El Rey Pequeño es una deslumbrante novela sobre Alfonso VIII, uno de los reyes medievales más importantes de nuestra historia. La nueva obra de Antonio Pérez Henares (Chani para muchos) es la emocionante aventura vital de un niño huérfano y acosado que acabó siendo el gran vencedor de la batalla de Las Navas de Tolosa. Huérfano, porque perdió a su padre en su más tierna infancia, con tan solo tres años de edad. Acosado, porque las dos grandes familias nobiliarias, los Castro y los Lara, trataban de manipularle en su propio interés. Y el vencedor de la batalla más decisiva de la Reconquista, la de Las Navas de Tolosa, porque en ella consiguió derrotar al colosal ejército almohade.
Como su editora, doy fe del rigor con el que Chani se ha documentado e informado para escribir cada episodio de esta historia. Para ello ha contado con la colaboración de Plácido Ballesteros, prestigioso medievalista de la Universidad de Alcalá de Henares.
Juntos han buceado en legajos y libros y, más importante todavía, han pisado con sus propios pies y visto con sus propios ojos todos los escenarios de su novela, han escuchado los sonidos de esas tierras, han respirado el aire que respiraron nuestros antepasados. Todo ello dota a El Rey Pequeño de un alma muy especial. La que sólo puede darle alguien que vive la historia con pasión y la transmite de igual manera. La de quien entiende que la tierra es un personaje clave de cualquier acontecimiento histórico, y que la gente que la habita, sean reyes o gente del común, determina su futuro.
La novela histórica puede ser un excelente vehículo de entretenimiento y, a la vez, aprendizaje. Después de leer esta novela el lector va a saber por qué no se puede comprender el fanatismo islámico del ISIS sin conocer a sus tatarabuelos, los fanáticos almohades que invadieron la península Ibérica en el siglo XII. Por qué no se puede hablar de la organización territorial de España hoy sin conocer cómo se dividían los reinos cristianos en el siglo XIII. Por qué las gentes de a pie tuvieron un papel fundamental en el principio del fin del dominio musulmán de la península Ibérica. Todo ello en compañía de personajes inolvidables como Pedro el Pardo, el amigo del rey desde que eran sólo dos niños; su abuela Yosune, carácter y ternura a partes iguales; Elisa, la juglaresa; la noble Constanza, y tantos y tantos otros. Con ellos, la Historia cobra vida.
Entrevista a Antonio Pérez Henares
¿Cuáles fueron los principales desafíos a los que tuvo que enfrentarse el Rey Pequeño?
Las ambiciones y peleas de la nobleza castellana, que en su ciega rivalidad incluso traicionaron a Castilla pasándose al campo musulmán; el emergente y poderosísimo imperio almohade; y los otros reyes hispánicos, familiares cercanos todos, que no dudaron en lanzarse contra Castilla, coaligados con los moros contra él cuando fue derrotado por el emir musulmán en Alarcos. Solo tuvo el apoyo fiel del rey de Aragón.
¿Cuáles eran las principales características de la personalidad de Alfonso VIII?
Forjado en la adversidad y muy valiente. Incluso en exceso. Su temeridad en Alarcos le condujo a una terrible derrota pero esa misma bravura decidió la victoria de las Navas.
¿Qué paisajes castellanos aparecen en tu novela?
Esencialmente los de la frontera castellana, la llamada “extremadura” y la Transierra, una vez cruzado el Sistema Central, con el río Tajo como frontera. Las plazas fuertes castellanas, desde Atienza (donde comienza la novela con el Rey Pequeño cercado por su tío el rey leonés), Sigüenza (que me ha permitido relatar el nacimiento de una ciudad medieval y la construcción de una catedral), Zorita de los Canes (donde el protagonista, personaje de ficción, nieto de Pedro el Pardo, tiene los orígenes y enlaza con mi anterior novela La Tierra de Álvar Fáñez), Hita y sus carnavales, Toledo, por supuesto, Burgos, claro, la maravillosa Cuenca y su conquista definitiva y las tierras ribereñas del Guadiana donde se produjeron las grandes batallas: Alarcos, Calatrava la Vieja, Mora, y el camino del ejercito cristiano hasta las Navas.
¿Cuál fue el papel de las ciudades castellanas en el proceso de la Reconquista?
Esencial el de esas villas y ciudades realengas y sus mesnadas concejiles. Leales al rey que les dotaba de Fueros y cuyos caballeros villanos fueron decisivos en la defensa, mantenimiento y repoblación de todo el territorio. Esa repoblación castellana es la protagonista coral del libro.
La novela tiene como eje la relación de amistad entre el rey Alfonso VIII y un niño del pueblo llano, al que además luego le vemos ir adquiriendo más y mayores responsabilidades. ¿Había más movilidad social en la Edad Media de lo que creemos?
Lo que había dentro de los estamentos era una dignidad muy asumida en cada uno de ellos. El “no soy mas que nadie pero menos que ninguno” que exclama el protagonista como reafirmación de sí mismo y su estatus refleja mejor que nada el sentir profundo de uno de aquellos hombres de las villas, aquellos caballeros villanos, expresión que en absoluto tiene nada de peyorativa, sino al contrario.
¿En el proceso de documentación, has encontrado sorpresas, datos inesperados que hayan cambiado la idea que tenías de algún hecho o algún personaje en concreto?
Pues sí. Y de uno importante, Nuño Pérez de Lara, el jefe de esa poderosa familia. Mi imagen al empezar era bastante más negativa de la que al bucear en el personaje acaba por emerger. Era astuto y taimado pero fue un buen tutor y amparó y quiso de verdad a Alfonso VIII. Fue mutuo hasta su muerte en la conquista de Cuenca.
Las luchas entre los Castros y los Laras, las intrigas familiares entre los reyes cristianos… ¿Es el siglo XII nuestro particular Juego de tronos?
Dónde va a parar. Aquello sí que lo era en verdad. Tanto en el lado cristiano como en el musulmán. Baste decir que los cinco reyes cristianos en el momento de las Navas eran todos primos de Alfonso VIII. El aragonés Pedro II siempre le fue leal y cercano. No así los otros. Pero cada cual tenía sus razones e intereses.
Fragmento de la novela El Rey pequeño
“Y fue así, en aquella huida de Atienza, salvando la libertad de un rey pequeño, como cambió mi suerte y mi destino y entré yo a la cercanía y al servicio de quien sería ya para los restos mi rey y mi señor, en quien deposité mi lealtad de por vida y él en mí un afecto que me duró siempre, que se mantuvo tan firme por uno y otro lado como la roca viva que sustenta al castillo de Atienza, y que nos iba a llevar un día a enfrentar juntos el ejército más inmenso y pavoroso de cuantos han amenazado la cristiandad y las Españas.”
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Título: El Rey pequeño. Autor: Antonio Pérez Henares. Editorial: Ediciones B. Edición: Papel
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