Deprecated: Methods with the same name as their class will not be constructors in a future version of PHP; GDLR_Import has a deprecated constructor in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/goodlayers-importer/goodlayers-importer.php on line 28
A nadie le importa - Emilio José Serrano Loba - Zenda
Warning: is_dir(): open_basedir restriction in effect. File(/usr/share/nginx/html/wp-content/plugins/wpdiscuz/themes/default) is not within the allowed path(s): (/var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/:/tmp/) in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/plugins/wpdiscuz/forms/wpdFormAttr/Form.php on line 157

A nadie le importa

Y las patatas siguen estando estupendas, pero a nadie le importa. La humanidad da el primer paso para que una mujer camine por la luna. La humanidad, referida esta como un grupo de burócratas que nadan en la abundancia y no sabrían entender las dificultades por las que pasa una familia de un país en...

A nadie le importa. Es domingo, y es el único día de la semana que cocino con tiempo suficiente. Las patatas al horno me quedan estupendas. Pero antes de que pueda disfrutarlas veo cómo el sol comienza a descender por la línea imaginaria del horizonte y ya me siento entrando en el lunes. Ahora los lunes son una cosa mejor de lo que eran. Pero siguen siendo un recordatorio de todo lo que quería hacer y no me dio tiempo. No importa cuánto me aplique, nunca hay tiempo.

Y las patatas siguen estando estupendas, pero a nadie le importa.

La humanidad da el primer paso para que una mujer camine por la luna. La humanidad, referida esta como un grupo de burócratas que nadan en la abundancia y no sabrían entender las dificultades por las que pasa una familia de un país en vías de desarrollo. Qué gran cosa esta. Será un consuelo para las mujeres que mueran asesinadas por sus parejas. O para aquellas que visten manteles y se cubren las cabezas con ellos, creyendo que lo hacen siguiendo una verdad superior. Una mujer privilegiada, en nada diferente al resto de privilegiados del mundo, se servirá de cantidades ingentes de combustible para viajar a un satélite aburrido y dar unos saltitos.

Los burócratas llevan la igualdad a la luna, pero a nadie le importa.

"Se fracasó desde el momento en que se pretendió que un 30% de áreas marinas protegidas representaría algún bien para el mundo"

Otros burócratas, o quizás los mismos, empeñados en construir en sus mentes infantiles un mundo perfecto que nunca existirá, fracasaron esta semana pasada en lograr una protección mínima de los océanos. Seré más específico. Se fracasó desde el momento en que se pretendió que un 30% de áreas marinas protegidas representaría algún bien para el mundo. Muchos países lo ignoraron. Otros crearon reservas tan pequeñas que no servirían de refugio ni a un solo boquerón. Y otras naciones crearon reservas tan lejos de sus costas que ni jartos de vino mantendrían una flota en la zona para asegurarse de que los chinorris, o los honrados esnifa-harina del norte de España, no sacaran del agua hasta el último batracio coleante. Pero aunque los países firmantes hubieran intentado fingir que les importa algo la salud del océano al que debemos la vida, el fracaso estaba servido. Porque no, señores, la reunión de una panda de besugos vestidos de traje, que seguro que han consumido platos gourmet compuestos por ingredientes con un gran impacto medioambiental, han sido incapaces de alcanzar un acuerdo mínimo respecto al tema.

No habrá un treinta por ciento del océano protegido. Pa nunca. Pero a nadie le importa.

