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Lo que es el amor - Zenda
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Lo que es el amor

Lo que el amor sí es: el despertador que suena demasiado temprano cada mañana; reconocer el olor del pelo del otro y sonreír; saber el punto exacto de cocción que hay que darle a la tortilla; silencio y miradas que hablan sin hablar; los dedos entrelazados por inercia, por instinto. El miedo también es el...

Lo que el amor no es: una piscina de bolas infinita; una feria en la que los puestos de algodón de azúcar rosado y dulce se suceden hasta que la vista se hace incierta; una ideal burbuja de jabón que nunca explota; algunas canciones pop que saben a gominola; dos adolescentes de la mano en el patio del colegio.

Lo que el amor sí es: el despertador que suena demasiado temprano cada mañana; reconocer el olor del pelo del otro y sonreír; saber el punto exacto de cocción que hay que darle a la tortilla; silencio y miradas que hablan sin hablar; los dedos entrelazados por inercia, por instinto.

El miedo también es el amor: miedo a que no regrese de ese viaje; terror a ver en las noticias un coche estrellado y que sea el suyo; pánico a la enfermedad del otro; esa sensación de sentirse un niño pequeño y solo ante la perspectiva de su muerte, un castigo en diferido. Asumir esa parte, que llegará, como la peor parte.

"Esta es una historia del amor perfectamente comprendido, del que se ha experimentado desde siempre, con sus lagunas negras y digresiones, con el pánico de la rutina"

Así, La peor parte, titula Fernando Savater un libro que no querría haber escrito. Se tata de la crónica sobre la enfermedad y muerte de Sara, su Pelo Cohete, la mujer que ha sido su vida y tras desaparecer se ha convertido en una condena: la de seguir existiendo pegado a la ausencia, la de comprender que el mundo no se acaba cuando se acaba el centro del mundo mismo para uno, que la vida sigue y el calendario va tachando días, que no es tan grave, aunque no haya en realidad nada más importante.

El libro de Savater es hermoso por verdadero: no es La peor parte la crónica de un amor ideal y perfecto, con un halo de bruma celestial. Esta es una historia del amor perfectamente comprendido, del que se ha experimentado desde siempre, con sus lagunas negras y digresiones, con el pánico de la rutina y el callo del oficio del artesano.

La peor parte es una narración sencilla como lo son las relaciones que perduran y se asientan. En momentos incluso llega a parecer un diario personal en el que Savater pretende dejarse a sí mismo un recuerdo de lo que es (y de lo que no es, que es lo mismo) gracias a esa figura femenina, a esa mujer valiente y poderosa, ingobernable, que ha escrito junto con él una biografía. Y eso es, casi con toda seguridad, lo que hace que las palabras pasen ante los ojos en el rato de un café: el lector quiere seguir sabiendo de esa vida en común entregada al conocimiento, al cine y a la literatura, quiere comprender cómo ella era la única lectora legítima de todo lo que el filósofo ha escrito, cómo ha modelado cada texto con su crítica, tan necesaria para el propio autor, tal y como reconoce.

"Fernando Savater asegura no haber sido un buen acompañante en la enfermedad que acabó con la vida de su mujer"

Escribe Savater en las primeras páginas del volumen editado por Ariel en 2019: “La muerte de mi mujer, del amor de mi vida, del amor en mi vida, de mi amor a la vida”. En esas pocas palabras queda resumido todo. Porque en el repaso biográfico que el autor hace a lo largo de las poco más de 200 páginas de la historia de su vida junto a su mujer se observa de un modo claro que ella es el centro. Después, todo lo demás. Y hay mucho: carreras de caballos, noches en otros brazos, aventuras políticas, lecturas… pero, al final, siempre ella.

“Entonces encontré a Pelo Cohete o, para ser más exactos, Pelo Cohete me encontró a mí y me hizo suyo. A partir de ese momento se me fue haciendo patente lo que con el tiempo se ha convertido en una convicción: que antes en la mayoría de los casos habría tenido que elegir entre la soledad y el aburrimiento. Con Pelo Cohete se acabó el dilema, porque me enseñó a disfrutar de las ventajas de la soledad, pero en compañía. A partir de nuestro encuentro, ya estuvimos siempre solos pero juntos”. 

