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Vallejo y la Ciencia - Zenda
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Vallejo y la Ciencia

El último libro del colombiano Fernando Vallejo se titula Las bolas de Cavendish y es un libro que encierra una sátira, a medio camino entre el ensayo y la narración, de la ciencia y de la física modernas. Por el libro desfilan las afirmaciones más sugestivas y revolucionarias de la historia de la ciencia. En...

El último libro del colombiano Fernando Vallejo se titula Las bolas de Cavendish y es un libro que encierra una sátira, a medio camino entre el ensayo y la narración, de la ciencia y de la física modernas. Por el libro desfilan las afirmaciones más sugestivas y revolucionarias de la historia de la ciencia. En ese sentido, llaman la atención la documentación minuciosa, las citas en latín, en inglés, en griego etc, y la generosa bibliografía científica e histórica que se maneja. Todo ello, no obstante, sirve a Vallejo para enarbolar el sarcasmo contra figuras como Newton, Galileo, o Einstein. La parte narrativa del libro está muy adelgazada y tiene el contexto de una discusión de corte académico, en el ámbito de la Universidad de Antioquía, con alumnos y con un tal profesor Vélez al que el narrador protagonista, el propio Vallejo, dirige sus diatribas, que no excluyen sino al contrario a la propia universidad colombiana. Pero si uno escarba un poco más allá de estos elementos satíricos, se encontrará con el que, en mi opinión, es el tema escondido del libro, a saber: el misterio de la materia. Que Vallejo ironice sobre los postulados de la ciencia o que moteje las teorías de Einstein de “marihuanadas”, no significa que no las considere. Que se ría de la matemática, no quiere decir que no vea en ella una forma depurada de belleza.

"Vallejo intenta vulgarizar los postulados de la ciencia, ensuciarlos, o más bien mezclarlos con la vida ordinaria. Eso también es desesperación. Intenta llevar a Newton a la barra de un bar sórdido."

Me parece que Vallejo se ha dado cuenta de que las novedades del mundo en que vivimos vienen del ámbito de la ciencia. Y que la ciencia no está lejos de la literatura al menos en lo que concierne al deseo de conocimiento. Yo creo que este libro, en su acierto mayor, quiere mostrar la desesperación de los seres humanos a la hora de entender la realidad física, de entender la velocidad de la luz, la materia, la gravedad, la termodinámica, el universo. Vallejo ha leído mucha filosofía y mucha ciencia para escribir este libro. En el fondo, el narrador lo que pretende es buscar alguna certeza. Su desesperación y su cinismo nacen al comprobar que tampoco la ciencia acaba de regalarnos verdades sólidas. Por eso de vez en cuando encontramos párrafos como este: “Llegar para la luz es morir. Ella solo existe en el instante en que la emite el cuerpo luminoso (el Sol, una vela) y en el instante en que llega, esto es, cuando topa con pared. Entonces se la traga la materia”. La misma selección de obras científicas citadas podría formar una antología llena de perplejidades filosóficas y poéticas. Hay mucha poesía en este libro, poesía vejada si se quiere, pero son vejaciones que proceden de la admiración del misterio de la vida. Eso es lo que enfada e irrita al narrador: el misterio de la vida, y la imposibilidad de su resolución. Por ejemplo, los textos citados de Newton son perturbadores, y hermosos. Vallejo intenta vulgarizar los postulados de la ciencia, ensuciarlos, o más bien mezclarlos con la vida ordinaria. Eso también es desesperación. Intenta llevar a Newton a la barra de un bar sórdido. Intenta tomarse unas copas con Einstein. Intenta humanizar el conocimiento, o más bien degradarlo. Insultar el conocimiento es una manera de rebelión, de rebelión basada en la no aceptación de los límites de la vida.

"Las bolas de Cavendish logra su mayor significación en algo que podríamos llamar la literaturización de la ciencia, es allí donde está el gran hallazgo de este libro."

El libro es de una gran osadía y originalidad, pues es sorprendente que un escritor haya puesto a la ciencia como núcleo de su discurso. Es como si Vallejo hubiera arrojado estilo y maneras literarias sobre el arsenal teórico de la física moderna. A grandes tesis de la ciencia, Vallejo contesta con apostillas humorísticas, descarnadas, desabridas, cáusticas, en donde el ámbito universitario colombiano se zahiere constantemente. Es como si Vallejo viniera a señalar la imposibilidad de la ciencia en el Caribe, y eso fuera otro motivo de sátira y casi  de humor negro.

Las bolas de Cavendish logra su mayor significación en algo que podríamos llamar “la literaturización de la ciencia”, es allí donde está el gran hallazgo de este libro. Lo que ha hecho Vallejo es recordar a la ciencia que somos seres humanos, y que la física y las matemáticas deben servirnos. No creo que Vallejo aborrezca la ciencia, al contrario. Solo un hombre que tiene verdadero interés por la ciencia y por la verdad es capaz de escribir un libro como este. Lo que le pasa al narrador de este libro es que quisiera que la ciencia nos sirviera aquí y ahora para que nuestras vidas crecieran en inteligencia, sabiduría y pasión. Y eso es imposible. Este es un libro que está lleno de fogonazos brillantes, de pensamientos y observaciones geniales, está lleno de incertidumbres, y probablemente de dolor. Un dolor que se disimula con humor.  El dolor está escondido o camuflado tras la sátira y la risa gruesa, pero hay mucha angustia existencial detrás de cada página de este libro.

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Autor: Fernando Vallejo. Título: Las bolas de Cavendish. Editorial: Alfaguara. Venta: Amazon, Fnac y Casa del libro

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Manuel Vilas

Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 1962), narrador y poeta, practica ya, como otros escritores de su generación, una forma de narrar propia de siglo XXI. Es autor del libro de relatos Zeta (2002), y de las novelas Magia (2004), España (2008, Punto de Lectura, 2012), que fue considerada como una de las novelas más importantes de la primera década del siglo xxi por la revista Quimera, y Aire nuestro (Alfaguara, 2009), que obtuvo el Premio de la Librería Cálamo y que está siendo traducida al francés y al italiano. Ha publicado los libros de poemas El Cielo (2000), Resurrección (2005), XV Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, y Calor (2008), VI Premio Fray Luis de León. Su poesía completa ha aparecido recientemente bajo el título de Amor (2010). @Granvilas

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Ricarrob
Ricarrob
2 años hace

Me alegra saludarte de nuevo, profesora. Encantado de leerte. Adivina quien soy. Es un placer. Aunque, como nos ha ocurrido ya anteriormente, no esté del todo de acuerdo contigo. En una época en que todo es arte, cualquier cosa, un urinario, por ejemplo, es curioso que no se pueda hacer arte de envejecer bien. Incluso de bien morir. Yo creo que si. Y lo intento, con todas mis fuerzas. Ya te comentaré cómo me ha salido el tema. Lo de morir, digo. Impagable tener a Cristina como profesora de literatura, insustituible poder discutir con ella, sobre todo de los escritores lumpen (por supuesto, no me refiero al gran Chirbes).

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