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Las dos Españas - Zenda
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Las dos Españas

Foto: Federico García Lorca con compañeros de La Barraca. Vigo, agosto de 1932. Fotograma de una filmación de diez segundos de duración. (Alvarellos Editora) Pasarían muchos años desde que Antonio Machado escribiera los primeros versos de su «Retrato» —»mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla / y un huerto claro donde madura el limonero»— hasta...

Foto: Federico García Lorca con compañeros de La Barraca. Vigo, agosto de 1932. Fotograma de una filmación de diez segundos de duración. (Alvarellos Editora)

Pasarían muchos años desde que Antonio Machado escribiera los primeros versos de su «Retrato» —»mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla / y un huerto claro donde madura el limonero»— hasta estos otros, cruciales en la historia de España, permanentemente partida en dos:

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Partida en dos desde siempre. Partida incluso desde cuando creímos que podríamos caminar de nuevo juntos en un tiempo no tan lejano en el que otra forma de vida fue posible y otra vez nos lo creímos y ganamos medallas olímpicas juntos y publicamos libros con brillo y sacamos a la calle los colores del arte y la música de la libertad y juntos nos quitamos el pelo de la dehesa empeñados como estábamos en que no nos reconociera «ni la madre que nos parió»…

"Otros cuarenta años más tarde, es decir, ahora, todo lo que creímos que era sólido ha entrado en fase de descomposición"

Pero llevábamos acumulando una carta de presentación demasiado larga y espesa que demuestra nuestra capacidad para acabar con nosotros mismos a una velocidad de vértigo, ya sea mediante una dictadura, un régimen monárquico expulsado por una República, a la que siguió un golpe de estado y una guerra que duró tres años y se resolvió con una nueva dictadura que duró cuarenta. Y otros cuarenta años más tarde, es decir, ahora, todo lo que creímos que era sólido ha entrado en fase de descomposición cayendo de nuevo en los mismos errores y tropezando una y mil veces en la misma piedra.

Fragmento de portada de «Vida y muerte de Federico García Lorca» (Edic. B), de Ian Gibson y Quique Palomo

En 1936, a Federico le advirtieron sus amigos: «No es momento para regresar a Granada; quédate en Madrid; pasarás más desapercibido».

Antonio Machado dio fe con este poema:

1. El crimen

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
¿sangre en la frente y plomo en las entrañas?
… Que fue en Granada el crimen
sabed, ¡pobre Granada!, en su Granada.

2. El poeta y la muerte

Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
¿Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque? yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

3.

Se le vio caminar…
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Ian Gibson en la tumba de Antonio Machado

"Otros lloramos sus muertes, como Machado lo hizo por Lorca, como Lorca lo hizo por Ignacio Sánchez Mejía"

El recuerdo de la muerte de Federico en el barranco de Viznar, y la de Antonio Machado en Collioure (lean a Miguel Barrero) nos han vuelto a helar el corazón. Y ahora que se le recuerda llevándole flores a su tumba en campo francés, que diría Max Aub, un lugar sencillo como fue su vida, hay quien, sentado a la derecha del padre, se enfurece y grita, insulta, patalea y miente. Otros lloramos sus muertes, como Machado lo hizo por Lorca, como Lorca lo hizo por Ignacio Sánchez Mejía: «La luna de par en par, / caballo de nubes quietas, / y la plaza gris del sueño / con sauces en las barreras».

Sí, con el llanto desconsolado de los sauces, abatidos sobre la barrera de la plaza sobrecogida. Muerto Mejía. Muerto Federico: «Si muero, / dejad el balcón abierto».