La enfermedad, el miedo: un espejo honesto para esbozar un retrato

Fernando Savater asegura no haber sido un buen acompañante en la enfermedad que acabó con la vida de su mujer —“tenía la tentación miserable de refugiarme en ella para poder soportar su propia enfermedad”, ha escrito—; también reconoce otros puntos flacos y debilidades que solo era capaz de superar con las monsergas e impulsos de ese amor discreto y de costumbre, habitual pero necesario. Leyendo estas páginas se comprende que la relación de Savater y Sara era la respiración misma: no lo percibimos pese a hacerlo de un modo continuo, y es absolutamente imprescindible para continuar existiendo.

Por eso no sorprende que ante la ausencia de Pelo Cohete y frente al ordenador o donde quiera que escriba, el filósofo haya hecho un ejercicio honesto a la hora de retratarse en su vida en común: asume sus fallos y no se empeña en tapar sus vergüenzas, porque eso no es lo importante. Lo importante es ella y su historia, su capacidad de convertir al filósofo en barro de modelar para hacer una pieza mejor que se rompía a cada rato.

“El amor se revela”. De pronto está ahí. Ya es parte de ti, como tu piel.

—————————————

Autor: Fernando Savater. Título: La peor parte. Editorial: Ariel. Venta: Amazon

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Daniel J. Rodríguez

Daniel J. Rodríguez (Murcia, 1992) es periodista graduado por la Universidad de Murcia con un trabajo final dedicado a definir el 'género' de entrevista narrativa. Actualmente trabaja como community manager para, entre otras, la Universidad de Murcia. Ha codirigido la revista de poesia La Galla Ciencia, donde también publicaba entrevistas de personalidad. Ha sido redactor del área de cultura del diario regional La Opinión de Murcia. @DanielJRguez

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Gonzalo Casanova
Gonzalo Casanova
8 meses hace

¡HOLA SAVATER!