En alguna parte del mundo, un grupo de estudiantes universitarios, a quienes se les dice que son el futuro, responden en un 99,8% que la tecnología resolverá los problemas medioambientales a los que nos enfrentamos. Esos alumnos acaban de leer la «tragedia de los bienes comunes», de Garrett Hardyn. Acaban de leer a un señor exponer con brillantez que el ser humano debe comprender la trampa lógica que supone creer que la capacidad tecnológica de la civilización resolverá todos los desastres naturales. En primer lugar porque no es posible. Y en segundo lugar porque pensar de ese modo conducirá a un estilo de vida aún más despreocupado y a un empeoramiento de los problemas medioambientales. Y, me atrevo a añadir yo mismo, en tercer lugar porque es el desarrollo de la tecnología lo que ha hecho posible el crecimiento desaforado de una raza que se reproduce como piojos en una guardería y que incrementa su consumo de los recursos de forma exponencial, si es que no logarítmica. Creer que la tecnología nos salvará es el equivalente del siglo XXI al “ya lo hará otro”. Y todos sabemos que nunca hay otro. Pero a nadie le importa.

"Hay quienes, en un acto de valor encomiable, se niegan a tener hijos. Lo hacen porque temen los retos medioambientales a los que nos enfrentaremos como especie"

Hay quienes, en un acto de valor encomiable, se niegan a tener hijos. Lo hacen porque temen los retos medioambientales a los que nos enfrentaremos como especie. Porque no desean que sus descendientes se añadan a la capacidad de carga del planeta. Lo hacen, en definitiva, porque son responsables. Y quizás deseen tener hijos, quizás quieran un hijo al que cuidar, al que educar y ver crecer. Pero algunas personas se escapan del egoísmo que nos impregna como especie y hacen sacrificios propios para salvar a otros. Esto, por supuesto, es un rango seleccionado negativamente por la evolución, puesto que los humanos venideros serán, en su mayoría, como los que se reprodujeron. Al menos, creo, les debemos agradecimiento a esas personas que se sacrifican por el resto. En cambio, hay que ser testigos de cómo son atacados por la panda de necios retrógrados que no quieren aceptar la magnitud de la desgracia ecológica a la que nos enfrentamos. Un señor al que llaman periodista publica un artículo repugnante en el que ataca a estas personas. Los tilda de cobardes, los llama egoístas y, exponiendo su ranciedad, solterones. A este señor le pagan por publicar en un diario de tirada nacional, y nos lo tenemos que comer con patatas. Pero a nadie le importa.

En una época en la que disponemos de medios tecnológicos con los que airear hasta los detalles más minúsculos e insignificantes de nuestras vidas, con los que creer que nuestra irrelevancia no existe, con los que pensar que en la vida te tienen que mirar para formar parte de una verdad superior, para ser transcendente, la realidad, la hermosa realidad, es que a nadie le importa nada.

4.3/5 (12 Puntuaciones. Valora este artículo, por favor)

Emilio José Serrano Loba

Me llamo Emilio José Serrano Loba. Soy murciano, así que ya es un milagro que sepa escribir. Hablar bien es otra historia. Soy biólogo marino en Miami. Mi carrera investigadora cuenta con un enfoque principal en biología evolutiva, teoría del caos y conservación animal. En enero de 2021 verán la luz, de forma escalonada, cinco novelas infantiles de mi autoría en España, América Latina y Estados Unidos; ese mismo mes, será publicada mi primera obra de teatro, en la revista Baquiana. @EmilioLoba34648

Ver más publicaciones

Warning: Invalid argument supplied for foreach() in /var/www/vhosts/zenda.trestristestigres.com/httpdocs/wp-content/themes/zendalibros/single.php on line 108

Zenda es un territorio de libros y amigos, al que te puedes sumar transitando por la web y con tus comentarios aquí o en el foro. Para participar en esta sección de comentarios es preciso estar registrado. Normas:

  • Toda alusión personal injuriosa será eliminada.
  • No está permitido hacer comentarios contrarios a las leyes españolas o injuriantes.
  • Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
  • Zenda no se hace responsable de las opiniones publicadas.
Notificar por email
Notificar de
guest

0 Comentarios
Feedbacks en línea
Ver todos los comentarios

suscríbete a nuestra newsletter

Recibe cada semana una selección de los mejores contenidos de la web, ¡No te lo pierdas!

[contact-form-7 id="6d737e1" title="Formulario de newsletter"]