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Miguel Munárriz

Miguel Munárriz, periodista y escritor nacido en Gijón, en 1951, es socio fundador de Dos Passos, agencia literaria y comunicación. Ha coordinado “La Esfera”, suplemento cultural de El Mundo (Premio Nacional de Fomento de la Lectura). Dirigió la comunicación de Alfaguara, Taurus y Aguilar. Cofundador de revistas literarias, es autor de las obras Vivir de milagro, Poesía para los que leen prosa, Los mejores poemas de amor y Va pensiero. En 2022 publicó el libro La escritura contra el tiempo y recibió el premio María Elvira Muñiz por su trabajo de promoción de la lectura. Desde 2016 hasta 2022 ha sido el coordinador de contenidos de Zenda. @miguel_munarriz / miguelmunarriz.com

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Ricarrob
Ricarrob
8 meses hace

Los puntos de vista pueden diferir y, de hecho, difieren. El mío es que, acercándose mucho la opinión a la de usted, sr. Barrero, me refiero al insigne Lorca, lo único que ha hecho el sr. Margallo es cargar la munición contra la derecha (que conste que yo no lo soy, no me considero de ningún partido político existente en España). ¡Qué estúpido! Llega a un nivel de cretinismo solo parangonable con el zapaterismo. ¡Todo un artista al echar piedras contra su propio tejado!

Apate de la munición que usted ha disparado, sr. Barrero, no deja de ser la opinión o las expresiones de una sola persona. No achaque usted dicha opinión particular a todo un colectivo. Dejemos que en España pueda haber una derecha civilizada ya que no existe una izquierda civilizada. Es como querer ampliar las acciones del sr, Koldo a todo el colectivo de izquierda. ¡Claro que la derecha tiene sus puntos negros y sus estúpidos! La izquierda también. Como decían antes los antiguos: y en mi casa a calderadas.

Gente como usted, sr. Barrero, contribuyen cada vez más en España a una polarización extrema que nos perjudica a todos. Su artículo es lícito siempre que achaque la opinión vertida solamente a una persona, a un cretino.

Felix Arellano
Felix Arellano
8 meses hace

Uno no sabe si Lorca fue partidario de una dictadura militar, lo que parece claro es que era anticomunista. Dentro del contexto de polarización extrema que nos rodea, que Margallo subrayara algo que es poco conocido (que Lorca no era de izquierdas, pese a que su figura haya sido secuestrada por la izquierda), es un hecho a apoyar. La vida intelectual de la España de los años 30 no era una de rojos y azules, buenos y malos. Se conocían entre ellos independientemente de sus ideas y hubo héroes y canallas en ambos bandos

Josey Wales
Josey Wales
8 meses hace

La legitimidad republicana se la cargó el PSOE y el PCE cuando se alzaron en armas en 1934 y cuando alcanzaron el poder en 1936 con pucherazo, secuestros de actas, amenazas y piquetes en los colegios electorales, y con un resultado invalidado por el Tribunal de Garantías Constitucionales (equivalente a nuestro Tribunal Supremo). La legitimidad republicana se la cargó la izquierda revolucionaria con cientos de huelgas, asesinatos, quema de iglesias y colegios religiosos, descarrilamiento de trenes, robos, palizas y bombas desde 1931 a 1936. La legitimidad republicana se la habían cargado los pistoleros de Indalecio Prieto cuando fueron a sacar de su casa, para matarlo, a Gil Robles; y al no encontrarlo, se cargaron a Calvo Sotelo. Las checas que montaron el 19 de julio y las listas de personas a eliminar no fueron una improvisación.

Mi gratitud a los alzados, a los caídos por Dios y por España, contra los criminales rojos. Mi gratitud a Franco por haber puesto las bases del desarrollo español, por la Seguridad Social, por la sanidad y educación universal y gratuita, por el seguro de paro y de invalidez, por la pensión de jubilación, por las universidades públicas, por la electrificación y alcantarillado a las zonas rurales, por las becas, por las viviendas de protección oficial, por las pagas extra, por la industrialización, por la elevación del nivel de vida, por la erradicación del analfabetismo, la extensión de la vacunación, por la seguridad y la libertad que conocí de niño (y hoy no tienen mis hijos) cuando podía andar sin temor por cualquier lugar y dejábamos las puertas de la casa abiertas de par en par todo el día, por las cajas de ahorro y el crédito barato con el que mis padres compraron su primera vivienda y su primer coche, etc. Gracias, Franco, de parte de un nieto de republicanos.

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