Santiago Alba Rico, desde la Tribuna de Opinión de El País, ha dicho Adiós a Savater; yo, un poco por enredar, animar el foro desde luego, quiero decirle ¡Hola Savater!, pergeñando algunas apreciaciones, lo dicho, para tertuliar.
*No entiendo la diferencia que establece Alba entre “inteligencia” y “pensamiento”; ¡que no me entero vamos!, y eso me lastra de entrada (y salida) para captar el meollo de texto.
*Por lo que he oído y leído (muy) recientemente de D. Fernando no saco la impresión de que chochee, i.e. que se halle en ostensible declive en su facultad de pensamiento, ni de inteligencia.
*La Madre del Cordero, y del carnero, y del cabrón …, y de todas las batallas, intuyo que se halla en que la izquierda radical califica como Fachosfera todo lo que no es ella, con lo que Savater ha caído en ese ámbito, al alejarse de la Casa Marxista. Y sí, arribados a este puerto mental me pongo tan repetitivo como la cadena de la bici de Indurain, y tan pesado como un Diplodocus en los omoplatos de una hormiga (el anacronismo es un añadido, gratis, a la comparación). Así que vamos al lío, a la arena del circo epistemológico.
Desde siempre ha sido moneda de circulación común, y en estas fechas más aún, que la progresía (marxismo) califique a los idearios que no lo son como falsos del todo, incluso inmorales, ideología-falsa conciencia. Que sólo Ella posee la Verdad, absoluta, y negarse a comulgar con Ella merece el exorcismo, y ser expulsado de la comunidad de los justos e inteligentes. Se entiende que en esta situación, tras supuesta transmutación ideológica, se encuentra ahora mismo D. Fernando Fernández-Savater Martín, i.e. en compañía de Milei, Ayuso, Le Pen, Trump, Meloni y demás. Esta adscripción me resulta muy fuerte, y me chirría hasta darme dentera.
En fin, a lo de siempre … A los de izquierda dura les respondo con algo que resume, como un mantra, mis contraargumentos: Kant no era facha; ni Popper, ni Vargas Llosa, ni Hayek. Vayamos a este último, que ofrece un caso transparente, con su El Camino a la Servidumbre. Este texto, como La Sociedad Abierta y sus Enemigos, es una imputación feroz, absoluta, bestial, implacable y no-irrelefante, contra el totalitarismo. Éste tiene como contenido, ante todo, al comunismo y el fascismo, porque sí, aquél como éste último es un movimiento dictatorial: no hay partidos políticos, ni elecciones, ni prensa libre, ni derecho de reunión ni expresión, ni de viajar cuando quieras, ni empresa libre etc. Bueno, esta última quizás un poco en el fascismo, “de aquella manera” y supeditada al Estado y a la Voluntad del Líder Máximo.
Por consiguiente, si D. Fernando se ha alejado mucho pero que mucho de la doctrina leninista, le arriendo las ganancias (economía), y los preceptos (ética).
Quiero en este momento dejar a un lado el caso particular, y marchar hacia lo general, ¡que no Universal! Soy consciente, y Vds. también, de que en muchos individuos, y en cierta generación, ha ocurrido a menudo que se era comunista en la juventud, y se deja de serlo en la madurez, por cierto desencanto con la utopía de la Sociedad sin Clases, que se alteró en franca distopía, según un montón analistas/historiadores. Sueños de juventud igualitaristas que acaban en el realismo político-económico de la sociedad capitalista; asunto trillado por psicólogos y sociólogos.
Pero el que uno se desplace muchísimo desde el leninismo, no implica necesariamente que arribe a la playa del extremismo diestro: hay muchísimo territorio entre ambos parajes.
En este punto del foro quiero hacer entrar en escena, desde los bastidores, a la informática. El “escenario” es el de un estupendo programa de creación de textos, en el cual le damos a “buscar”, y sustituimos todas las apariciones de “fascismo”, por “totalitarismo”. El resultado es casi el mismo, ¿no están conmigo Vds.?, que el deseado por los de izquierdas, porque el nuevo término contiene lo esencial, y deleznable, de la extrema derecha, lo que produce “vade retro”. Pero, ¡ay mi cuate, aquí hay tomate!; porque, porque …, el comunismo encaja como una mano en el guante del absolutismo [lo sé el, el vocablo huele a Antiguo Régimen, a pelucas empolvadas, pero ¡me encanta!, por su rotundidad]; ya saben Vds.: ni partidos políticos, ni prensa & empresa libres, ni elecciones …, toda la pesca.
En resumen, si acusas a nuestro donostiarra de “totalitario”, bien puede ser de fascista, o de leninista y/o maoísta; ¡ah amigo! Esto cambia completamente el panorama. Por mi parte estoy absolutamente convencido que si D. Fernando Fernández-Savater Martín se ha distanciado del totalitarismo del Tío Joe, no ha sido para arrojarse en los brazos del de Herr Adolf y similares. Como digo, entre ambos hay mucho solar, el de la Libertad.
Seamos claros, y firmes: el gran Opositor de la autocracia es la Libertad, liberalismo; el proto-liberalismo, el decimonónico, el mesoliberalismo, el ilustrado, el neoliberalismo, etc. etc.; bueno quizás el ultraliberalismo no, aunque he de admitir que no sé muy bien qué significa esto. Si apunta p.ej. hacia Milei, ¡hum!, de acuerdo, esto ya no es la Ilustración, sino más bien Ayn Rand.
