la 3.0 y así sucesivamente, mientras se iban agregando datos y más datos a la web.
Una de las grandes paradojas de lo universal, así en abstracto, es que a la vez suele entrañar cierto casticismo. A mí se me antoja que esta agrupación no lucrativa de fanáticos de James Bond lo tiene. Si el lector la visita en estos días, encontrará puntual información tanto de la exposición dedicada al más celebre de los agentes especiales de Isabel II, abierta durante todo este abril en la biblioteca pública José Hierro del madrileño barrio de Usera, como de la primera aventura del Bond al servicio de Carlos III. Escrita por Charlie Higson —autor que en 2005 tomó el relevo en la redacción de las nuevas novelas protagonizadas por el agente secreto—, acaba de ser anunciada por Ian Fleming Publications con motivo de la coronación del nuevo monarca británico.
Sin olvidar que también es en este mes cuando se cumple el 70 aniversario de la publicación de Casino Royale, la primera novela de Ian Fleming protagonizada por Bond, que habría de dar lugar a las dos adaptaciones ya citadas y a la primera versión canónica —por así llamar a la debida a la franquicia oficial—, la dirigida en 2006 por Martin Campbell, que también fue la primera protagonizada por Daniel Craig.
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