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Los mejores poemas para niños - Selección - Laura Di Verso - Zenda
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Los mejores poemas para niños

Leer poesía con los hijos debería ser una obligación para los padres y un gran deleite para ellos. Para ayudar en esta tarea he preparado una selección de 10 de los mejores poemas para niños. Versos escritos para que sientan, piensen y vivan la poesía en sus cabezas y en sus corazones. Los mejores poemas...

Leer poesía con los hijos debería ser una obligación para los padres y un gran deleite para ellos. Para ayudar en esta tarea he preparado una selección de 10 de los mejores poemas para niños. Versos escritos para que sientan, piensen y vivan la poesía en sus cabezas y en sus corazones.

Los mejores poemas para niños

1.- La plaza tiene una torre, de Antonio Machado

La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-,
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama
su dama y su blanca flor.

Para tu ventana
un ramo de rosas me dio la mañana.
Por un laberinto, de calle en calleja,
buscando, he corrido, tu casa y tu reja.
Y en un laberinto me encuentro perdido
En esta mañana de mayo florido.

2.- Romance del prisionero, Anónimo

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
Sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son.
Sino por una avecilla
que me cantaba el albor.

Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

3.- Caracola, de Federico García Lorca

Me han traído una caracola.

Dentro le canta
un mar de mapa.
Mi corazón
se llena de agua
con pececillos
de sombra y plata.

Me han traído una caracola.

4.- Parejas, de Gloria Fuertes

Cada abeja con su pareja.
Cada pato con su pata.

Cada loco con su tema.
Cada tomo con su tapa.

Cada tipo con su tipa.
Cada pito con su flauta.

Cada foco con su foca.
Cada plato con su taza.

Cada río con su ría.
Cada gato con su gata.

Cada lluvia con su nube.

Cada nube con su agua.
Cada niño con su niña.

Cada piñón con su piña.
Cada noche con su alba.

5.- El congreso de los ratones, de Lope de Vega

Juntáronse los ratones
para librarse del gato;
y después de largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que andando el gato con él,
librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo
y encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?

6.- Poderoso caballero es Don Dinero, de Quevedo

Poderoso caballero
es don Dinero.
Madre, yo al oro me humillo;
él es mi amante y mi amado,
pues, de puro enamorado,
de continuo anda amarillo:
que, pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Nace en las Indias honrado,
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado.
Y pues quien le trae al lado
es hermoso, aunque sea fiero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Es galán y es como un oro,
tiene quebrado el color,
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Son sus padres principales
y es de noble descendiente,
porque en la venas de Oriente
todas las sangres son reales;
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Mas, ¿a quién no maravilla
ver su gloria sin tasa
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al baxo silla
y al cobarde hace guerrero,
Poderoso caballero
es don Dinero.

Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismo robles
da codicia su minero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos.
Y pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Y es tanta su majestad
(aunque son sus duelos hartos),
que con haberle hecho cuartos
no pierde su autoridad:
pero pues da calidad
al noble y al pordiosero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas.
Y pues las hace bravatas
desde una bolsa de cuero,
Poderoso caballero
es don Dinero.
Más valen en cualquier tierra,
(mirad si es harto sagaz),
sus escudos en la paz,
que rodelas en la guerra.
Y pues al pobre lo entierra
y hace propio al forastero,
Poderoso caballero
es don Dinero.

7.- Con tal de que duermas, de Gabriela Mistral

La rosa colorada
cogida ayer;
el fuego y la canela
que llaman clavel;
el pan horneado
de anís con miel,
y el pez de la redoma
que la hace arder:
todito tuyo
hijito de mujer,
con tal que quieras
dormirte de una vez.
La rosa, digo:
digo el clavel.
La fruta, digo,
y digo que la miel;
y el pez de luces
y más y más también,
¡con tal que duermas
hasta el amanecer!

8.- En el árbol de mi pecho, de Gloria Fuertes

En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.

Cuando te veo se asusta,
aletea, lanza saltos.

En el árbol de mi pecho
hay un pájaro encarnado.

Cuando te veo se asusta,
¡eres un espantapájaros!

9.- Era un niño que soñaba, de Antonio Machado

Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.

Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía…
¡Ahora no te escaparás!

Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenía el puño cerrado.
¡El caballito voló!

Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.

10.- El lagarto está llorando, de Federico García Lorca

El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer
su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

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Laura di Verso

Leo poesía, con o sin rima. Y me gusta que me cuenten cuentos. Frecuento las redes, poco, desde marzo de 2020, como @lauradiverso.

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