Aquí, si me lo permiten Vds. amables lectores (¿hay alguno por ahí?), añado un elemento personal. Hacía decenios que no me “encontraba” con Ayn Rand, y en los últimos meses me sale hasta en la sopa (como Kant, pero en este caso, es agradable). En este respecto, al ver en la reunión Trump- Milei, y el buen rollo entre ambos, “pensé” que quizás el segundo “pensaba” que el primero es como Howard Roark, Francisco D’Anconia, Hank Rearden, o John Galt; esto es, Trump como capitán de la industria, un creador, un héroe del capitalismo de Mrs. Rand. ¡Glub!, no porque Javier mantuviera tal imagen de Donald (no me refiero al pato), sino por la inquietante posibilidad de que muchos ciudadanos yanquis, subconscientemente, la compartieran, y votaran de acuerdo a ella; ¡más glub!
Ya que estamos con Javier el argentino, uno de los “similares” a Savater, según las gafas de Santiago Rico et alii …; sus declaraciones me resultan muy dispares con mi keynesianismo, pero ¡hay algo! Su Ministerio de Capital Humano me resulta familiar, cercana a la tesis del crecimiento endógeno de Paul Romer, a Samuelson y Nordhaus; estos dos últimos declarados keynesianos. Es bien conocido esto, i.e. el progreso es causado por una población bien formada/educada, en especial en ciencia y tecnología: Japón, Silicon Valley …, y no por las riquezas naturales (materias primas). Tesis que apoyo ciento por ciento por ciento; si Alba Rico conecta a nuestro guipuzcoano con Milei por este apartado, desde luego no puede catalogarle de “fanático”, de diestro extremo.
Otra vinculación malhadada de “Adiós Savater” es con Isabel Natividad Díaz Ayuso, de quien me ubico “allende” asimismo, por mi economía Social de Mercado. Pero lo que lo oigo y leo de ésta (no me meto aquí a juzgar su práctica política concreta: del dicho al hecho hay mucho trecho) es: cultura del esfuerzo, ahínco, empeño, perseverancia, emprendedores, individuos hechos a sí mismos sin subvenciones ni paguitas, ethos del trabajo etc. etc. Bueno, pues todo esto me suena, sencillamente, a ethos calvinista, a Max Weber, por ello a años luz de los dictatoriales, sean fascismo o comunismo. Si la acusación de fanático para nuestro donostiarra viene por este perfil, ¡pues tampoco vale!
¡Fachosfera!, sí, con la Fachosfera hemos dado, Sancho; o mejor dicho Sánchez. Éste, como muchos otros de la zurda, en especial los brahmanes, ha dado en meter en ese Universo intelectual (me temo que ens fictionis) a todos Los Que No Son De Su Cuerda. Ergo, también nuestro Savater cae dentro de ese círculo del Infierno (Dante).
Pues no, tampoco compro esto; porque si sustituimos, a través de nuestro programa informático, Fachosfera por Totalitarioesfera (¡menudo ”palabro” me he sacado de la manga!), lo cual conserva completamente su rasgo de negatividad & abominación, en tal caso Savater no encaja ahí; ¡quién si lo hace, estupendamente es D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón! ¿Y por qué, me demandarán Vds.? Pues muy sencillo, tíos, por la inclinación de éste hacia el materialismo histórico y su dictadura del proletariado; los liberales (proto-, meso-, clásico, neo-, ultra no) son los paladines genuinos en la Cruzada contra las dictaduras, fascistas o comunistas.
Llegamos a la conclusión, si he derivado bien de las premisas (¡espero no haber olvidado mi lógica aristotélica!), de que la Gauchesfera (de gauche divine, no de gaucho) ha fabricado un producto con su imaginación calenturienta, debido a fiebres autocráticas, al que ha bautizado de Fachosfera; en ella pretende, desde la atalaya de la supuesta superioridad ética, introducir a todos los Otros. Pero, ¡qué vueltas da la vida, y la epistemología!, los zurdos son quienes están metidos en la, renombrada, Totalitarioesfera, con Lenin, el Tío Joe, Stalin, Fidel Castro, Mao-Tse-Tung y, y …, el tipo ése que manda en Corea del Norte (¡nunca me acuerdo de cómo se llama!). ¡Ah!, ¡dioses del Olimpo! Hete aquí que Edipo (Pedro Sánchez) buscaba angustiosamente al asesino de su padre Layo, el asesino que con su pecado ha causado la plaga en Tebas, ¡y es el mismo! Él, Edipo, por su hybris, ha traído la desgracia a la ciudad; y ante la horrísona desvelación ¡se saca los ojos! Bueno, como kantiano, no deseo que Pedro se libre a sí mismo del sentido de la vista; más prudentemente, menos trágicamente, pido por favor que los totalitarios no acusen a los libertarios, de ser como ellos. Resulta que en esta Esfera, autócrata & dictatorial, quienes se tocan (aunque no extremeños) son los franquistas y los comunistas: ambos repudian la democracia liberal burguesa representativa ilustrada. En esos regímenes absolutistas, el zurdo y el diestro, el “demos” no decide, no escoge, no vota; está callado subordinado a los dictámenes, ¡infalibles como si fueran papales!, del Supremo Líder; y si abren la bocaza, son enviados a cierto archipiélago, donde no hay corales ni aguas cristalinas (Gulag).
Bueno, apuesto un millón de sestercios (que no tengo, y que tendré que pedir prestado a mi capitalista banco) a que nuestro vasco va por los senderos de la Libertad (no ultra), i.e. jamás podría ser encajado en la Totalitarioesfera, y por tanto tampoco en la Fachosfera, que está subsumida en la aquélla: pura lógica de diagramas de Venn. ¡Cielos!, cuántas Esferas, y ni siquiera son las celestes de Pitágoras y Aristóteles. Miren Vds., por simplificar, yo abogo por la terminología anterior: los marxistas (comunistas) vs. los liberales ilustrados, los dictatoriales (con los fachas dentro) vs. los demócratas burgueses; así, con estos vocablos, no me pierdo, y no necesito brújula política para orientarme en esta jungla de neologismos.
Ahora me voy a meter con una noción propia de la filosofía de la ciencia (e.g. Lakatos), que a pesar de ello estimo iluminadora en este duelo entre diestros y zurdos: las hipótesis ocultas. Mi prisma, compartido por muchos autores (incluido Savater), es que frecuentemente, por no decir siempre, en este enfrentamiento ideológico se concede la posición moral más elevada a los del materialismo histórico; ¿por qué?, pues es otra pregunta del millón, casi equivalente a por qué la intelligentsia & artistas se suman al leninismo o maoísmo. ¡Que me aspen si poseo una clara contestación! Pero, como es habitual en mí, cuento con algunas suposiciones; antes que nada, ¿quizás lo fundamental?, el comunismo es un movimiento de liberación, de igualdad de todos los Hombres, de solidaridad y eliminación del clasismo, incluso con similitudes con la caridad cristiana. Por el contrario el capitalismo es la búsqueda del lucro estrictamente individual, conseguir beneficios Tú, no la Colectividad; su principio es el egoísmo, sin duda, por mucho que Adam Smith aduzca que la suma de ambiciones personalísimas tiene como resultado el Bienestar común. Ciertamente uno de estas doctrinas tiene las trazas del Malo, del que dice al pueblo asalariado: ¡que te den por saco!; y el otro es el Bueno, el que atiende a los perjudicados. Sí, quizás por esto (“pose” susurrarán los mal pensados, que los hay y muchos), hay una petito principii en toda esta bronca, esto es (hipótesis oculta), se “medio acepta” que hay desigualdad económica injusta, Muchapástez y Pocapástez, de manera que el apologista del Mercado se encuentra en la parte de debajo de la colina, atacando la cúspide, ocupada por la Dictadura del Proletario; ¡ni Napoleón contraría con posibilidades de triunfo! Esto es como dar ventaja al enemigo, sin duda.
De otro modo, y con otro ejemplo típico-tópico … Se cuenta con el tablero y las fichas, pero, pero …, casi subconscientemente se otorga la elección de las reglas del, juego a los zurdos, y éstos escogen las de las damas, y no las del ajedrez, ¡porque ahí son más hábiles!, y es su terreno, en el que fácilmente pueden ganar. Estoy convencido de que existe una extendida percepción social (suposición, no hecho corroborado) en la que burgueses/industriales/capitalistas sólo aspiran a satisfacer su propio Interés (¡no sería contrario a los criterios de Adam Smith!), y para ello exprimen a los currantes.
Si seguimos por esta vereda doctrinal, todos los no-economía marxista, son deshonestos, y, y, … ahora se elige denominarlos “fachas”, en vez de emprendedores. Una hábil jugada terminológica, con un carro de réditos político/ideológicos; ¡buena jugada en el tablero de damas, por parte de los colectivistas!
El movimiento que sugiero para este tablero está claro: sustituir “fascista” por “totalitarista”, y con ello los del materialismo histórico también son nocivos; ¡lo cual no transmuta a los chicos del buen escocés (Adam Smith) en honestos! ¡Menudo panorama hemos organizado!, esto es lo contrario de Frank Capra o Leo McCarey, porque ni uno de nuestros congéneres es decente: unos egoístas, otros dictatoriales; una vez más hemos entrado en el ecosistema de Los Lobos (Hobbes), ¡ay, ay, ay!
Si excarbamos buscando algún metal precioso en superficie, opino que lo hallamos, i.e. no conceder una premisa subconsciente: el marxismo trata a los seres humanos de forma kantiana, como fines y no como medios; porque los encarcelamientos y fusilamientos sin juicio, los campos de reeducación, la eliminación de derechos a los burgueses, la censura, el Gulag etc. no son arquetipos de ética.
Izquierda radical: comunistas vs. fachas.
Liberalismo ilustrado: democracia burguesa representativa vs. autocracias.
¡Escojan Vds. las reglas para el juego en el tablero de la economía, la política, y la Historia!

Por la presente declaramos a D. Fernando Savater libre de toda culpa de fanatismo y fachosferismo, y en pleno uso de sus facultades mentales, las cuales le han conducido a la Libertad, económica (Adam Smith), política (Montesquieu), y moral (Kant).

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